Capítulo 6: El gambito de una Reina

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Tal y como se lo pidió el tiempo, Alicia jamás volvió

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Tal y como se lo pidió el tiempo, Alicia jamás volvió.



El palacio, incluyendo cada rincón del pueblo, había cambiado, el tiempo parecía ir contratiempo, y los cambios sucedían sin ningún tipo de contratiempo. Ningún terrano podía explicar lo vivido, pero las cosas eran mas reales que cualquier otra pesadilla.

Nadie deseaba fingir y hacer como si ella no existiera, pero hablar de su mera existencia se convertía en algo  difícil de sobrellevar, más para un alegre sombrerero que sin querer o si quiera pensarlo demasiado experimentó en su momento, sentimientos por Alicia.

Todos temían que perdiera de nueva cuenta sus colores, pero afortunadamente nada de eso sucedió.

Los días comenzaron a transcurrir con normalidad, después de todo en sus corazones existía la posibilidad de que regresara, no para salvarlos nuevamente como ese sin fin de ocasiones, sino para vivir mucho más tranquila, o tener una vida fuera de lo normal, como siempre lo deseo...

Reconocer al sombrerero como su Monarca fue algo que por mucho tiempo causó demasiada controversia. No solo por su extravagante personalidad, sino por ser coronado y nombrado oficialmente como el Rey Kim, padre del único heredero a la corona blanca.

Namjoon, estaba sentado en una silla bastante extravagente y fuera de la imaginación, tenia las manos jugando con las costuras de un sombrero que recién había hecho, pero su mirada no se alejaba de Taehyung, era por poco más paternal. Sus ojos eran la clara evidencia de locura, aunque ellos estaban llenos de melancolia; lo examinaba como si fuera una obra de arte tan parecida a ella, pero a su vez siendo compleja.

—Es curioso —murmuró inclinando la cabeza, era la mejor manera, a su parecer, de observar el cabello rubio de Taehyung —. Un color tan brillante, tan... vibrante, como los primeros rayos del sol en pleno amanecer, como los rizos de tu madre.

› ... Era tan atrevida, pero muy silenciosa, como si el mundo no hubiera notado su existencia. Al menos ahora la bruja loca no sabe de ti o de tu llegada al Reino; querrá asesinarlo.

Taehyung estaba inquieto, sujetó en un puño sus pantalones, denotando su creciente ansiedad. Había algo en la manera en que el Sombrerero le hablaba, no conocia a ciencia cierta el como conoció a su madre, pero el repentino interés que tienen todos al saber que es su hijo, lo desconcierta.

Ellos sabían incluso lo que sucedió ese día, por esa misma razón no sacaron a fondo aquel difícil tema.

Namjoon sonrió levemente, aunque parecía al borde de romperse en lágrimas —¿Sabes porqué estás aquí, muchacho? —preguntó, sus dedos rozando el ala de su sombrero —. ¿No? El destino te ha tocado, eso es seguro... Quizás posees un vínculo con maravillas.

Prefirió no responder a algo que parecía no necesitar una respuesta. No quería decir algo que pudiese incomodar, no sabía hasta que punto conocieron a su madre, pero a decir verdad, él tampoco deseaba saberlo, mucho menos hablarlo con el Rey, que intentaba controlar el tono de su voz.

El Conejo Blanco le observaba desde una distancia prudente. No con una mirada hostil, pero sí preocupada. Sabía más de lo que quería admitir, y aunque su deber era advertirle al chico, había algo de peso mayor que lo frenaba. Una mezcla de respeto, y quizás miedo lo hacía contenerse, no podía condenar su vida por cometer "traición" en contra del príncipe.

—Debes tener cuidado —murmuró el Conejo en un tono suave, casi inaudible —. Aquí nada es lo que parece. Cada paso que das... te acerca más a un juego peligroso —miró de reojo al príncipe blanco quien no dejaba de jugar con su navaja, a la vez, daba ciertas miradas en su dirección.

Nervioso, se limitó a ajustar su reloj de bolsillo, como si estuviera meditando sobre algo que no podía decir completamente, su vida había sido lo suficientemente tranquila y sin restricciones hasta que él nació.

El silencio de la sala fue interrumpido por el tic-tac constante del reloj, marcando el paso del tiempo como si fuera una cuenta regresiva hacia algo inevitable. Taehyung creía estar solo, pero el Conejo se mantenía en su lugar, observando con esa mirada de preocupación oculta bajo su fachada fría.

Un suave aleteo los sacó de sus pensamientos. Un pequeño pájaro de papel revoloteó por el lugar antes de aterrizar delicadamente entre sus manos. Se quedó quieto antes de comenzar a palpar e intentar reconocerlo. Sus dedos temblaron ligeramente al tocar la pieza de ajedrez oculta dentro. Parecía de origami, por lo que supuso; no se trataba de cualquier mensaje; era algo más.

Intento saber que color era, pero esta parecía de una tonalidad muy oscura, a excepción de lo que parecía estar hecho la figura, notando algo rojizo en ella. Antes de que pudiera procesarlo del todo o si quiera pensar que era lo que tenia entre sus manos, el Conejo se le acercó, sus ojos ahora fijos en la pieza —Es-Es es una amenaza.

—¿Amenaza?

El Conejo titubeó, como si estuviera buscando las palabras correctas para no asustarlo más de la cuenta. Luego, se acercó con cautela —La Roja envía amenazas como estas, siempre usa piezas de ajedrez para declarar la guerra —tragó saliva sintiendo la necesidad de beber agua —, o la muerte —miraba con desconfianza, como si esperara que Taehyung rompiera el objeto o lo rechazara.

Pero por el contrario, entendió algo que Conejo no —¿Cuál es? —estaba siendo bastante literal, y esperaba comprendiera el punto al que quería llegar.

—Una Reina —la pieza no era una advertencia. Podrían considerarlo loco, pero para él fue una pequeña, pero bien entendible metáfora, una invitación a un juego... un juego de poder, o tal vez algo más.

Lo estaba tomando como su igual.

—¿La Reina Blanca tiene una hermana, cierto? —preguntó, la respuesta solo confirmaría sus sospechas.

El Conejo asintió lentamente, como si este le pudiera ver —Sí. Y esa hermana tiene un hijo; un año mayor que nuestro príncipe... Se dice que su cabello es de un rojo tan profundo como el carmín, uno que destaca incluso entre las rosas rojas más brillantes. El tan conocido y temido, Príncipe Red.

Taehyung dejó escapar una risa amarga y sarcástica. Desde que llegó había escuchado rumores de la unión roja, ahora entendía porque no quería decirle su nombre, pero tenía que tratarse de la misma persona, el chico de cabello rojo.

En lugar de tirar la pieza como Conejo le sugirió, apretó los labios y se levantó de su asiento, cruzando la sala con paso lento, guardó el origami junto a la reina en un cajón cercano, sus dedos sintiendo una leve vibración cuando la dejó caer dentro.

No conocía aún todas las reglas, pero estaba dispuesto a jugar.

Y si, Jungkook ya empezó su cortejo sin preguntar primero ajaja

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Y si, Jungkook ya empezó su cortejo sin preguntar primero ajaja. ^^ 💜

Les agradan los capítulos así, o los prefieren un poco más extensos (?). 💜

Las rosas rojas. 𐤀KookV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora