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Loca

Sentí como mis párpados querían abrirse
Como sentía que mi cuerpo volvía a la pesadez, y como comenzaba a sentir la sed de toda una noche durmiendo
Cuando conseguí abrir los ojos vi a un Adrián sonriente
-¿Qué haces aquí?
- Ayer te quedaste dormida, pero no quería dejar la película, era buena, así que me acabé durmiendo a las tres
-¿Y no pudiste ir a tu casa?
-bueno yo..
-Mira, mejor hablamos otro día
-Está bien
Al tiempo que oía como la puerta de mi casa se cerraba, un mensaje me llegó
Hola. Te fuiste muy pronto de la fiesta, hoy podríamos quedar a las doce en la cafetería.
Número Desconocido
Admito que en ese momento me asuste, un desconocido hablándome, sin un nombre siquiera. Pero una sensación que hacía tiempo que no experimentaba, subió por mis pies y mi espina dorsal. Adrenalina.
"Aunque no me conozcas mucho, te quiero, hija" ¿Qué había sido eso? Mi madre no podía ser, tenía voz de hombre.
Mi cabeza daba vueltas con tantas voces de la nada, por ello decidí que nada más llegar de la cita, llamaría a un psicólogo
Tras todas estas meditaciones recordé que me llamaba Andrea y que vivía en la tierra. Desayune y me di una ducha. Cuando salí eran ya las 11:30 y la cafetería estaba a 15 min. de mi casa
Me preparé rápido, un vestido de vuelo verde oscuro y unas sandalias marrones de cuña, algo de rímel y lista. Hice unas ondas en mi pelo morado, ya destiñiendose y salí de casa. Casi me mato corriendo por las calles pero conseguí llegar sana y salva a la cafetería.
Miré a mi alrededor. Y había bastante gente conocida, así que no sabía exactamente con quien había quedado
Me senté en una silla cercana a la barra del bar y esperé durante dos horas, pero el desconocido no apareció por el lugar, me pareció extraño, sí, pero decidí quitarle importancia. Regresé a mi casa y teñí mi pelo, luego hice una llamada a un psicólogo y como esa hora estaba libre llegué rápido y me acogió. Nos presentamos y me senté en el sillón
-Entonces, cual es su problema
-Escucho voces-contesté. Le conté los detalles, los momentos y lo que sentía
-Deberías acudir a un psiquiatra
-Pero estas voces son reales, de verdad
-Le recomiendo ir a un psiquiatra, Andrea
-¡No!-grité asustada-No estoy loca-dije en un susurro.
Pero mi mente ahora estaba ocupada pensando en esa palabra..

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