día de noticias

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Dormí soñando en lo pasado horas antes. Él diciéndome que me amaba...era perfecto, ahora adoraba mi vida, antes de irme a dormir había guardado la cuchilla en un cajón.

Pasé una mañana buena en el instituto y llegó la tarde, el día de la quedada. Me puse un vestido verde e hice dos trenzas en mi pelo, sandalias doradas y listo.

Salí comprobando que lo llevaba todo. Llegamos al parque y fuimos a casa de Lía. Jugamos al juego de los nombres, lo hicieron por mí, entonces tras una hora me los aprendí todos: Marcos, Lia , Carlos, Carmen, Mario, Aleth, David,Mary, Sofía, Diego, Josepe, Louis, Harry y Henry

Luego vimos fotos de cuando ellos tenían 12 años, Harry llevaba gafas, Sofía era bajita (y pensar en que en ese momento era la más alta), Diego tenía cara de niño bueno, Lía tenía el pelo marrón y muy largo y Marcos era adorable.

Luego fuimos a por churros, palomitas y chocolate y vimos un maratón de películas de terror.

Entonces ya todo terminó y se quedó en silencio, Mary se levantó y gritó:

-Esta noche hay fiestaa, siii, beberemos, bailaremos, será geniaal-todos reímos ante el grito alocado de Mary y vitoreamos la noche que vendría.

-Antes Carlos y yo debemos deciros algo-todos desviamos la mirada hacia Lia, que estaba agarrada a la mano de Carlos, con cara de (lloraré en cualquier momento) -estoy embarazada y vamos a casarnos-sonrio y soltó una lágrima de felicidad. Todos estábamos en shock, Lía, con 16 años embarazada y prometida. Algunos la felicitaron, otros sintieron y otros se apenaron, cada uno según su personalidad. Yo la abracé y besé su barriga. Entonces Marcos dio un silbido y todos le miramos:

-yo también debo anunciar una cosa- me miro, avanzo hasta quedar muy cerca mia y me beso con desesperación, jugando con mi cabello.

Llegó la noche y comenzó la fiesta, fui al centro de la pista y empecé a moverme al ritmo de la música, sentí unas manos en mi hombro y me volteé. Era un chico rubio. Me ofreció una cerveza y acepte. No había bebido y una no me sentaria mal, la bebí rápidamente y tire la botella, seguí bailando y conversando con el chico, solo era hablar, yo amaba a Marcos.

Empecé a marearme y sentí unos labios húmedos en mi boca, me aparte como pude y sali a la calle.

Baje un escalón y, de repente, lo vi todo negro.

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