el chico del bar

297 16 6
                                    

shake it off, shake it off oh oh...

Apague la canción y tambaleandome fui al baño, esta noche había sido horrenda, no había podido parar de pensar en lo de ayer, nuestras pieles bajo el agua, tan cerca y a la vez tan lejos por culpa de mi fobia a amar.

Cepille mi pelo, que ya iba perdiendo color, y lave mis dientes, hoy no desayunaria.

Me vestí con unos shorts color mostaza y una camiseta verde oscura, me pinte la raya verde y me puse pulseras plateadas. Sustituí mis convers por unas sandalias marrones, me hice una coleta alta y salí. Hoy se me veía diferente, más alegre, mas Andrea.

Cogí mis cuadernos y diez euros, hoy iría en autobús, así vería más despacio el pueblo.

Estaba sujetada a la barra de metal del autobús. Hizo una parada y varios adolescentes subieron dando carcajadas. No me centre en ellos, estaba centrada en mirar una estatua.

-estoy enamorado, lia-oi a mi espalda, tampoco me gire, quien sabe que lia seria...

En segundos tuve mi cara a milímetros de la de marcos.

-perdón, no te he visto y me he tropezado- dijo él

-No importa, estoy bien-Marcos se levantó y me ayudó a ponerme en pie. Estuvimos todo el camino hablando hasta que el autobús se paró,entonces bajamos.

Estuve todo el día tranquila, más feliz que lo normal. Llegué pronto a casa, miré mi móvil.
TE ESPERO EN EL BAR "MANCY" A LAS 16:00. UN BESO. EL CHICO DEL BAR.

Me quedaba una hora para arreglarme. ¿Qué me ponía? Opté por un vestido negro con un cinturón morado fino. Era muy de mi estilo, pero más fresco y alegre. Me maquillé poco y me lavé los dientes cuatro veces, me eché un litro de colonia e hice tirabuzones en mi pelo lila. Cogí un pequeño bolso de tela fina para las llaves, el móvil y algo de dinero.

Salí, tenía tiempo así que iría andando. Llegué al bar y pedí un vaso de agua. Sentí una mano áspera tocando mi hombro. Me giré y vi al chico del bar.

-hola, soy Andrea, la chica del bar

-encantado, soy Mauro, el chico del bar-me sonrió, no era la sonrisa de Marcos, pero también era bonita.

Merendamos un batido de chocolate y una tarta de manzana. Me ofreció dar una vuelta y acepté. Llevábamos 30 min andando cuando vimos un parque con bancos y cansados, decidimos sentarnos. Le miré, analizandole, era el típico chico con el que me hubiese liado en un día normal en Madrid, cuando era Andrea Gótica y no Andrea Natural. Pero ahora no, ahora no era la misma y no sentía nada por él, ni atracción, ni amor, ni amistad. Simplemente un compañero.

Él me estaba hablando, yo no le hacía caso, pensaba en otro tipo de cosas, en las que él no estaba incluido, pero puede que un tal Marcos sí. Entonces de repente noté unos labios apretando los míos, y un beso húmedo e intenso. Pensé en Marcos, pero no, él era Mauro. Solté una lágrima y me aparte.

-Lo siento, no puedo- me levanté del banco y andé deprisa hacia mi casa sin reconocerme, sin saber qué me había cambiado ni qué me había hecho sentir.

brokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora