5. LA SUPUESTA BARBACOA

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GABI

-- Pasadlo genial mamá. – ayudaba a mi madre con las maletas.

-- Cuida de esos dos, por favor. – mi madre me dio un abrazo, despidiéndose.

-- Esos se cuidan solos, parece mentira... -- bromeé.

-- Adiós, preciosa. – mi padre también me dio un beso antes de salir por la puerta.

Mis padres se iban de viaje un mes entero, dejándonos en casa a los tres solos. El único que podía preocuparme era Unai, Erik sería incapaz de cometer cualquier locura. Salirse de la línea de lo considerado correcto era inconcebible para él.

Ninguno de los dos estaba para despedirse en ese momento. Erik se despidió anoche, hoy tenía que ir al comedor social, donde era voluntario desde hacía un tiempo y ayudaba a servir la comida a personas necesitadas. Admiraba mucho a mi hermano, tenía un corazón de oro. Por su parte Unai se había dormido probablemente a las cuatro de la mañana, y por eso no había sido capaz de levantarse a despedirse de sus padres. Intuí que ya se había despedido porque de lo contrario, mi madre le hubiera despertado por ser tan descarado.


Arreglé la casa un poquito, ordenando lo que estaba fuera de lugar y recogiendo la mierda de mis hermanos. El teléfono de Erik estaba encima de la mesa de la cocina, se le había olvidado. Al moverlo la pantalla se encendió y leí su nombre, había un mensaje suyo.


NOLAN:

¿Estáis despiertos?, Unai no responde, me dijo que fuera a ayudaros con las cosas para esta noche.


Es verdad, no lo recordaba, la barbacoa. Pensaba que no iba en serio, pero obviamente, ¿mi hermano iba a desperdiciar la casa sola?, ni veinticuatro horas había esperado para organizar algo...

Me sentí mal por leer aquel mensaje, pero no lo abrí, simplemente lo leí desde fuera, nadie lo sabría. Me entró nostalgia al recordar cuando era yo la que recibía mensajes suyos...


NOLAN:

Dice Theo que ya ha llegado el libro que querías.


NOLAN:

¿Tú en la librería?, menuda sorpresa...


NOLAN:

Estaba buscando el libro perfecto para ti. La rosa ya la tengo.


Nolan sabía perfectamente que adoraba 'Sant Jordi', 23 de abril y día en el que se regala una rosa y un libro. Esto ocurrió el año pasado, y apareció en mi casa con una rosa roja y el libro que quería. Theo se había chivado.

Cuando abrí la puerta y lo vi le abracé tan fuerte que creo que lo dejé sin respiración. Me apretó con sus brazos, tan fuerte que no quería que me soltara. Solo amigos, pero mi amor por él creciendo más y más por momentos.

-- Gracias.

-- A ti, siempre. – respondió.

Esa misma tarde, y sin la presencia de mis hermanos que estaban en la universidad, nos pasamos toda la tarde tumbados en mi cama viendo películas y comiendo palomitas. Me encantaba mirarle de reojo, ver cómo se reía, y ver sus mechones rubios caer por su frente de manera tan sexi. Nolan era el chico más guapo que había visto en mi vida.

***

-- ¿Qué tal hermanita? – Erik entró por la puerta, aparentemente agotado.

-- Bien. He hecho la comida, la tienes en el microondas.

-- Gracias, estoy muerto. – sonó tan sincero que le sonreí con orgullo. Verano, tiempo para descansar, y se tiraba toda la mañana trabajando voluntariamente para ayudar a otras personas. Ese era mi hermano Erik.

Ocho formas de enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora