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[Leehan]

No podía ser, en serio que no podía ser. Digo, no es que yo viviera mal económicamente, pero esto, era de otro mundo.

— Tú no vives aquí, ¿verdad? — lo miré — ¿Es una broma?

— Si me disculpan, yo sí voy a entrar. — habló Riwoo.

— ¿Podrías cerrar los ojos al pasar? — preguntó él, y aunque lo dijo en un tono de broma, parecía un poco avergonzado ante esto.

¿El porque de mi reacción? Literalmente, la casa de Taesan, parecía una mansión.

Entré con algo de vergüenza y vi a Riwoo subir rápido las escaleras, sentí un leve empujón de Taesan sobre mi espalda.

Lo miré confundido.

— Rápido, corre hacia arriba — susurró. Lo iba a hacer sin rechistar, pero algo me detuvo.

— ¡Ala! ¡Taesanie otra vez entra en silencio a la casa! ¡Le diré a papá!

— ¡No! — Taesan persiguió a aquel chiquillo cuando comenzó a correr y logró atraparlo, cayendo de rodillas al suelo, tapando su boca y reteniendolo contra su pecho.

El niño me miró directamente, pero no se veía asustado, más bien, parecía divertirse.

— Si le dices a alguien que yo estoy aquí, juro que te sacaré los dientes y te arrancaré las uñas para hacertelas comer como viejo chimuelo.

— ¡Mmmh! — ahora sí miró con pánico.

O el chiquillo era muy crédulo, o Taesan realmente cumplía lo que decía.

— ¡Ahora corre fuera de mi vista! —El pequeño huyó, saliendo de ese enorme recibidor.

Él se paró y vino hacia mí.

— Vamos a mi cuarto antes de que-

— Taesan, qué sorpresa.

— ¡Mierda! — tomó mi mano y me obligó a correr escaleras arriba.

Dios, el tapizado que las cubría seguro valía más que mi casa.

— ¡Para! ¡¿Quién es ella?!

— La mamá de Beomgyu.

— ¿Y la tuya? — él no contestó.

Cuando sentí que estaba a punto de morir, llegamos al segundo piso y corrimos otro poco por el pasillo hasta entrar a la habitación.

Me sostuve sobre mis rodillas y traté de recuperar el aliento.

— Tardaron, ¿qué pasó?

— Beom y Yunha.

¿Yunha? ¿Su madre no era Sora? Esperen, ni siquiera la llamó su madre.

— Uy. — Riwoo sólo contestó eso y me miró — ¿No está bonita la habitación de Taesanie?

— Parece una casa extra.

— Sí, cuando tenga la mayoría de edad, la dejaré. — dijo Tae.

— Y yo me vendré a vivir aquí.

— Riwoo. — regañó.

— Wow, ¿por qué dejarías un lugar así?

— ¡Eso es, él es de los míos! — Riwoo pegó un grito que me hizo saltar. — Ven aquí, acuéstate conmigo — palmeó el lugar a su lado.

Miré a Taesan y se alzó de hombros. Lo tomé como un permiso para tirarme de lleno en ese gran colchón, para después sentarme contra el respaldo.

— ¡Por dios! ¡Es super acolchonada!

Taesan sonrio y se apresuró hacia donde estábamos nosotros.

No supe qué iba a hacer hasta que se sentó delante de mí y recostó su espalda entre mis piernas.

— Uhm... — okey, yo no tengo esta clase de confianza con nadie, aun así, me removí para acomodarme mejor, y traté de verlo como algo normal.

Pues parecía serlo para ellos, ya que Lee se levantó con un "yo también" e imitó a Taesan, reposando su espalda entre sus piernas.

— Ah, me recuerda a cuando éramos niños y nos la pasábamos aquí. — dijo el pelirosa. — ¡Quiero algo de comer!

— Sabes que puede tomar lo que quieras de la alacena, pero trata de que papá no te vea o hará preguntas.

— ¡Prometido! El señor Choi no me verá — Riwoo se lavantó rápido y salió corriendo fuera del cuarto.

"Soy tu hyung", me había dicho él. Vaya manera de demostrarlo, parecía un niño en dulcería.

— Eh, si no te molesta que pregunte... ¿Señor Choi?

— Se refiere a mi padre. — él se acomodó mejor, un poco más sobre mí.

Preguntaría si no era como muy atrevido hacer eso a alguien que conoce hace poco, pero recordando que prácticamente le hice un striptease, mejor me callé la boca.

— Tienen apellidos diferentes.

— Bueno, sí. Es decir, básicamente me adoptó. Pero sí es el papá de Beom.

— Y Yunha es la mamá.

— Correcto.

— Esto...está raro, ¿eh?

— No tanto. Oye, si vas a preguntarme sobre mi vida privada, ¿podrías por lo menos hacerme algunos mimos en el cabello?

Raro.

— Claro. — comencé a mover mis dedos entre sus hebras y, carajo, qué suavidad. — ¿Entonces?

— Mi madre.

— Sora.

— Sora. Quedó embarazada de mí, pero nunca tuvo contacto con mi padre. Conoció a Choi, él hizo de mí padre... Después mi madre murió y conoció a Yunha.

Detuve mis movimientos.

— Tú mamá...

— No te detengas, por favor.

Aspiré aire y continue con mis dos manos por toda su cabeza. El volvió a acomodarse un poco más pegado a mi, sosteniéndose de mis piernas. Por favor no te pegues panto, aprietas mucho mi...

— Mmmh eres muy bueno en esto.

Uh... ¿Qué estaba haciendo? Me detuve.

— Hanie, ¿por qué paras?

Proseguí, llevando mis dedos atrás de sus orejas

— Nosotros, uhm, ¿somos amigos o algo así?

— Claro, somos amigos si quieres.

— Está bien, entonces esto es normal. Digo, Riwoo debe hacértelo todo el tiempo.

— Lo hace.

Bueno, sabiendo eso, seguí con más intensidad, también un poco perdido en esa suavidad.

La sensación en mis dedos, el calorcito de su cuero cabelludo, qué calidez... Eh... ¿Esos sonidos eran necesarios?

— Ah~ se siente bien así, sabes cómo hacerlo... — se apoyó en mis piernas para voltearse un poco hacia mí — ¿Tienes experiencia?

— ¿Ex-Experiencia?

— Claro, masajeando.

— Uh, pues, suelo masajear a mi mamá o a Isa.

— Pobre Hanie, ¿eres siempre el que cuida? ¿Nadie cuida de ti? — su mano se posó suavemente sobre mi pecho.

¿Por qué me mira así? ¿Por qué estoy sintiendome tan nervioso? ¿Soy tan malpensado o de hecho él dice cosas muy de doble sentido?

— ¿Te sientes bien?

Todos los colores se apoderaron de mi cara cuando entendí a qué se debían todas estas emociones.

Con toda la vergúenza mundo, dije:

— Creo que tengo una pequeña ereccion.

Él miró hacia abajo. ¿Está sonriendo?

no tan heterosexual | gongfourz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora