"El amor puede nacer en el momento que menos esperes"
Paige Gilmore.
Mi vida parece una maldita serie turca.
Desgracia por desgracia.
—¡Estás loca, Gilmore! ¡Un cerdo es más inteligente que tu terquedad!
—¡Deja de gritarme! ¡Estoy lo suficientemente molesta, no necesito más leña, tengo suficiente para despertar el fuego!
—¿Qué haremos ahora?—presionó.
Saque mi teléfono y apenas lo encendí, se apagó. Mierda, ¿por qué siempre pasa eso cuando más lo necesitas?
—Mi teléfono está muerto.
Kaiden alzó los brazos al aire, —¡Bravo, Paige! ¡Bravo!
—Cállate, Kaiden.
Escuche que dejaba escapar un suspiro.
—¿Puedes decirme que demonios sucede contigo?
Miré a Kaiden y su expresión de enojo era inconfundible. Su mandíbula estaba apretada y sus ojos centelleaban con frustración. No había sido mi intención quedarnos atrapados, pero la verdad era que me enojé mucho.
—¿En serio, Paige? ¿Puedes creer que esto esté sucediendo?— Kaiden rompió el silencio, su voz tensa y cargada de irritación.
—No fue a propósito — respondí, tratando de mantener la calma. —Solo quería presionar el botón del piso y... bueno, ya sabes cómo son estos viejos elevadores.
Él resopló con desdén, mirándome como si fuera la responsable de todos los problemas del mundo.
—¡Prácticamente querías arrancar los botones del elevador, Paige! Esto es ridículo. Estamos atrapados aquí por tu culpa. ¿Qué se supone que hagamos ahora?
Me crují las manos nerviosamente, sintiendo cómo la tensión en el aire crecía.
—Podríamos intentar llamar a alguien—sugerí, aunque sabía que no había señal en este lugar.
Kaiden se cruzó de brazos, como si eso pudiera protegerlo del malestar que sentía.
—¿Llamar a quién? ¿A los fantasmas del edificio?
—Entiendo que estés molesto— le dije, intentando empatizar con su situación. —Pero gritarme no va a ayudarnos a salir más rápido.
—¡No estoy gritando! Estoy expresando mi frustración— replicó él, aunque su tono decía lo contrario.
—¡No me sigas gritando! ¡Te mataré aquí mismo sino dejas de gritar!
Aiden suspira profundamente y trata de relajarse un poco.
Continúe,—Mira, sé que esto es incómodo y molesto, pero no podemos perder la calma. Tal vez podamos pensar en algo juntos.
Kaiden me miró con desdén por un momento más antes de aflojar un poco su postura.
—Está bien... ¿qué propones?
—Podríamos contar historias para distraernos.
—¿Historias? ¿De verdad?— dijo con una mezcla de incredulidad y resignación. —No sé si eso sea suficiente para sacarme de este lío.
—Si, historias.
Ambos no sentamos quedando frente a frente. La luz roja ilumina el rostro de Kaiden.
—A ver...—pensó —, primero háblame de porque quieres morir en un elevador.
—Ye te dije que no fue mi intensión.
ESTÁS LEYENDO
Bajo el mismo cielo roto
Teen FictionCuando el novio de Paige muere de manera repentina, el dolor la consume de una forma que casi la destruye. La pérdida parece derribarla por completo, pero pronto descubre que no es la única que está rota. Su odioso cuñado, Kaiden, el hermano gemelo...