"En tus ojos veo mi felicidad y mi condena, porque amarte me consume, pero odiarte me duele."
—¿Qué es difícil? ¿Un amigo? ¿O algo más?
Oh, iba a matarla viva.
—Es el hermano de mi novio fallecido.
Las palabras salieron de mis labios con una dureza que ni yo misma esperaba. Zoe sonrió, satisfecha, como si hubiera ganado algo en esta conversación. Pero mi declaración dejó un peso en el aire que ni ella pudo ignorar.
Una sombra cruzó el rostro de Kaiden. Duró un segundo, pero fue suficiente para que notara el dolor reflejado en sus ojos antes de que lo escondiera detrás de una sonrisa forzada.
El silencio cayó entre nosotros como una losa. Pesado. Insoportable. Miré a Kaiden y vi cómo su expresión se tornaba tensa. Sus labios apretados, la mandíbula rígida, sus ojos evitando los míos como si quisieran huir de la verdad que acababa de soltar.
Me sentí mal.
—¿Sabes? —murmuró al fin, su voz apenas un susurro—. No es fácil escuchar eso.
Su confesión me golpeó como una bofetada. Era evidente que mis palabras habían dolido más de lo que esperaba. La forma en que su cuerpo se tensaba, la vulnerabilidad en su tono... todo me dejó sin palabras.
Kaiden Warren no era Chris. Nunca lo sería. Pero entonces, ¿qué era para mí? ¿Un amigo? ¿Algo más? La confusión en mi pecho ardía como un fuego descontrolado. Y Zoe, presionando, solo hacía que todo fuera peor.
Kaiden respiró hondo, recomponiéndose con esfuerzo. Podía sentir la incomodidad emanando de él, tan palpable que me hacía querer desaparecer.
—Eso fue duro —comentó Zoe, rompiendo el silencio con una indiferencia que me irritó aún más.
No podía soportarlo.
—Necesito ir al baño —dije, levantándome de la mesa con urgencia.
Casi corrí. Al llegar, cerré la puerta tras de mí y apoyé una mano en mi pecho. Mi corazón latía a mil por hora, como si hubiera corrido un maratón.
¿Qué te sucede?
¿Por qué lates tan rápido?
Me miré al espejo, tratando de calmarme. Mi reflejo me devolvió una mirada confusa. Sentía que algo había cambiado entre Kaiden y yo, y no estaba segura de qué era.
Chris había sido mi mundo. Kaiden era... diferente. Más complicado. Más irritante.
Respiré hondo, tratando de aclarar mi mente. No es Kaiden. Es solo el momento. Es la situación. Eso tiene que ser.
Pero por más que me convenciera, el latido frenético en mi pecho me decía lo contrario.
Trato de calmar mis nervios cerrando los ojos. Respiro hondo, intentando apaciguar el caos que Zoe ha sembrado en mi mente. Me miro en el espejo mientras coloco ambas manos sobre el lavamanos. Mis ojos parecen querer llorar, pero no me doy ese lujo. Tomo un poco de agua con las manos y la dejo caer sobre mi rostro, el frío tiene un efecto casi tranquilizador.
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Bajo el mismo cielo roto
Teen FictionCuando el novio de Paige muere de manera repentina, el dolor la consume de una forma que casi la destruye. La pérdida parece derribarla por completo, pero pronto descubre que no es la única que está rota. Su odioso cuñado, Kaiden, el hermano gemelo...