Bajo el mismo cielo roto

25

"Todo ocurre por alguna razón, quizás el destino nos tiene preparado algo mejor o algo peor"

El murmullo de la clase se mezcla con el ruido de los ventiladores del techo. Aunque mi cuaderno esta abierto frente a mí, no puedo concentrarme. Las palabras del día anterior seguían dando vueltas en mi mente, junto con el dolor de la incredulidad de Kaiden.

De repente, el sonido de un teléfono vibrando llamó mi atención. Connor, que estaba sentado unas filas más adelante, revisó su celular con rapidez. Su rostro se tensó por un instante antes de levantarse de su asiento.

—Señorita Hall, ¿puedo salir un momento? —preguntó con tono apresurado, levantando el móvil en señal de urgencia.

La profesora asintió con desgano, y Connor salió del aula sin mirar atrás. Mi curiosidad se despertó de inmediato. Había algo en su comportamiento que no encajaba. Recordé el día en que lo vi con el collar de Chris. Esa imagen seguía atormentándome, aunque no sabía si era real o si mi mente había jugado conmigo.

Sin pensarlo dos veces, me levanté con sigilo.

—Señorita Paige, ¿a dónde cree que va? —La profesora me fulminó con la mirada.

—Al baño, ¿puedo? —respondí, intentando sonar casual.

Ella resopló y asintió con un gesto vago. Aproveché la oportunidad para seguir a Connor.

Me moví por los pasillos con cuidado, manteniendo la distancia. Lo vi detenerse cerca de la ventana que daba al patio trasero de la escuela, donde el ruido era menor. Pegó el móvil a su oído, y su tono bajo apenas llegaba a mis oídos. Me escondí detrás de una columna, conteniendo la respiración para no hacer ruido.

—... Nadie sabe nada todavía... —decía Connor, su voz tensa pero controlada.

Fruncí el ceño, inclinándome un poco más para escuchar mejor.

—Sí, lo sé. Lo tengo bajo control. Pero si alguien se entera... —hizo una pausa, mirando alrededor con nerviosismo.

El aire se me cortó cuando escuché el siguiente nombre que mencionó:

—...Chris...

Mi corazón dio un vuelco. ¿Qué demonios tenía que ver Connor con Chris? ¿Por qué sonaba tan... comprometido?

Mi mente comenzó a trabajar a mil por hora. Había algo que no encajaba, algo que no podía dejar pasar. Pero entonces me detuve: ¿qué podía hacer? ¿Contárselo a Kaiden? No, después de lo de ayer, sabía que no me creería.

Tenía que encargarme yo misma.

El resto del día lo pasé ideando cómo acercarme a Connor sin levantar sospechas. Al final, decidí que la mejor manera de obtener información sería desde el lugar donde todo estaba registrado: la sala de profesores.

Durante el receso, fingí ir a la biblioteca, pero en realidad me dirigí al ala administrativa. Con cuidado, empujé la puerta de la sala de profesores, agradeciendo que estuviera entreabierta. Miré a ambos lados del pasillo antes de entrar.

Mis manos temblaban mientras rebuscaba entre los archivos. Finalmente, encontré los formularios de Connor. Rápidamente, anoté el nombre de su familia y su dirección en mi libreta.

Salí de la sala con el corazón latiendo a mil por hora, pero con una determinación renovada.

Esa misma tarde, tomé un taxi hacia la empresa del padre de Chris, Jacob. No podía hacer esto sola, y sabía que él tenía los recursos para investigar lo que yo no podía.

Cuando llegué, me sentí pequeña en comparación con el imponente edificio de oficinas. Después de hablar con la recepcionista y esperar unos minutos, Jacob me recibió en su despacho.

—Paige, ¿qué haces aquí? —preguntó con sorpresa, pero también con calidez.

Respiré profundo y le conté todo: desde la amenaza de Zoe hasta lo que había escuchado de Connor en el pasillo. Sus cejas se fruncieron mientras me escuchaba, y su expresión pasó de la sorpresa a la preocupación.

—¿Connor mencionó a Christopher? —preguntó finalmente, su tono bajo pero afilado.

Asentí.

—Y lo vi con el collar de Chris hace unos días. No sé si estoy exagerando, pero algo no está bien, Jacob.

Jacob se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en su escritorio.

—Haré que investiguen esto. Pero, Paige, por ahora, necesito que mantengas a Connor a la vista. No actúes de manera precipitada. Si está implicado en algo... lo hare pagar.

Sus palabras me dieron un poco de consuelo, pero también me llenaron de inquietud. Esto era más grande de lo que imaginaba, y no podía permitirme cometer errores.

Al salir de la oficina, me sentí un poco más segura. Pero también sabía que estaba entrando en un terreno peligroso.

¿Qué secretos escondía Connor? Pero lo más importante, ¿qué tiene que ver Chris en todo esto?