19 (Recuerdos)

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Ese día todo era tranquilidad. Miyuki estaba en su clase de anatomía, estudiando como siempre. Sin embargo, deseaba que el día terminara; había sido agotador desde muy temprano, con clases largas y estresantes. Luego, tendría que correr a sus dos trabajos de medio tiempo para poder sobrevivir. Pero, afortunadamente, contaba con el apoyo de personas como su amigo Kuramochi, a quien conoció en el instituto, donde jugaban béisbol juntos, y de su pareja, Mei.

Mei lo conoció en un juego amistoso de béisbol, y así fue como comenzó a desarrollarse su relación. Siempre lo apoyaba, y llevaban más de tres años viviendo juntos, además del tiempo que habían pasado como pareja. Se podría decir que eran una pareja perfecta, si no fuera por los arrebatos, berrinches y el narcisismo de su novio. Pero esos eran solo algunos de sus encantos. Miyuki había pensado en proponerle matrimonio y ya tenía varios planes en mente, con la ayuda de sus amigos.

—Miyuki-san, ¿podrías ayudarme a poner estas cajas en el almacén?

—Claro... solo dame un minuto—respondió, mientras decidía qué anillo comprar, observando uno en una vitrina cercana.

—Oh, Miyuki-san, ¿estás planeando una propuesta? —recriminó la chica detrás de él, con una sonrisa burlona y levantando las cejas.

—¡Jaja, qué envidia! —exclamó la chica, riendo.

—¿que estas celosa? — dijo juguetonamente

—Sabes que no lo decía por eso—la chica hizo un puchero de resentimiento, pero rápidamente volvió al tema—. ¿Y quién es el afortunado o la afortunada?

—Jajaja, pues lo sabrás pronto—respondió, esbozando una sonrisita burlona mientras le despeinaba el cabello.

—Bueno... regresemos al trabajo, si no, Tomioka-san nos matará por dejarle toda la tienda a él solo...

Su turno terminó, y se despidió de su compañera, dirigiéndose a su hogar, donde le esperaba el narcisista de su novio. Pero para su sorpresa, este no estaba, lo cual no era raro, ya que siempre llegaba tarde. Sin embargo, le preguntaba al respecto y siempre se salía con una excusa sobre el trabajo o los estudios. Miyuki no insistía, pues sabía que eso llevaría a una discusión, y no quería ser controlador en su vida.

Se dirigió a la cocina para preparar algo para la cena mientras esperaba a su pareja. Las horas pasaron, y mientras realizaba sus deberes universitarios, no pudo evitar mirar el reloj. Ya eran las 2 y no había señales de su novio, lo cual comenzó a preocuparlo. Decidió llamarlo, ya que nunca se ausentaba y, si lo hacía, siempre se comunicaba. Marcó el número, solo para asegurarse de que estuviera bien. El timbre sonaba en la otra línea, pero solo le enviaba al buzón.

Una semana pasó sin saber nada de Mei; no respondía llamadas ni mensajes, lo que lo tenía muy ansioso y le impedía concentrarse en la práctica.

—Oye... ¿estás bien? Tienes unas ojeras horribles—preguntó Kuramochi, notando su estado.

—No he tenido noticias de Mei desde hace una semana. Le llamo, pero solo me manda al buzón y ni siquiera lee los mensajes.

—¿Ustedes se pelearon?

—No—respondió Miyuki, viendo la preocupación en los ojos de su amigo.

—Entonces, deberías reportarlo a la policía... lo digo por las circunstancias...

—¡No se te ocurra pensar eso! —su voz se alzó, y el miedo se reflejó en sus ojos detrás de sus lentes; sus manos temblaban. Solo imaginar que la persona que más amaba había desaparecido le dejaba un vacío enorme. Kuramochi le dio unas palmadas en el hombro como señal de apoyo.

Camino Hacia Mi Destino... [MIYUSAWA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora