Viatrix de Otterset no es una chica común y corriente.
Por su venas corre sangre de sirenas. Esto le permite adquirir forma humana, para poder convivir con la raza humana y ocultarse de los cazadores que buscan atrapar a su especie.
En el fondo del...
Eran las 10:00 de la mañana en punto cuando el rostro de Kai apareció frente a mis ojos, la vista era borrosa, pero logre visualizarla mejor después de unos cuantos segundos de concentración, esta parloteaba sobre que debía ponerme antes de mi cita con Tristán.
—¿Viatrix?
—¿Qué?
—¿Como taparemos lo del pómulo?
Me acerque al espejo en el tocador de Kai, mi piel estaba en un tono morado con pequeños destellos verdes, la zona se veía inflamada y algo irritada.
—Mierda, creí que con la transformación desaparecería.
—¿Maquillaje?
—No cubrirá lo suficiente.
—¿Entonces?
—Tendré que decir que me golpee con algo.
—Si, claro, muy creíble eso.
—¿Entonces que sugieres?
La puesta de la habitación de Kai se abrió poco a poco, su madre se mostraba con una sonrisa cálida como siempre que venía a quedarme con ella, esa sonrisa no duro demasiado al verme el golpe en la cara.
—¡Dios! ¿Qué te paso? — nado con velocidad a mí, para examinar mi piel.
—Estábamos jugando y sin querer me golpee con el marco de la ventana.
—Fue mi culpa — repuso Kai de inmediato —, olvide cerrarla.
—¡Kai!
—No la regañe, yo debí tener más cuidado.
—Tu madre nos asesinara cuando te vea.
—Tranquila yo le explicare todo, no debe preocuparse.
El llamado a la puerta nos hizo dar un pequeño salto, eran unos guardias que mamá había mandado para escoltarme a casa, debía prepararme para mi cita, Tristán pasaría por mí a medio día, debía darme prisa. Sin más me despedí de los padres de Kai, esta me acompaño al carruaje real, lo cual si me lo preguntan era una estupidez ya que su casa no estaba tan lejos del castillo real, Kai me abrazo con fuerza.
—En cuanto vea el carruaje del príncipe Tristán estaré pendiente para seguirlos y ver como zafarte de esto.
—Bien.
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—¡Viatrix! — un grito ahogado escapó de la garganta de mamá.
—Estoy bien, no es para tanto.
—¡No es para tanto! Mira como tienes el rostro está completamente arruinado, como veras al príncipe Tristán así.
—Bueno si eso hace que el príncipe la rechacé entonces es un idiota. — soltó Kate.
