capítulo 9

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Los días transcurrían con una mezcla de tensión y pánico en todas las aldeas ninjas. Con la resurrección de antiguos ninjas poderosos gracias al Edo Tensei, el temor se extendía como un incendio. Madara Uchiha había dado un golpe que nadie esperaba. Los 5 Kages se reunieron para decidir el destino del mundo ninja, uniendo fuerzas a pesar de sus diferencias. Los debates eran intensos. La supervivencia estaba por encima de cualquier rencilla, y aunque el Raikage abogaba por una ofensiva frontal, Tsunade insistía en que debían mantener la estrategia por encima de la fuerza bruta.

"El Ejército Aliado debe formarse cuanto antes" dijo la Mizukage, con voz firme "No podemos perder más tiempo. Madara y Kabuto tienen el control del Edo Tensei. Si no actuamos rápido, será el fin"

El Kazekage, serio y enfocado, asintió. Todos sabían que las decisiones que tomaran en esa sala podían significar la vida o la muerte de todo el mundo ninja. Las viejas heridas entre las aldeas habían quedado a un lado. Ahora, se enfrentaban a un enemigo común.

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Mientras tanto, en Konoha, Kakashi no podía evitar que su mente divagara constantemente mientras vigilaba el entrenamiento de Naruto. Aunque su deber principal era preparar a Naruto para la guerra, había algo más que lo inquietaba: Sakurai.

Tsunade le había asignado la tarea de vigilar a ese joven comerciante de cabellos rosados que había aparecido en la aldea. Según los informes, no era un ninja, sino un civil común. Pero Tsunade no estaba completamente convencida, y sospechaba que podría ser un espía. Por ello, le encomendó a Kakashi que lo observara de cerca. Fue durante esta misión que Kakashi lo vio desnudo por primera vez.

Aquel día, Kakashi había seguido a Sakurai a su alojamiento. Desde una posición oculta, vio cómo se desvestía para bañarse. Era indiscutiblemente un hombre, con hombros estrechos, un torso delgado y firme, y una cintura que a Kakashi le resultaba... perturbadoramente atractiva. Desde ese momento, una extraña sensación había empezado a crecer en él. No había duda: Sakurai era un hombre, pero la atracción que sentía por él lo desconcertaba profundamente.

"No puede ser..." murmuró Kakashi en más de una ocasión, tratando de convencerse de que Sakurai no era más que un comerciante ordinario. Pero a pesar de lo que había visto, el parecido y la atracción que sentía eran innegables, y cada día que pasaba, le resultaba más difícil concentrarse en sus tareas.

"¡Kakashi-sensei!" La voz de Naruto lo sacó de sus pensamientos. El chico rubio cayó al suelo, jadeando después de una intensa ronda de entrenamiento "¿tú también crees que Sakurai es raro, dattebayo? ¡El otro día le ofrecí ir a las aguas termales y se negó! Seguro que es porque es Sakura-chan disfrazada, no quiere que la veamos desnuda"

Bromeó Naruto con una sonrisa pícara.

El corazón de Kakashi se saltó un latido. Aunque Naruto no lo decía en tono de broma, esas palabras tocaban una fibra sensible. ¿Y si Sakurai realmente era Sakura? Pero no, no podía ser. Lo había visto. Sabía que era un hombre.

"No creo que sea por eso, Naruto" respondió Kakashi con más seriedad de la que pretendía "Sakurai es... un hombre. Lo he visto, tiene todo lo que tú y yo tenemos"

Naruto lo miró confundido, pero no le dio mucha importancia. Sin embargo, las palabras de Kakashi hicieron que las imágenes del cuerpo desnudo de Sakurai volvieran a su mente con una fuerza que no pudo controlar. Recordó sus hombros desnudos, el torso firme y esa cintura que lo había desarmado por completo. ¿Por qué lo afectaba tanto? Nunca había sentido algo así antes. La mera idea de sentir una atracción tan fuerte hacia un hombre lo dejaba en un estado de confusión.

"Esto es una locura" pensó, mientras luchaba por mantener la compostura. Pero no importaba cuánto intentara enfocarse en la guerra, en la misión o en su deber como ninja, cada vez que pensaba en Sakurai, su cuerpo reaccionaba de una manera que no podía controlar.

Naruto, sin darse cuenta del conflicto interno de su sensei, siguió hablando.

"Kakashi-sensei, tú sí que eres raro, dattebayo. ¡Me vas a decir que no te parece sospechoso! ¡Eres más pervertido que Ero-Sennin!" gritó Naruto, riendo mientras señalaba descaradamente el bulto que se formaba en los pantalones de Kakashi.

Kakashi, avergonzado, miró hacia abajo y maldijo en silencio. Sakurai estaba en su mente, y el deseo que sentía hacia él se manifestaba de manera incontrolable. Naruto, asqueado, comenzó a alejarse, corriendo mientras gritaba:

"¡Eres un pervertido, dattebayo! ¡Aléjate de mí!"

Kakashi observó cómo Naruto se alejaba y suspiró, inquieto y confuso. Sabía que debía centrarse en la guerra que estaba a punto de desatarse, pero su mente siempre volvía a la misma pregunta: ¿realmente sentía atracción por Sakurai?

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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