En el velorio de despedida fui con mi madre y mi abuela, primero nos juntamos todos en el lugar donde la estaban velando. Era caótico, la gente se aglomeró en el lugar, casi no había aire y su familia lloraba desconsolada, excepto su hermana pequeña, que la verdad, no tenia idea de lo que estaba sucediendo, era una pequeña gordita, peinada con una cola de caballo y rizos muy bien definidos, cachetona y alegre, tenía los ojos de su hermana recién fallecida, yo no iba con la intención de llorar, pero al ver la inocencia de la niña que más tarde sería perturbada al darse cuenta de que su hermana ya no estaba entre nosotros, me llenó de lágrimas el corazón otra vez y eché a llorar en los brazos de mi madre.
Días antes, el día en que recibimos el carro fúnebre en el puente de la cuidad, nos congregamos todos, ambos cursos, familiares, amigos, etc. Todos con globos blancos y el uniforme del liceo. Me enteré por una fuente de confianza que algunas muchachas del 8º B hablaron ante la prensa, diciendo que Paola había escogido su destino, en pocas palabras, que se había suicidado. Una rabia indescriptible azotó mis pensamientos de compasión y quise golpearlas a todas ellas.
En fin, el día del velorio de despedida, nos congregamos todos en una plaza pequeña, cercana a su casa, yo estaba con mi madre, Eduardo, Francisca y otros muchachos y muchachas de mi curso, escuchando el sermón del cura, las palabras de la familia y viendo como, sin ningún respeto por la memoria de Paola, su enemiga de muerte, coqueteaba con el ex novio de Paola, prácticamente en sus narices, se reía cada vez que miraba el ataúd serrado, con una foto de ella sonriendo, como siempre lo hacía.
Después de aquello, correspondía el entierro, al cual, como ya dije, no pude asistir, por que tenía que viajar a Valdivia a pasar el fin de semana con mi tía favorita Jacqueline, una mujer ejemplo, muy inteligente y racional, pero con los sentimientos bloqueados por una mente cuadrada, aun que eso, a lo largo de su vida, la habría ayudado a sobrevivir a una vida de constantes pérdidas, tal y como ha sido la mía.
La última vez que soñé con Paola, no fue un sueño bonito: Estábamos en el gym del liceo, todos en un extremo, esperando las instrucciones del profesor, que seguramente serían trotar por al rededor de la cancha y finalmente hacer unos 15 abdominales, como lo era de costumbre. Yo pasaba caminando y mirando a todos mis compañeros estirando sus músculos, cuando ahí la volví a ver, estaba parada con sus calzas plomizas y un polerón café, mirándome, fui a abrazarla, pero alguien me detuvo, eran mis compañeros que me tomaban de mis brazos, de las piernas y de todas partes, intentando evitar que siquiera cruzara una mirada con ella, intenté zafarme pero fue inútil, me bloquearon el paso y me arrinconaron en una esquina del gym, todo se tornó oscuro y un alarido de piedad salió disparado de mis cuerdas vocales en forma de un rotundo y fuerte ''NO'' que al parecer los había dejado sordos, por que se taparon los oídos y me soltaron. Pero desperté y no he vuelto a soñar con ella, tal y como la vi morir, de una forma violenta y poco satisfactoria, así mismo me despedí de ella en el último de mis sueños en donde su presencia era evidente, así mismo dejé de verla caminar por mi casa como solía hacerlo días después de su muerte, así mismo, ella siempre en paz, me había dejado con la misa inquietud en el pecho.
Pasó el verano sin novedades y cuando llegó de nuevo el primer día de clases del año 2015, llegué a la nueva sala donde nos habían cambiado con el mismo entusiasmo con el que llegaba todas las mañanas el año anterior, y así seria el siguiente año y el siguiente y el siguiente, hasta que mi tiempo en el liceo haya concluido y partiría por ahí a cumplir mis sueños. Pero había algo extraño, una sensación de vacío que impregnaba aun las almas de mis compañeros, las paredes, las mesas, las sillas incluyendo al profesor, saludé a todos con una sonrisa, pretendiendo que nada había pasado pero en el fondo sabía que ella faltaba, que no era lo mismo. Empezó la clase y todos poniendo atención a profesor a su discurso de ''Bienvenidos 1º medio A 2015.'' nos hacíamos los tontos ante el deseo inconfesable de poder llegar completos hasta 4º medio y partir todos por ahí a hacer nuestras vidas e intentar sobrevivir en esta vida de constantes pérdidas y deseando poder cambiar ese ''algo'' que nos había dejado incompletos.
''No vivas para que tu presencia se note, si no para que tu ausencia se sienta''-Bob Marley.
Esta es la lección que Paola nos ha dejado a todos, según mi punto de vista.
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El tiempo más lento del mundo
Non-FictionAveces no tenemos idea de lo importantes que son las personas para nosotros hasta que simplemente entras un día a tu salón de clases y te das cuenta que falta algo, o mejor dicho, alguien que antes parecía irrelevante, pero ahora, como ya no está en...