GRECIA
La hierba había crecido sin darme cuenta, ya era normal fundirme entre la vegetación cada día que visitaba el lugar. Las lápidas algunas sin nombre me conocían perfectamente, otras nuevas no tanto, habían fallecido algunas personas y otras se habían mudado como dándole a su vida un mejor futuro. Siempre visitaba la tumba de Max, de Elle, de las amigas de Analissa, la de Cleo y...la de mamá. No podía a veces entender el porqué de las cosas, ella nunca debió irse de esa manera, la extrañaba tanto que daría cualquier cosa por verla de nuevo sólo para decirle que lo sentía y que la amaba con mi alma. Por otro lado estaban papá y Lucian, lejos en otro lado que yo desconocía esperando que yo pudiese ir a buscarles. No me he olvidado del hombre que amo, lo necesito al igual que a mi padre y por eso es que mi vida cambió. En todo este largo y tedioso año que pasó, me he preparado para enfrentarme al asesino de mamá, dejando la vida de una chica normal para reformarla como la de una chica que solo quiere venganza.
La casa casi vacía me ha servido para mis entrenamientos, enfocada en ser una persona valiente y dejar atrás los miedos que antes me convertían en un ser débil y atontado. Hoy puedo decir con orgullo que ya no tengo miedo, que soy una mujer preparada y con ganas de recuperar lo que me pertenece y que me usurparon a la fuerza. Dejé las rosas sobre la lápida y arranqué unas cuantas malezas que querían apropiarse de la decoración de la losa, la foto que escogí fue una de cuando ella cumplió sus cuarenta años, a pesar de la edad era una mujer muy fina que se mantenía bella y elegante. En la foto sonreía con felicidad agarrando una tarta hecha por mí, que había quedado malísima por cierto, pero así era ella, todo le encantaba y nada le disgustaba.
Las flores las coloqué alrededor, acaricié el retrato como si pudiese traspasarlo y llegar a ella, se me humedecieron los ojos pero había llorado tanto este año que ya no me quedaba nada, además si ella pudiese verme y conocer la mujer en la que me convertido se sentiría orgullosa de mí.
-Hola mamá, vengo a despedirme -acomodé las flores -iré a por papá y Lucian, los extraño mucho...igual que a ti -hice una breve pausa -Ojalá pudieses ver esta faceta de la nueva Grecia, ya dejé de tener miedo y ser una cobarde para convertirme en una mujer segura de mí misma, a dónde voy es necesario estar preparada ya que no sé a lo que me enfrentaré. Juro que te vengaré...vengaré a Cleo también. Te amo mamá...siempre te llevaré en mi corazón.
Una lágrima cae mientras doy un beso a la punta de mis dedos y la pego en la foto, lentamente me pongo de pie sin dejar de mirar el lugar donde ella yacía. El invierno estaba llegando nuevamente y con él muchas cosas tristes. Unos pasos tras de mí me alertan de proximidad.
-Sabía que te encontraría aquí.
Me volteo, Dae tenía las manos en los bolsillos, en todo este tiempo no intentó lastimarme, al contrario, a veces me daba lecciones de defensa aunque lo mantenía algo alejado de mí, no he olvidado lo que pasé por su culpa.
-Vine a despedirme -señalo la estela -Es necesario que marche ya, debo encontrar a mi padre y a Lucian y... asesinar a Víktor.
-Iré contigo -levanto una ceja sorprendida -Me necesitas, ni siquiera sabes a lo que te enfrentarás ahí afuera, es más, no tienes idea de nada de lo que verás, espero que estés preparada.
-¿Por qué me ayudarías? No haces nada que no sea para tu interés.
Sonríe de medio lado cambiando la mirada para luego posarla en mí.
-También quiero vengarme de Víktor y para serte sincero, este pueblo me aburre.
Me quedo en silencio, no era mala idea ya que necesitaba un guía, iría al otro mundo para buscarlos y jamás he viajado sola, si a eso se le puede llamar así.
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Sangre de CAZADORES
VampireDespués del enfrentamiento que tuvo con Víktor, Grecia se verá obligada a dejar todo atrás y recuperar al hombre que ama y a su padre, víctimas del vampiro. Acompañada de uno de sus peores enemigos, un vampiro que siempre ha querido asesinarla, debe...