CAPÍTULO 4

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NARRADOR OMNIPRESENTE

Víktor admiraba la persona que yacía en aquel féretro confeccionado especialmente para ella, sus rasgos y facciones que tanto amó ahora estaban en total quietud. Deseaba volver a verla sonreír, caminar, matar y ser su fiel servidora. Tanya llevaba mucho tiempo dormida en la eternidad y sólo algo o alguien podía revivirla, la sangre del que la asesinó. Pasó años buscando una sangre como la de él hasta que aquella humana apreció, la tuvo en sus manos y escapó pero ella regresaría, lo sabía muy bien. La puerta se abre y una vampira de cabello blanco y labios rojos hace presencia. El anciano se percata y se levanta de donde estaba.

  -Sabía que estarías aquí -le dice ella.

  -Es mi lugar favorito Lavina.

Da unos pasos hacia ella.

  -¿Qué deseas?

  -Vine a pedirte algo.

  -¿De qué se trata? Aquí mandas tanto como yo, este es nuestro templo -señala el palacete.

  -Pero es que tú lo traíste, es tuyo -hace una breve pausa - Quiero quedarme con el licántropo joven que capturaste, el otro puedes asesinarlo si quieres.

Víktor se queda sorprendido, sabía que ella era liberal pero siempre odió a los lycans, no comprendía ahora su comportamiento.

  -¿Por qué lo quieres? Siempre los has odiado y detestado.

  -Es muy guapo y quiero hacerlo mi esclavo personal -ella le acaricia el rostro al vampiro -¿Me negarás eso, hermanito?

Nunca le había negado nada a ella, desde que Tanya falleció lo único que le quedaba era su hermana y siempre trataba de complacerla.

  -De acuerdo, pero no lo mates, hay alguien que lo quiere y vendrá por él y yo estaré esperando para darle muerte.

  -No te preocupes, no le haré daño -ella le guiña un ojo y se aleja con movimientos felinos logrando lo que siempre quería.

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GRECIA

Me dolían los pies, la noche fue un puro tormento para mí, cada vez que intentaba quedarme dormida me despertaba con dolor en el tobillo y el cuello. Las manos las tenía entumecidas al igual que los pies, creo que de la posición he mejorado la lesión. Esperaba que así fuese porque a la mínima oportunidad me escapaba. Una puerta se abre y entra la mujer más detestable en este maldito mundo, venía comiendo algo, me entró hambre y sed de pronto al verla ingiriendo algo. Ella mastica delante de mí y me dan ganas de escupirle el rostro, esa sonrisa falsa me molestaba.

  -¿Dormiste bien? -me pregunta con burla.

  -Perfectamente, ¿y tú?

  -Por supuesto, estoy lista para patearte el trasero en la arena y...

De pronto se oyen unos gritos en el exterior, personas corriendo y llamando al líder, la tal Mérida sale a averiguar qué pasaba, si por alguna casualidad estaban atacando el asentamiento yo estaba atrapada como una presa fácil. Ella no tarda en regresar molesta, peor de como entró.

 -¡Ese maldito vampiro escapó y atacó a Coll!

Dae logró escabullirse y no me ayudó...ese bastardo, nunca debí fiarme de él.

  -¿A dónde fue? -ella grita, la miro seria, desde que la conocí ha sido una molestia andante -¡Responde!

  -¡No sé!

En eso entra Nathan seguido de Sulk, por su cara estaba de la misma forma que la mujer y pensaban que la culpa era mía.

  -Sabes que tu amiguito escapó, ¿cierto? -su mirada en mí era como de alguien que quiere matar a la otra -¡Exijo saber a dónde fue!

Sangre de CAZADORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora