Sangre de CAZADORES

CAPÍTULO 13

NARRADOR OMNIPRESENTE

Lucian abrió los ojos cegado por la luz que emanaba desde los ventanales que seguramente habían dormido abiertos. Una luz solar opacada por el clima frío se flirteaba por los espacios abiertos y se convertía en algo molesto. Miró alrededor y un agudo dolor de cabeza le produjo un quejido mientras se incorporaba en una suave cama, miró a su contorno y se sobresaltó al ver el cuerpo semidesnudo de Lavina dormida bocabajo. Retiró las sábanas y estaba...¡desnudo! Como alcanzado por un rayo se puso de pie de inmediato y comenzó a buscar sus ropas y se las colocaba, esa maldita le había agregado a la bebida y ni siquiera quería recordar lo que había sucedido.

  -Buenos días cariño, ¿por qué tan apurado? -la vampira se incorporaba tapándose el busto desnudo y sonriendo maliciosamente.

  -¡Cállate zorra! ¿Qué me hiciste?

Lavina deja de sonreír y se baja de la cama desnuda, Lucian  voltea la vista para no mirarla y ella se coloca una fina tela por encima.

  -No apartes la mirada cariño, que anoche viste más que eso...

Sin contener espacio para más ira en su cuerpo el licántropo se acerca a ella y la toma del cuello mientras la levanta en peso, quería estrangularla con sus propias manos mientras suplicase por su miserable vida. A pesar de poseer fuerza, ella no podía con la de él que era triplicada por cien. Lucian la lanzó al suelo con violencia, era una dama, pero a la vez una bestia capaz de matar para conseguir lo que quería. La vampira se puso de pie al momento y cuando Lucian se acercó le golpeó en el rostro con las uñas afiladas marcando una raya roja sobre el ojo del licántropo. A pesar de sangrar esto no bastó para que volviera a intentar asfixiarla, en sus ojos había odio y venganza, ella estaba perdiendo aire e intentaba zafarse inútilmente. Aunque eso no la mataría pero la dejaría inconsciente y luego él le arrancaría la cabeza para ir por su padre y los suyos que yacían prisioneros en las mazmorras.

Lavina estaba perdiendo oxígeno, lanzó telepáticamente un mensaje a sus súbditos y a Víktor de que estaba en peligro. Justo antes de perder el conocimiento las puertas se abrieron, más el licántropo no lo sintió, seguía aferrado a su víctima. Uno de los guardias pegó a la espalda de Lucian un arma con descargas eléctricas que lo hicieron soltar a la vampira. Lucian cayó al suelo con espasmos sin siquiera poder convertirse para defenderse, volvieron a arremeter sobre él una y otra vez hasta dejarlo exánime.

  -¡Llévenlo a las mazmorras! -gritó Víktor mientras ingresaba en la alcoba de su hermana.

Los esclavos hicieron caso y ella vio como alzaban el cuerpo del licántropo y lo sacaban fuera de su vista. Estaba ya de pie mientras se agarraba el cuello mirándose al espejo, unas terribles marcas rojizas se hacían evidente en esa blanquísima piel. Se voltea hacia Víktor quien estaba en silencio.

  -Casi me...

Una enorme cachetada que sonó por todo el palacio fue lo que recibió de su hermano. Nunca le había pegado y abrió los ojos con sorpresa ante lo ocurrido, el vampiro la miraba con furia mientras detestaba el comportamiento insolente que tuvo dejándose llevar por el pecado carnal.

  -¡Te has comportado como una zorra! -ella no dijo nada, el respeto que le profesaba era mucho mayor que la defensa que utilizaría -¿En qué diablos pensabas Lavina? ¿En que ese salvaje se enamoraría de ti?¡Está enamorado de esa maldita cazadora y es el motivo por el que está aquí junto al estúpido de su padre! -no supo la razón del por qué esas palabras le afectaron un poco, mientras su hermano caminaba por el salón sólo pensaba en ello -¡Sabes muy bien lo que sufrió Tanya por enamorarse y mira donde está!

  -Lo siento hermano...

  -¿Lo sientes? ¡Casi te mata Lavina! Está bien que te distraigas pero no puedes dejarte engatusar por su ridícula fisonomía. Es necesario mantenerlo con vida, ella está aquí.