Capítulo 12

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Llegó el viernes lo que significa que hoy es el día del segundo partido, la emoción es aún más y ya hay confianza. Pero aún así siguen los nervios.
Supuestamente la celebración sería en Mi Casa, pero al último momento el pobre de Leonel tuvo que organizar todo para que fuera la de él, porque ya llegué a un acuerdo con mi madre que la fiesta sería en Mi Casa, pero sólo cuando ganáramos el partido final. Ahora sí, a veces cuando uno tiene dinero. Puede hacer todo muy rápido, así que para él no fue tan difícil. aunque todavía no sé cómo logrará sacar a sus padres.
Hoy no fui tan tonta, y como ya medio me ando enfermando de una gripe. No voy a arriesgarme a enfermarme por completo, así que hoy simplemente me puse un pantalón tipo de pijama, junto una blusa de manga larga, y prácticamente un montón de suéteres encima.
Andrea vino casi igual que yo sólo que ella sólo se trajo una chamarra que es lo suficientemente caliente para mantenerla bien abrigada. Gracias a eso ahora pelea con los cordones del gorro que no puede desatar y está entrando en desesperación.
Celeste se acerca para ayudarla, y al final el nudo se desase con un tirón suabe, mientras Andrea pone cara de qué tonta soy.
––Sólo era cuestión de estirar un poquito con cuidado y salía. Explicas Celeste con paciencia, mientras Andrea por fin se quita el gorro y saca su cabello.
––Creo que me dejé llevar por la desesperación. Gracias amor.
Como ganamos el primer partido de nuevo, todo se llevará en nuestra escuela, así que todo ya está acomodado de nuevo y las porristas están practicando antes del partido. Algo que también deberían de hacer los del equipo de fútbol, pero sin embargo algunos están acá sentados con nosotras en la mesa Comiendo un poco y digo algunos porque Diego y Samuel empezaron a sentarse con nosotros, y ahora algunos amigos de ellos vinieron también. Así que tuvimos que robar sillas de otras mesas para caber perfectamente.
Hoy tendremos una clase antes del partido, mientras el otro equipo llega a la escuela. Yo estoy casi que codo a codo con Diego que come galletas con nutella al lado mío. Él lleva unos jeans negros y una chamarra de las que suele usar mientras tiene el cierre abierto de la parte del pecho, dejando ver la camisa blanca que lleva debajo. Su cabello ya le ha crecido un poco viéndose hermoso ante esa combinación de rizos y lacio.
Todos comemos tranquilamente mientras bromeamos y reímos. Celeste se mantiene con las manos metidas en las bolsas de su suéter, sin querer comer nada para no congelarse.
––¿No quieres que te dé de comer en la boquita? Digo ya que no quieres sacar las manos. Comenta bromista Angel.
––No estaría mal baby.  Respondes Celeste de la misma manera, haciéndonos reír.
––A mi me rechazaron mis galletas... Dice Diego, frunciendo ligeramente los labios como si quisiera hacer un puchero.
Sé que lo dice por mí, porque me estuvo ofreciendo demasiado, pero yo tengo mi comida, así que amablemente se las rechacé.
––Perdón, está bien, voy a aceptarte nadamás una sólo para que no te sientas mal. Le respondo agarrando con cuidado una galleta mientras él sonríe de nuevo.
––Ya bésense. Dice Samuel y yo le saco la lengua.
––Mejor no hagas eso, porque no sabes lo que podría convencerte de hacer con esa lengua... Responde haciendo que Diego se moleste.
––Con ella no te lleves así no es una de las amigas que tú tienes Samuel.
––Qué sexy regaño, suena tan firme y serio... Comenta otro chico y yo no puedo evitar la risa haciendo casi que me ahogue con mi comida.
––Cuidado, cuidado. ¿Estás bien? Menciona Diego mientras palmea mi espalda con suavidad.
––Si gracias, estoy bien. Respondo cuando logro pasar correctamente la comida y después soltarme a reír libremente mientras los demás igual lo hacen.
––¿Alguna vez te han dicho que tu risa es muy bonita?
Me sonrojo un poquito al escuchar el repentino comentario de Diego, y me giro un poco para mirarlo y sonreírle con suavidad.
––Gracias, y si hablamos de cosas lindas, yo podría señalar muchas cosas de ti que son lindas, pero me daría pena decirlo...
––Esta chica me cae aún mejor. Dice Angel haciendo que me acomode de nuevo para seguir comiendo.
––Pues perdón por ser tan imprudente, pero yo sí quiero saber qué tipo de amigas tiene Samuel.
––Ejemm... no creo que te interese, Celes. Responde él mirándola indiferente.
––¿Y qué cosas lindas te parecen de mí a ver? Dice Diego en un tono bajo siendo más para sólo escucharlo él y yo mientras los demás siguen con bromas y risas.
––Mmm. Finjo pensar mientras muerdo mi taco del tamaño de mi dedo meñique. Y no es broma, si están demasiado pequeños...
––Tus ojos son preciosos, y la combinación de tu cabello me encanta. Respondo por fin mientras todos los demás siguen con su plática sin molestarnos.
––Yo también tengo muchas cosas que me encantan de ti, aunque nunca terminaría porque prácticamente me gusta todo.
––¿Es al caso esto un coqueteo? Le pregunto mientras tomo de mi agua tratando de no ponerme nerviosa.
––Mmmh. se podría decir que si. Responde después de unos segundos fingir pensarlo.
Suelto una corta risa, sin saber qué responder terminando mi comida.
––A mi no sólo me agradan cosas de tu físico, también me encanta tu manera de ser como ya te lo dije anteriormente en la carta.
––¿Te encanta eh? Me sonríe ampliamente mientras caigo en cuenta.
––Me gusta, me agrada. Trato de corregir, pero ya es algo tarde.
Pienso que él va a empezar a molestarme por lo que dije, pero sin embargo me cambia de tema y le agradezco porque si no se hubiera convertido en algo incómodo.
––¿Cuál es tu comida favorita? Pregunta mientras limpia la mesa como si estuviera sucia.
––Tacos. Que por cierto mi madre me enseñó a hacer unos riquísimos. ¿Y la tuya?
––Carne asada.
––Una delicia. Digo fijándome en la pequeña mancha de nutella que hay en su labio inferior.
Él se da cuenta de mi mirada, y me sonríe agarrando una servilleta para limpiarse.
––Antes de qué se malinterprete, yo lo decía por...
––La carne asada, lo sé, no te preocupes, no necesitas darme explicaciones. Responde rápidamente, pero no quita esa sonrisa.
––Bueno. ¿Por qué no comiste comida? Es lo único que se me ocurre preguntar después de unos segundos.
––La nutella es deliciosa. Aparte es 100% natural y siento que me va a dar más energía el dulce que la comida. Ya sabes siempre da sueño después de comer. Agrega un tono divertido.
––Bueno, eso es cierto.
––Ya ves. Para más consejos, habla con el experto Diego Ortega. Dice haciendo una voz más grave.
Mi risa y la de él capta la atención de los demás de la mesa que nos miran con curiosidad.
Están apunto de empezar a preguntar algo cuando agradezco que nos interrumpan porque conozco lo intensas que pueden llegar a ser mis amigas.
––Bueno chicos arriba que tenemos que entrenar mientras los demás llegan así que rapidito. Ordena el entrenador aplaudiendo.
––Bueno bonita, nos vemos al rato que vas a hacer mi amuleto de la suerte.
––Mucha suerte, de rato nos vemos. Respondo mientras los chicos se levantan de la mesa quejándose.
––Rápido chicos, no tenemos todo el tiempo del mundo. Ya les di Chance de comer así que ahora a moverse.
Andrea suspira embobada mientras vea a Leonel alejarse y yo me levanto para ir a tirar la basura.
––¿Creo que debemos ir ya al salón no? Para llegar pronto. Escucho a celeste decir a lado mío y yo asiento.
––Sí, vamos.
––Voy a aprovechar para corregir algunos errores de la tarea, mientras los demás llegan y la maestra también. Dice celeste sacando sus cosas.
––¿Así que por eso propusiste venir al salón, e? Si no tu encantada de estar allá afuera. Comento soltando la risa.
––También quise entrar porque hace frío, así que prende la calefacción por favor.
Andrea la asesina con la mirada mientras busca en un cajón del escritorio y saca el control porque ya sabe que ahí lo guardan. Así que lo prende mientras Celeste le agradece con una sonrisa mientras empieza a escribir.
––¿No quieres que te ayude amor? Le pregunto sin tener nada más que hacer.
La veo negar mientras cambia de página en su libro y agarra el sacapuntas.
––¿Vi que Diego y tú se susurraban cosas, de qué tanto hablaban? Me interroga Andrea mientras yo camino un poco de un lado a otro en el salón.
––Nada me preguntaba sobre mi comida favorita, y ya. Le respondo tranquila frotando mis manos.
––Humjum. Voy a creer así de fácil. La escucho decir mientras se pone a buscar cosas en su mochila.
––No me creas si quieres.
––¿Bueno, hablarás hoy con Axel sobre la foto y eso?
Volteo a ver a Celeste al escucharla hablar de repente mientras ella acomoda sus cosas de nuevo.
––No lo sé, supongo que si. Aunque hay probabilidad de qué no me crea y de...
––Nada de supongo. Lo vas a hacer. No es justo que esa bruja no los deje estar juntos y tenga el descaro de engañarlo, aunque bueno él se lo busca por andar con alguien que no quiere.
––Andrea, no puedes asegurar algo que no sabemos tal vez si la quiere y...
––Y nada señorita, ya habíamos quedado en algo. Y el que no arriesga no gana, así que vas a hablar con él. Sí o sí.
––Si no lo haces tú, lo hacemos nosotras. Sentencia Celeste mirándome firme.
––Son imposibles. Les digo mientras suelto un suspiro sentándome después de caminar un rato en el salón.
––Pues éstas imposibles siempre van a estar para ti, pase lo que pase. Responde Celeste cerrando su mochila.
––Si funciona estaremos aquí para celebrarlo. Y si fracasa, te apoyaremos hasta que lo superes. Comenta Andy con ternura.
––Las amo niñas. Les digo mientras revuelvo un poco el cabello de Celeste que me fulmina con la mirada para después tratar de acomodárselo con los dedos.
El timbre suena y poco a poco más compañeros van llegando, no somos tantos, algunos no vinieron por el frío que hace y otros porque están en entrenamiento de porristas y en el entrenamiento de fútbol.
Una chica se acerca a Celeste y justamente Andrea empieza a contarme algo, desconcentrándome sin poder escuchar la otra conversación. Simplemente veo cómo le entrega un papel a mi amiga y la chica regresa a su lugar.
––¿Todo bien? Le pregunto en susurros a Celeste que asiente con simpleza sin tomar importancia al papel, guardándolo dentro del bolsillo de su suéter.
La observo con intensa curiosidad, pero ella simplemente lo ignora.
––No entiendo porque la maestra tarda tanto... Retira lo dicho rápidamente Andrea cuando la maestra aparece por la puerta.
––Ya no te lo preguntes, mejor a poner atención o nos jodemos.
––Hablan como si la profe Ara fuera mala, es bien dulce. Regaño a Celeste y Andrea.
––Dulce pero impuntual... Comenta Andy.
––Shh ya. Responde Celeste.
La profesora saluda y prepara sus cosas para empezar la clase. 
La profesora de literatura, señorita García, escribió en la pizarra.
—Hoy vamos a analizar la poesía de Pablo Neruda. ¿Alguien ha leído 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada?
Miro a mis amigas, Andrea y Celeste, y veo que estaban todos igual de confundidos.
Andrea levanta la mano y pregunta: "Sí, señorita, ¿qué es lo que queremos analizar?"
La profesora sonríe.viendo a mi amiga.
––Excelente pregunta, Andrea. En esta clase vamos a analizar la estructura y el lenguaje de la poesía. ¿Qué características podemos identificar en los poemas de Neruda?
*Narradora.
Maricela se distrajo pensando en sus problemas personales. ¿Cómo iba a analizar poesía cuando estaba por hacer algo que no sabía como terminaría con Axel? Pero la profesora siguió hablando y Maricela se concentró en la clase.
Andrea le frota la espalda en modo de tranquilizar a Maricela.
La profesora escribió en la pizarra: "Observemos la estructura de este poema: 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada'. ¿Qué podemos decir sobre la estructura de la poesía?"
Andrea levantó la mano por segunda vez.
––Sí, señorita, creo que la estructura es muy libre y no sigue ninguna regla específica.
La profesora asintió ante la respuesta.
––Exacto, Andrea. La estructura de la poesía de Neruda es muy flexible y no sigue ninguna regla establecida. ¿Qué podemos decir sobre el lenguaje de la poesía?
Maricela se sintió un poco más cómoda y comenzó a participar en la discusión.
––Creo que el lenguaje de Neruda es muy emotivo y utiliza metáforas para describir la relación amorosa.
La profesora sonrió: "Excelente observación, Maricela. La poesía de Neruda es conocida por su lenguaje emotivo y su uso de metáforas. ¿Qué podemos decir sobre el tema de la poesía?
La profesora distribuyó los poemas y la clase comenzó a leer y analizarlos en grupo. Maricela se sintió un poco más cómoda y comenzó a participar en la discusión. Su mente se distrajo un poco de sus problemas personales y se enfocó en la poesía.
––¿Qué te parece si compartimos nuestras ideas sobre el poema? Pregunta la profesora acercándose a su mesa.
Andrea habló primero viendo tensa a su amiga.
––Me parece que Neruda describe la pasión y el dolor del amor de manera muy emotiva.
Maricela se atreve a hablar tras un suspiro.
––Sí, y creo que utiliza metáforas para describir la relación amorosa.
La profesora sonrió: "Excelente observación, chicas. ¿Qué más podemos decir sobre el poema?
Otra chica  habló.
––Me parece que el poema habla de la pérdida y el duelo. Neruda describe la sensación de perder a alguien que se ama.
Celeste se une después de leer.
––Sí, y creo que utiliza la imagen de la flor para describir la muerte del amor.
La profesora asintió de acuerdo.
––Exacto, Cele. La flor es un símbolo de la vida y la muerte. ¿Qué más podemos decir sobre la estructura del poema?
Un chico con el cual pocos hablan se atreve a hablar.
––Me parece que Neruda utiliza un ritmo constante y una rima para crear un efecto musical.
La profesora sonrió acercándose a él.
––Excelente tu respuesta, Luka. La estructura del poema es muy importante para crear un efecto emotivo.
La clase siguió discutiendo y analizando el poema en grupo. La profesora les ayudaba a encontrar nuevas ideas y a profundizar en sus observaciones.
Después de unos minutos, la profesora dijo: "Buen trabajo, clase. Creo que hemos encontrado algunas ideas interesantes sobre el poema".
La clase se calló y la profesora continuó.
––Ahora, quiero que escriban un poema en grupo. Quiero que exploren sus sentimientos y pensamientos sobre el amor y la pérdida.
La clase se miró entre sí y comenzó a discutir sobre qué escribir. Andrea sugirió escribir sobre la pérdida de un ser querido, mientras que Celeste propuso escribir sobre la pasión del amor.
Maricela se unió a la discusión y sugirió escribir sobre la dualidad del amor.
––Quiero escribir sobre cómo el amor puede ser a la vez hermoso y doloroso. Cómo puede construirte, y de igual manera romperte.
La profesora asintió.
––Me parece una idea interesante. ¿Qué creen que podemos escribir sobre la dualidad del amor?
––Como Neruda dijo, 'el amor es un mar que nos arrastra con su fuerza. Comenta Luka.
Otra chica se unió: "Sí, y también podemos escribir sobre cómo el amor puede ser como una llama que nos quema, pero también nos calienta".
La profesora sonrió: "Me parece un buen punto de partida. Vamos a escribir en grupo y ver qué podemos crear".
––Disculpe profesora. ¿De cuántas personas se armará el grupo?
––¿Les parece de 5 personas? Responde a Celeste.
Todos asienten de acuerdo, empesando a elegir sus compañeros.
––Pfff. Algunos se están salvando de esto.
––Yo sólo quiero saber cómo le está yendo a Leonel en el entrenamiento. Contesta Andrea a Maricela.
––Tú cómo siempre con tu Leonel. Responde Celeste.
––¿Disculpen chicas, ya tienen a su quinto integrante para la tarea?
Maricela niega ante la pregunta de Luka.
—Todabía no tenemos el cuarto, ahora imagina el quinto. Responde Celeste con una risa.
––¿Puedo? Es que ya todos tienen grupo.
––Claro por nosotras no hay problema. Responde Andy con una sonrisa.
Luka toma sus cosas para sentarse cerca y ponerse de acuerdo.
-.
El equipo del Colegio Estrella se dirige a la cancha, su equipo rival, la Escuela de San Juan, ya está allí, calentando y preparándose para el partido. Diego, el capitán, da una mirada rápida a su equipo y ve que todos están listos y motivados.
—¡Vamos, equipo! ¡Esto es nuestro momento! Grita Diego, intentando levantar el ánimo de su equipo.
Los jugadores se agrupan en torno a él, escuchando sus palabras de motivación. Axel, el mediocampista, está nervioso pero determinado. Angel, el delantero, está calmado y concentrado. Leonel, el lateral, está listo para defender el área. Y Samuel, de centrocampista, está preparado para controlar el juego.
Mientras tanto, el entrenador del equipo del Colegio Estrella, les da una charla final antes del partido.
—Recuerden, chicos, que esto es un partido de equipo. Trabajen juntos, apoyen a sus compañeros y den todo lo que puedan. ¡Vamos a ganar este partido!
Diego suspira nervioso pero avanza al frente.
—Estamos muy emocionados de estar aquí hoy. Sabemos que el partido va a ser difícil, pero estamos preparados para dar todo lo que podemos. ¡Vamos a ganar! Me comprometo como capitán.
—Esa es la actitud. Hagan caso a Diego y a darle muchachos.
Después de la pequeña plática se dirigen a su área de calentamiento para hacer algunos ejercicios finales antes del partido. Axel, Angel, Leonel y los demás  están calentando sus piernas y brazos, mientras que Samuel está trabajando en su técnica de tiro. Diego está observando a su equipo, asegurándose de que todos estén listos y preparados.
Después de un rato los demás compañeros llegan a apoyar el equipo, rodeando la cancha algunos quedándose sin asiento.
Diego sonríe al ver a Maricela llegar.
—Diego, necesitamos toda tu consentrasión. ¿No te distraigas ok?
—está bien, entrenador. Estaré consentrado.
Rápidamente las porristas hacen una rutina dando la bienvenida al equipo.
Finalmente, el árbitro da la señal para que el partido comience. El equipo del Colegio Estrella se dirige al centro de la cancha, listo para enfrentarse a su rival. El partido ha comenzado. El partido comienza con un ritmo intenso. Axel, el mediocampista, se lanza a la carga, intentando crear oportunidades de gol. Angel, el delantero, está detrás de él, listo para disparar. El equipo de la Escuela de San Juan defiende con un ritmo lento y controlado, intentando evitar que el Colegio Estrella tome la iniciativa. Carlos, el capitán, dirige a su equipo desde la defensa. El partido sigue avanzando y el Colegio Estrella comienza a presionar a la Escuela de San Juan. Axel logra un pase preciso a Angel, que se encuentra solo frente al portero del equipo rival. Angel dispara con fuerza, pero el portero se inclina para detener el balón.
—Soy yo o Axel a mejorado.
—No seas exagerada Celeste, todavía no hace nada extraordinario. Le responde Andrea fijando su mirada en Leonel.
La Escuela de San Juan se defiende bien y logra un contraataque. Carlos logra un pase preciso a su compañero de equipo, Juan, que se encuentra en un espacio abierto. Juan dispara con rapidez, pero Diego, el capitán y portero del Colegio Estrella, se prepara para la llegada del balón y lo detiene con una mano firme.
Cerca a Maricela una chica del colegio San Juan, suspira al ver a Diego.
El partido sigue siendo emocionante y ambos equipos están jugando con intensidad. El Colegio Estrella logra un pase preciso a Samuel, que se encuentra en un espacio abierto. Samuel dispara con fuerza, pero el portero de la Escuela de San Juan se prepara para la llegada del balón y lo detiene con una mano firme.
—Diego se ve mejor haciéndolo. Comenta Andrea haciendo reír a las demás.
Mientras tanto, el árbitro del partido comienza a poner en juego sus cartas. Al minuto 20 del partido, el árbitro da un penal a favor del Colegio Estrella por una infracción cometida por el portero de la Escuela de San Juan. Angel, el delantero del Colegio Estrella, se prepara para disparar el penal.
La Escuela de San Juan intenta presionar a Angel para que cometa un error, pero él se mantiene firme y calmado. Al minuto 22, Angel dispara el penal con fuerza y precisión, y el balón se dirige hacia la portería. El portero de la Escuela de San Juan intenta detener el balón, pero no puede hacerlo. El balón se encaja en la red y el Colegio Estrella toma ventaja.
—¡Muy bien Diablo! Grita una Celeste emocionada.
El partido sigue siendo emocionante y el Colegio Estrella sigue presionando a la Escuela de San Juan. El Colegio Estrella sigue presionando y logra un pase preciso a Axel, que se encuentra en un espacio abierto. Axel dispara con fuerza y el balón se dirige hacia la portería. El portero de la Escuela de San Juan intenta detener el balón, pero no puede hacerlo. El balón entra en la portería y el Colegio Estrella aumenta su ventaja.
—Ahora sí, hizo algo. Le dice Andrea a Celeste.
La Escuela de San Juan se ve obligada a cambiar su estrategia y intenta presionar al Colegio Estrella para evitar que anoten más goles. El partido sigue siendo intenso y ambos equipos están jugando con intensidad.
Al minuto 35 del partido, el árbitro da un tarjeta amarilla a Carlos, el capitán de la Escuela de San Juan, por una infracción cometida en el campo. El Colegio Estrella aprovecha la oportunidad y logra un pase preciso a Angel, que dispara con fuerza. El portero de la Escuela de San Juan intenta detener el balón, pero no puede hacerlo. El balón entra en la portería y el Colegio Estrella aumenta su ventaja.
—Esto ya me parece mucha suerte. Comenta una de las chicas del otro colegio.
—¿Perdón? No es nuestra culpa que su colegio no haya entrenado, o no sepa jugar. Responde Andrea.
La Escuela de San Juan se ve obligada a cambiar su estrategia y intenta presionar al Colegio Estrella para evitar que anoten más goles. El partido sigue siendo emocionante y ambos equipos están jugando con intensidad. Sin ninguno rendirse.
Mientras tanto, el entrenador del Colegio Estrella, el señor Gómez, comienza a cambiar a algunos de sus jugadores para mantener la frescura en el equipo. Samuel es reemplazado por Mateo, un joven jugador que ha estado esperando su oportunidad en el equipo. Mateo se une al equipo y se prepara para jugar en el campo.
—La hora de ver a mi baby. Comenta una chica sentada alado de Maricela.
—¿Es tu novio? Le pregunta después de estar tan callada.
La chica asiente con emoción.
La Escuela de San Juan sigue presionando y logra un pase preciso a Juan, que se encuentra en un espacio abierto. Juan dispara con fuerza, pero Diego se prepara para la llegada del balón y lo detiene con una mano firme. El partido sigue siendo emocionante y ambos equipos están jugando con intensidad. El Colegio Estrella sigue presionando y logra un pase preciso a Mateo, que se encuentra en un espacio abierto. Mateo dispara con fuerza y el balón se dirige hacia la portería. El portero de la Escuela de San Juan intenta detener el balón, pero no puede hacerlo. El balón entra en la portería y el Colegio Estrella aumenta su ventaja. El partido sigue siendo emocionante.
La Escuela de San Juan se ve obligada a cambiar su estrategia y intenta presionar al Colegio Estrella para evitar que anoten más goles. El entrenador del Colegio Estrella, el señor Gómez, decide sacar a su portero titular y reemplazarlo con su suplente, el joven jugador Gabriel.
—Mierda, Diego no...
—Tranqui baby confiemos en Gabriel. Le dice Celeste a Maricela.
Gabriel se une al equipo y se prepara para jugar en el campo. El Colegio Estrella continúa y logra un pase preciso a Axel, que dispara con fuerza. El balón se dirige hacia la portería, pero el portero del otro equipo se prepara para la llegada del balón y lo detiene con una mano firme.
La Escuela de San Juan aprovecha la oportunidad y logra un pase preciso a Juan, que se encuentra en un espacio abierto. Juan dispara con fuerza y el balón se dirige hacia la portería. Gabriel se prepara para la llegada del balón, pero no puede detenerlo. El balón entra en la portería y la Escuela de San Juan consigue un gol.
—Lo veo muy nervioso. Opina Andrea mirando a Gabriel.
-.
El partido sigue siendo emocionante y los dos equipos están jugando con intensidad. El Colegio Estrella sigue presionando, pero la Escuela de San Juan está defendiendo bien. El partido está llegando a su fin y El Colejio Estrella está ganando en la puntuación.
Al minuto 90 del partido, el árbitro da una tarjeta amarilla a Mateo, del Colegio Estrella, por una infracción cometida y El Colegio Estrella se ve obligado a jugar con un jugador menos en el campo. La Escuela de San Juan aprovecha la oportunidad y logra un pase preciso a Carlos, que se encuentra en un espacio abierto. Carlos dispara con fuerza y el balón se dirige hacia la portería. Gabriel del Colegio Estrella se prepara para la llegada del balón, pero no puede detenerlo. El balón entra en la portería y la Escuela de San Juan consigue el gol deseado.
El partido ha terminado y la Escuela de San Juan ha perdido 3-2. El Colegio Estrella selebra, estando orgullosa de su actuación en el partido.
La Escuela de San Juan, se acerca a darse la mano con el equipo contrario. Demostrando que lo importante es divertirse. El Colegio Estrella salen de la cancha hablando con algunos de el otro equipo. El partido fue emocionante y ambos equipos demostraron su valía.
Algunos chicos se acercan a donde están los demás compañeros hablando. Las chicas d la otra escuela se levantan yendo con sus compañeros, una de ellas abrazándose a Carlos.
—Boniita, mejor dicho. Mi amuleto.
Maricela le sonríe a Diego que se sienta en el piso al lado de ella. 
—Me preocupé cuando te sacaron.
—No hay nada de qué preocuparse. También hay que dar oportunidad a mis demás compañeros no solo yo soy bueno en esto.
—Siempre tan lindo. Contesta Celeste.
—Y bueno, ¿ahora qué? Pregunta Andrea sin apartar la mirada de Leonel que habla con chicos de la otra escuela.
—Dijo que los imvitaría a la fiesta. Responde Diego fijando la mirada en el mismo punto que Andrea.
—Ya, entiendo.
—Bueno, me iré a dar un baño. Ya vuelvo.
—Dale, los vemos en el gimnasio. Dice Maricela levantándose con sus amigas.
-.
Más tarde las chicas siguen hablando a la espera de los chicos, comentando diferentes temas.
—Quiero hacer pis, ya vengo. Dice Celeste parándose.
Camina por el pasillo viendo que ya los de la otra escuela se fueron. Escucha vozes cerca, pero las ignora entrando al baño.
Al salir las vozes siguen, haciendo que la curiosidad le gane. Camina con cuidado hacia ese pasillo, sin acercarse mucho.
Ve a dos sombras moviéndose inquietas, mientras se escuchan susurros. Se acerca más para saber lo que dicen, poniéndose tras un muro.
—Sam entiende, todabía no puedo decir nada. Quiero estar contigo pero él me obliga a seguir ahí.
—¿Y crees que te seguiré esperando?
Celeste se pone la mano en la boca buscando su celular para grabar sin encontrarlo.
—Si me quieres lo harás, no me presiones por favor, te quiero pero no sé cómo dejarlo.
—¿Y mientras qué? Seguiremos siendo un secreto y tu lo presumirás tranquila sabiendo que no lo amas.
—Sam no lo digas así...
—En buen momento me olvido del cel joder. Se dice Celeste así misma.
—¿Entonces cómo lo digo? ¿Pinto un cuentito de hadas y espero nuestro final feliz?
—No es un cuento porque sí seremos felices.
—No me mientas, sabes que él tampoco te quiere, él la quiere a ella.
—¿Me lo tenías que recordar?
—¿Porque te duele, verdad?
—No,sabes que no. Sólo me enoja que tengo claro eso pero aún así no me deja ir, me quiere tener para seguirla jodiendo. Es él amor, no yo.
Celeste ve al chico negar, mientras ella hace el esfuerzo por no hacer ruido.
—¿Me crees bebé? ¿Comfías en mi verdad?
—La confianza es parte del amor. Pero por favor déjame ayudarte a librarte de ese idiota.
—Gracias bebé, y no quiero que te preocupes. Ya te dije que yo me encargo.
Celeste siente su corazón acelerarse por los nervios a ser descubierta, y las manos le tiemblan por el shock de lo que ve.
—Pues estás tardando.
—Acabas de decir que confías e mí, demuéstralo.
Él suspira abrazándola y deslizando sus manos por su espalda, hasta posarlas en la cintura de ella.
Ella sonríe y acerca sus labios al cuello del chico, mirándolo con deseo.
—Me encantas, ¿Sabías?
—Y lo que te hago también te encanta. Responde él bajando más sus manos.
Se le cristalizan los ojos a Celeste al ver como los dos se besan, abrazándose.
—Te quiero Sonia...
🌟
Holiii.
¿Cómo están? Tanto tiempo y hasta ahorita aparezco, perdón tuve uno de sus bloqueos que a veces tienen las personas al escribir.
¿Qué acaba de pasar? ¿Qué fue esa plática del final? Se viene fiesta se viene pelea. Se vienen más cosas.
¿Quieren conocer más a Luka? ¿Ya tienen teorías sobre el capítulo anterior?
Pasaron algunos cumpleaños y no fueron celebrados los que recuerdan cuáles son feliciten a esos personajes. nos vemos en una semana, al menos que mi mente sea rápida y para el domingo les tenga otro capítulo.
Tienen permiso a matarme por haber tardado, y ya no voy a prometer cosas si no las voy a poder cumplir.
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El arte de amar y perder. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora