Charlie está debajo de mí.
De nuevo se repite esta escena tan erótica que me come ferozmente por dentro.
Creo morirme cuando por fin habla, después de algunos largos segundos tragando saliva y entrecerrando los ojos:
"Ahora..."
Y empujo.
La punta de mi polla aguardaba pacientemente en la entrada de su ano, esperando a que se dilatara lo suficiente para volver a intentarlo. Hoy quiere que le penetre, y yo no voy a negarme.
No se me ocurriría.
Todo lo que Charlie desee es una orden para mí. Si lo quiere, no paro hasta que se lo doy. Y si hoy quiere sexo anal, se lo doy. Si quiere penetrarme a mí, le dejaré hacerlo.
Porque todo lo que Charlie ansía es todo lo que ansío yo.
"Para..."
Y me detengo.
Llevamos así un buen rato. No me importa, soy increíblemente paciente. Disfruto de todo este proceso: "Nick, quiero que me penetres", "Nick, ve más despacio", "Nick, me haces daño", "Nick, empuja más fuerte", "Nick, no pares..."
Todos los pasos me hacen sentir bien. Me recreo en todos ellos, disfrutando de los pequeños detalles, sensaciones y sonidos que van surgiendo.
"Empuja..."
...y vuelvo a penetrarle. Sólo un poquito, despacio, tal como me lo pide. Lo hago sin prisa, sin aguardar cuando me deje hacerlo más rápido. Así también lo disfruto.
Y yo tampoco me dilato fácilmente, de paso sea dicho.
Penetro el ano de Charlie unos tres centímetros, lo suficiente como para que empiece a notarme dentro y a alarmarse por cierto malestar, y me pida que me detenga. No me salgo de él, sólo me quedo quieto. Esta vez asiente con la cabeza, haciéndome llegar eso como la señal para que vuelva a empezar.
Durante un momento, se queda en silencio con los ojos cerrados. Yo simplemente le observo, enamorado y empalmado, y espero.
"Vale, sig..."
E interrumpo su frase de proseguimiento penetrándole un poco más adentro. Abre mucho los ojos y me arrepiento. Creo que me he venido arriba.
"Perd..."
Ahora me interrumpe él a mi, poniendo una de sus manos sobre mi boca. Inspira y vuelve a soltar un "Sigue...", esta vez con una voz más grave.
Hago caso, y creo que ese cambio de tono me ha excitado un poco más.
Empujo mi polla un poco más, y ya puedo empezar a sentir el calor de su interior.
"Uf..."- resoplo sin darme cuenta.
Me mira, sintiéndose interrumpido.
"¿Todo bien?" -dice, acariciando con ligereza mi mejilla izquierda.
Sonrío.
"Genial...", y me abalanzo para besarle como si llevara sin hacerlo años.
Soy fiero en este momento, e introduzco mi lengua en su boca con la misma ansia con la que quiero follarle, pero me contengo en este segundo punto. Dejo que lo primero tome el control, y le beso hasta sentir que he mis papilas han segregado la suficiente saliva como para hacer sentir a Charlie mojado en su propia boca.
Cuando me separo, me mira con un semblante... ¿sorprendido?
Creo que excitado.
"Empuja...", suelta de golpe, y por un momento creo que lo he soñado.