Desde niño, Quackity ha sido un soñador romántico. Le encantan las historias de amor que ve en las películas, con las emociones desbordantes y los finales felices.
Por otro lado, estaba Luzu, quien tenia una visión más escéptica del amor. No le gus...
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Quackity se encontraba junto a Luzu en su habitación, la cual era muy amplia e iluminada con un gran ventanal que daba una linda vista de su jardín delantero. Junto a aquella ventana estaba aquel lugar donde se encontraban todos sus implementos para pintar con un gran lienzo y un caballete.
Su habitación era de un color blanco que ya casi ni se podía distinguir, habían muchos pequeños dibujos arrancados de un cuaderno pegados en esta, junto a uno que otro cuadro realizado por el mismo.
Por otra parte, estaba la sección donde se encontraba su cama y su escritorio, ese espacio estaba un poco más organizado en comparación al otro. Allí tenía cosas más personales como pequeñas fotos polaroid de él cuando era niño junto a sus padres y con sus amigos.
Esa tarde, después de clases, Luzu y Quackity acordaron que irían a estudiar a casa del pelinegro, en unos días tendrían muchos exámenes y tenían que prepararse. A pesar de que la mayoría de las veces que estudiaban era Quackity distrayendóse o hablando de otro tema con Luzu intentando concentrarse, pero a pesar de que al final no terminaban estudiando mucho, les gustaba intentar hacerlo juntos.
Ambos se encontraban sentados con las piernas cruzadas en el suelo, con varias almohadas alrededor, hojas de cálculos matemáticos y libros esparcidos en el piso.
Luzu estaba leyendo con su entrecejo ligeramente fruncido, tratando de entender los números matemáticos que tenía delante de él, Quackity en cambio solo lo miraba, con su codo apoyado en su rodilla y su mano afirmando su rostro. Estaba perdido en sus pensamientos y apreciando las expresiones de su amigo.
-Lusu -musitó en un susurró.
-¿Mhm? -soltó en señal de que lo escuchaba.
-¿A qué universidad planeas ir después de graduarte?
Luzu desvió su mirada de esos problemas matemáticos para centrar toda su atención en su amigo frente a él.
-La verdad... no lo he pensado bien, estaba hablando eso con mi mamá y el entrenador hace unos días, me dijo que si me iba bien en el torneo de clasificatorias regional podía optar a muchas opciones de universidades con becas para deportistas -explicó soltando un suspiró y desviando su mirada.
-No te ves muy convencido.
-Quedan bastante lejos de aquí a unos miles de kilómetros y no quiero dejar a mi mamá sola... Aunque me dijo que no era un problema, no lo sé es complicado dejar todo esto atrás.
Quackity entendía a la perfección a Luzu. Desde que ingresaron a la secundaria no dejaba de pensar en eso y como dejarían todo atrás por ir tras un futuro incierto.
Era difícil imaginar un futuro donde Luzu no lo fuera a buscar a su casa, a pesar de quedar en dirección contraria a la escuela para irse juntos por las mañanas.
Un futuro donde él y Roier no molestaran a Cellbit con sus bromas en clases.
Un futuro donde Bagi y Tina no le pusieran calcomanías de fresas por su rostro cuando se quedaba dormido en los recesos.
