Desde niño, Quackity ha sido un soñador romántico. Le encantan las historias de amor que ve en las películas, con las emociones desbordantes y los finales felices.
Por otro lado, estaba Luzu, quien tenia una visión más escéptica del amor. No le gus...
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—Me gusta Lusu...
Roier al escuchar esas palabras no pudo evitar ahogarse con el agua que quedaba en su botella.
Ya era agosto y hace algunos días habían vuelto a clases en su último año escolar, el cuál no los había hecho librarse de sus clases de deporte. Ambos mexicanos se encontraban en la cancha de la escuela, sentados en el pasto bajo la sombra de un árbol luego de trotar por casi 15 minutos bajo el sol.
Ahora otro grupo de su salón se encontraba trotando dónde estaban Luzu, Vegetta, Tina y Foolish y otros chicos de su grado. Mientras que Cellbit y Bagi se habían escabullido para conseguir unas botellas de agua, por lo que Quackity había aprovechado ese momento para desahogar con Roier sus pesares de los últimos meses.
—¿¡Qué!? —cuestionó el castaño tratando de respirar con normalidad.
—Que me gusta Lusu...—repitió en voz un poco más alta, con su mirada perdida en el césped.
Tosiendo otro poco, Roier lo miró sorprendido.
—Si te oí, pero no me lo digas así como si nada, casi me ahogócabrón—dijo carraspeando.
Quackity lo miró frunciendo su entrecejo.
—¿No dirás nada más?
—¿Qué quieres que te diga? Ya sabía pendejo, si se nota de aquí a tres kilómetros, solo... No esperaba que lo admitieras aún, o al menos esperaba que salieras del closet primero.
Quackity lo miró sorprendido.
¿Como chingados Roier se había dado cuenta de sus sentimientos antes que él?Estaba perdido navegando en sus pensamientos y en qué tan obvio podía ser lo que sentía, cuando Roier habló nuevamente.
—Y... ¿Cómo es que al fin tuviste tu iluminación y te diste cuenta? —preguntó dándole otro sorbo a la poca agua que quedaba en su botella —Porque llevan desde la primaria en esta dinámica, hasta en un momento pensé que nos íbamos a graduar, y nunca, ninguno de los dos se iba a cuestionar su relación.
Quackity lo pensó un poco antes de responder sonrojado.
—Lo besé.
—¿¡Lo besaste!? —dijo Roier en voz alta abriendo los ojos en grande.
Quackity abrió los ojos y lo miró lleno de pánico.
—Shh no grites culero, no quiero que todo el mundo se enteré.
—No mames que al fin... Espérate, p-pero ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿En qué momento? —agregó exaltado para fruncir el ceño y darle un golpe a su amigo en el brazo —Y hasta ahora me dices.
—¡Auch! Perdón lo estaba asimilando con el hecho de que nunca seré correspondido —respondió sarcástico sobándose el brazo.
—A ver, a ver espérate tantito, ¿No me acabas de decir que se besuquiaron? Cuenta bien el chisme, no sueltes datos importantes así como si no nada.
