Habían pasado solo un par de días desde esa tarde en mi apartamento, pero la tensión entre Sea y yo se sentía más intensa con cada momento que compartíamos. No es que Sea hubiera cambiado mucho, seguía siendo el mismo chico provocador y algo caótico, pero ahora parecía disfrutar más haciéndome sentir fuera de lugar, empujándome a mis límites. Lo peor de todo era que no podía negar que una parte de mí lo encontraba... emocionante.
Estábamos en la biblioteca, supuestamente trabajando en el proyecto. Sin embargo, de alguna manera, cada vez que intentaba concentrarme, Sea encontraba la forma de distraerme.
—¿Te pasa algo, Jimmy? —preguntó, inclinándose hacia mí sobre la mesa. Su voz tenía ese tono suave y burlón, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo.
—Estoy bien —mentí, sin mirarlo. No era tan fácil mantener la calma cuando él estaba tan cerca.
—¿Seguro? Porque parece que te pones nervioso cada vez que me acerco —susurró, su aliento rozando mi oreja.
No pude evitar tensarme. Sea tenía esa habilidad de meterse bajo mi piel y hacerme sentir cosas que no estaba preparado para admitir. Sabía que le gustaba jugar conmigo, pero esta vez había algo diferente en su tono. Algo más serio.
—Deberíamos concentrarnos en el proyecto —dije, tratando de apartarme ligeramente, pero él no se movió.
—Oh, vamos, Jimmy. Ya sabes que esto es más interesante que el proyecto —dijo, y esta vez su mano rozó la mía bajo la mesa.
Sentí una descarga recorrer mi cuerpo, pero me forcé a no reaccionar. No podía seguirle el juego, no si quería mantener el control. Pero Sea no dejaba de mirarme con esos ojos oscuros, desafiándome a hacer algo al respecto.
—¿Por qué haces esto? —le pregunté finalmente, mirándolo directamente a los ojos. No sabía si quería una respuesta o si simplemente necesitaba entender por qué él insistía en provocarme tanto.
Sea sonrió, pero esta vez su sonrisa era más suave, casi como si se hubiera dado cuenta de que había cruzado una línea.
—Porque me gusta ver hasta dónde llegas antes de romper —respondió, su voz baja y seria. No había rastro de burla en su tono.
Quise decir algo, cualquier cosa para recuperar el control de la situación, pero las palabras no salían. En lugar de eso, el silencio se extendió entre nosotros, cargado de algo que no podía definir. Algo que ambos sabíamos que estaba allí, pero que ninguno de los dos quería admitir todavía.
Finalmente, Sea se apartó, aunque no mucho, y dejó que el momento se desvaneciera. Pero ahora que había pasado, no podía dejar de pensar en lo que realmente significaba todo esto. Porque, aunque me costara admitirlo, sabía que una parte de mí no quería que él se detuviera.
...
Más tarde esa misma tarde, Book y yo estábamos en la cafetería, y aunque intentaba concentrarme en lo que él decía, mi mente seguía volviendo a Sea y a lo que había pasado en la biblioteca.
—¿Estás bien? —preguntó Book, alzando una ceja—. Te noto distraído.
—Solo... cansado, supongo —dije, sin muchas ganas de hablar sobre lo que realmente me estaba pasando.
—Ajá, claro. Cansado... —dijo Book, dándole un sorbo a su café—. Apuesto a que tiene algo que ver con cierto chico que se la pasa molestándote.
Lo miré, sorprendido de que lo hubiera notado, pero claro, Book siempre era bueno para leerme.
—No quiero hablar de eso —dije, llevándome la taza a los labios.
—No es nada malo, Jimmy. A veces es mejor admitir lo que sientes en lugar de huir de ello todo el tiempo —dijo Book con una sonrisa comprensiva.
—¿Y tú? —pregunté, aprovechando la oportunidad para cambiar el tema—. ¿Qué hay entre tú y Force?
Book se puso serio por un momento, como si estuviera decidiendo si debía contarme la verdad o no.
—No lo sé —admitió finalmente—. Es complicado. El tipo es... un desastre, pero no puedo evitar sentirme intrigado por él. Cada vez que intento mantenerlo a distancia, hace algo que me lleva de vuelta.
—¿Y qué vas a hacer? —pregunté, aunque sabía que Book era el tipo de persona que no se quedaba quieto cuando se trataba de algo que quería.
—No estoy seguro —respondió, suspirando—. Pero sea lo que sea, no dejaré que él tenga todo el control.
Había una determinación en su mirada que me hizo darme cuenta de que, aunque Book estuviera nervioso con Force, no iba a permitir que ese miedo lo dominara. Era algo que admiraba de él. Y tal vez era algo que debía aprender yo también.
Justo cuando pensé que la conversación iba a seguir por ese camino, Force apareció en la puerta de la cafetería. Fue como si el aire en el lugar cambiara de inmediato. Book lo notó al instante, y aunque intentó actuar como si no pasara nada, no pude evitar ver cómo sus ojos se fijaron en Force cuando se acercó a nosotros.
Force no dijo mucho, solo se sentó junto a Book, y aunque no intercambiaron demasiadas palabras, la tensión entre ellos era obvia. Había algo no dicho, algo que ambos estaban evitando, pero que era imposible ignorar.
—¿Todo bien por aquí? —preguntó Force finalmente, mirándome como si fuera un testigo no deseado.
—Sí, claro —respondí, sintiéndome incómodo. La atmósfera entre ellos me resultaba sofocante, y no sabía cómo manejarla.
Book, por su parte, se mantuvo en silencio, pero había algo en su expresión que me hizo pensar que la situación entre él y Force estaba a punto de explotar. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que las cosas entre ellos se volvieran más intensas, de una forma u otra.
Pero, por ahora, el centro de mi caos seguía siendo Sea. Y mientras miraba a Force y Book interactuar en silencio, no podía dejar de pensar en lo que Sea había dicho antes. En cómo disfrutaba empujándome al límite.
Y aunque sabía que era peligroso, una parte de mí no podía esperar a ver qué pasaría cuando finalmente cruzara esa línea.
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Entre libros y señales rojas | JimmySea
RomanceFanfic escolar JimmySea • No se busca dañar a nadie •Trabajo de fan para fans •Mencuon de otro ship como ForceBook "Entre libros y señales rojas" Jimmy siempre ha sido el típico nerd amante de los libros, tranquilo y meticuloso, que evita los proble...