Carácter

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- Y... ¡Ya está! Revisa tus mensajes - dijo el albino con una gran sonrisa que sacaba de quicio al alfa pelirrosa

Sukuna revisó su celular. Le había llegado una invitación para un cumpleaños.

— ¿Qué es esto?

- Es la invitación para el cumpleaños de Megumi. Toji nos la envió hace una semana, están pensando en que sea una fiesta sorpresa por eso solo está invitando a sus amigos más cercanos. Entre ellos me encuentro yo, por eso cuento con una. Supongo que tú no sabes nada porque aún no formalizaron su relación frente al señor Fushiguro ¿O me equivoco?

El Alfa pelirrosa frunció los labios pues el albino tenía razón. De hecho su plan había sido presentarlo primero a su familia para luego entrevistarse con el alfa Toji.

Pero bueno, ya sabemos Qué pasó hace unos minutos...

— Entonces con esa invitación podré ingresar a la fiesta y hablar con Megumi...

- Exacto...

— Le pediré que me perdone y arreglaremos las cosas...

- Sí, pero él es orgulloso, tendrás que humillarte...

— No me importa. Haré lo que sea con tal de que me perdone.

- ¡Excelente! Y no se te ocurra hacer otra tontería porque entonces ya no podré salvarte...

— ¡¿Qué dijiste, rata albina?! - dijo furioso el alfa pelirrosa, levantándose para encarar a Satoru.

Yuuji, que estaba sentado a su lado, se puso de pie de inmediato para colocarse entre los dos, extendiendo por completo sus brazos para mantenerlos separados.

- ¡Ya basta, Sukuna! ¡Pareces un cachorro! - le regañó el omega - En lugar de eso, deberías estar agradecido con Toru.

— ¿Toru? - dijo Sukuna desconcertado.

- Así me dice de cariño - intervino Satoru.

— ¡Tú cierra la boca que estoy hablando con mi hermano!

- ¡Ya! Contrólate o llamaré a mamá. - amenazó Yuuji - Ahora, sé agradecido. No cuesta nada decir "gracias".

— Gracias, Yuuji.

- ¡A mí no! A Satoru...

— Gracias, rata albina.

- ¡Compórtate, Sukuna! - regañó el pelirrosa menor - Agradece bien.

— ¡Ya agradecí!

- ¡Así no se agradece!

— ¡Pues no quiero!

- ¡Agradece!

— ¡No!

- ¡Te dije que agradecieras!

— ¡Tú no eres mi mamá!

- ¡Entonces la llamaré!

— ¡No te atrevas, mocoso!

Satoru miraba la pelea de ambos pelirrosas, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no reírse. Y es que los dos parecían cachorros de kinder. Si bien ya conocía la actitud infantil de su adorable omega, le sorprendió que el aparentemente rudo Sukuna tuviera los mismos arranques que su Yuuji.

"No cabe duda. No solo se parecen físicamente, también tienen caracteres similares. Eso significa que, en el fondo, Sukuna debe ser un pan dulce, aunque no quiera admitirlo. Debe ser por eso que Megumi se enamoró, aunque no lo aguantará mucho si sigue con ese mal carácter y celos", pensó Satoru, para luego volver a prestar atención a la riña.

No siempre es el Destino (GoYuu/SukuFushi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora