Interrogantes

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Se vistió con su mejor traje y fue directo a la cena. No había marcha atrás, pues ya había aceptado antes de saber que Megumi también estaría en ella.

¿Cómo iba a excusarse? "Olvidé que tenía un pendiente", "Me enfermaré ese día", "Tengo que ir a misa"...

No, no había excusa.

Además, Yuuji fue tan considerado de su parte en tomarlo en cuenta. Sus ojitos color miel brillaron de emoción cuando aceptó. No, definitivamente no podía hacerle ese desplante.

Tenía que enfrentar al destino y darle cara a su futuro, que si bien ya no tendría con el omega pelinegro, esta vez contaría con un hermoso y adorable omega pelirrosa.

Aquel muchacho paranoico y con mal genio, enojón hasta el tuétano y con una fuerza poco común para los de su casta. Pero que a su vez, podía ser tan suave como un mochi, dulce como la miel y tierno como un osito Teddy.

Yuuji, su adorable "papa rosa".

Un poco raro comparar a la persona que te gusta con un tubérculo, pero así es Satoru, un niño atrapado en el cuerpo de un adulto de 26 años.

Detuvo sus cavilaciones a la vez que su auto. Se dió un último vistazo en el retrovisor y después de una auto aprobación, se dirigió con suma confianza hasta la casa del pelirrosa.

Tocó la puerta, y fue recibido por el omega.

- ¡Satoru! - dijo sonriente y sorprendido - Llegaste temprano.

- Dijiste a las 7 pm. Y estoy aquí justo a tiempo - dijo mientras mostraba la pantalla de su celular con la hora.

En efecto, eran las 7 en punto, así que Yuuji lo hizo pasar.

- Disculparás que aún no esté arreglado - dijo un poco avergonzado - No esperábamos que llegaran puntuales.

- Lo siento - dijo rascándose la cabeza - Tal vez me emocioné demasiado...

- ¡No, no! Está bien, no te disculpes. Agradezco tu puntualidad - dijo con una tierna sonrisa y un leve sonrojo.

-- ¡Por supuesto que aquí valoramos la puntualidad!

La voz del mayor tomó por sorpresa a los jóvenes que se encontraban en la sala. Un hombre alto, con gafas y el cabello rosa igual que Yuuji hacía su aparición.

- Buenas noches - se acercó el albino a saludar.

-- Buenas noches - dijo el alfa sonriente - Con que tú eres el alfa que quiere robarse a mi Yuuji, ¿Eh?

- ¡Papá! - exclamó Yuuji avergonzado a morir, con el rostro totalmente rojo.

-- ¡Oh, vamos! Es solo una broma - estrechó la mano del albino y dijo - Jin Itadori, el padre del Yuuji.

- Satoru Gojo. Y es verdad, estoy saliendo con Yuuji.

-- ¿Y por qué aún no son novios? - dijo Jin con seriedad.

- Porque él no quiere - respondió Satoru igual de serio.

Un silencio incómodo inundó el espacio, que luego fue roto tras las carcajadas de ambos alfas. Yuuji en cambio, estaba al borde de un colapso nervioso.

- ¡Cómo se les ocurre bromear así! - les regaño el Omega.

-- Pero Yuuji... - dijo el padre - Solo es una broma, y tu amigo supo manejarlo muy bien. Eso me agrada - dijo dándole una sonrisa de aprobación - Bueno, me disculparán, pero debo ir a comprar algunas cosas que me faltaron. Siéntete en tu casa, no tardo.

El mayor salió a toda prisa, dejando solos a los dos "salientes". Satoru sonreía, felicitándose a sí mismo por lograr dar una primera buena impresión al padre de Yuuji, mientras que el pelirrosa se contenía las ganas de golpearlo, pero a su vez, se sentía feliz de que el albino lograra congeniar muy bien con su papá.

No siempre es el Destino (GoYuu/SukuFushi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora