YOUR MAJESTY

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JungWon salió acalorado del cuarto luego de que SeonWoo lo tomara en la cama, ya había perdido la cuenta de cuántas veces había pasado eso, pero al omega le gustaba bastante estar de esa manera con su alfa.

—Las cosas ya están en el carruaje, ya debemos volver al palacio. —JungWon lo tomó del brazo pero después se puso a acomodarle el cuello de la camisa.

—No quiero volver, quiero quedarme aquí contigo. —SeonWoo le dejó besos en el cuello y en la marca para después sonreír. —El viaje en el carruaje será largo, no te pongas tantas capas de ropa.

—¡Sun!. —JungWon le dio un leve golpecito y el alfa lo levantó para girarlo, le dio un corto beso para después ayudarle a subir al carruaje. —Ya está todo listo para la boda de mi hermano.

—¿Tu vestido va a combinación de tu rey?.

—Sí, aunque sólo estaré un rato en la fiesta.

—Podemos dormirnos temprano. —le tomó la cintura dándole besos en el rostro. —Estar juntos en la cama y podrías darme besos.

—Me lo propones o me obligas como rey.

—Lo que más te guste a ti. —SeonWoo le besó el cuello y JungWon soltó risitas acostándose un poco en el asiento del carruaje.

—¿Quieres hacerlo aquí?.

—Ven encima de mí, bebé. —SeonWoo lo subió encima de él, para después meterse entre el vestido del menor.

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—Mi señor, no creo que podamos cambiar el pastel dos días antes.

—Ya no lo quiero de coco, quiero de zanahoria. —SungHoon estaba cruzado de brazos cuando HeeSeung llegó. —Por favor, mi lord, dígale al pastelero que aún es posible cambiar el sabor.

—Mire señor... —no podía no ceder ante SungHoon y más cuando estaba su aroma a Rosas Blancas tan dulce. —Le pagaremos extra si lo hace de nuevo, las horas que trabaje de más yo se las pagaré.

—Está bien, intentaré hacer lo que pueda.

HeeSeung se llevó a SungHoon y le tomó el rostro suspirando para después darle un beso.

—¿Qué te pasa, cielo?, estás extraño, ya habíamos decidido el sabor del pastel.

—Ahora me da asco el coco, y quiero que sea de zanahoria. —SungHoon hizo un puchero para después mirar hacia otro lado. —Te extraño, hace dos semanas que no me dejas visitarte.

—Porque estuve ocupado, estoy cansado Hoon, con sólo un beso me quedo tranquilo, ya tendremos mucho tiempo de estar juntos en la luna de miel. —HeeSeung le dejó un beso en los labios y luego le acomodó el cabello. —Mira, te traje este retrato de nuestra casa, está a un par de kilómetros de aquí.

—¿A ver?. —tomó el retrato y sonrió en grande al ver la casa. —¿Cuántos cuartos tiene?.

—Seis, uno para nosotros, y el resto ya sabes...

—¿Hijos?. —SungHoon sonrió en grande para después abrazarlo. —Siempre quise hijos.

—¿Cuántos?.

—Los que vengan serán recibidos, cielo. Los que Dios nos mande serán los que tendremos.

—Eso suena a que tendremos bastantes. —HeeSeung le dejó un beso en el cuello y luego los dos salieron al ver a los empleados cerca, aunque SungHoon al parar se mareó un poco. —Sigues mareado, ¿por qué no vas con el doctor del palacio antes de la boda?.