PPQVPRIMERO PUTAQUE VAGABUNDA

neurosis de ansiedad

La causa específica de todas las neurosis, son los transtornos sexuales. Sigmund Freud

La felicidad es la satisfacción de un deseo pre-histórico. Por eso la riqueza trae tan poca felicidad: El dinero no es un deseo de la niñez. Sigmund Freud.

El complejo de Edipo lo sufren también los adultos, al fijarse sexualmente en un niño?

Hay una imagen que por no lograr olvidar, me resigno a escribirla :

En bicicleta pasa un señor bigotudo, llevando en la canasta a un niño de cuatro años, hermoso grande y rubio, un niño con clase, no tenía rasgos de tener parentesco con el señor flacuchento de apariencia descuidada que lo llevaba, en la parte delantera de una bicicleta con canasta. La bicicleta se ubicó a veinte metros delante de mí, en un punto justo, antes de comenzar un camino solitario asolapado de bosque, yo estaba parada en el lavadero leyendo y esperando que me entregaran mi carro limpio y polichado, también mirando por entre las gafas lo que sucedía a mi alrededor, continué observando al flacuchento, cuasi desechable, que le hacía caritas al niño, haciendolo reir, cuando de pronto veo con sorpresa una lengua del tamaño de una serpiente constrictor salir de la boca del desagradable bigotudo y meterse en la boca del hermoso niño, el beso con lengua, se prolonga más de lo que pensé , a continuación comienza a besar los labios gruesos del niño, como pasandole un caramelo, una vez y otra vez.

Yo que me estaba excitando con el morbo que produce una escena secreta a plena luz del día, expuesta a todas las miradas, me apropié de la escena, era solo mía, había sido construida para mí, el morbo que causaba mi excitación iba más allá de si me gustaba o no lo que mis ojos estaban viendo, me rehusaba a dejar de ver, mi asombro impedía moverme, o retirar la mirada de la escena, al contrario sin darme cuenta mi cuello estaba tan estirado que casi senti estar en medio de ellos, retirando al infeliz que besaba a la indefensa criatura. 

Yo petrificada, no sabía si reprender al sujeto o continuar disfrutando con terror la escena. Al fin y al cabo luego seguirían su camino, el sujeto continuaría ejerciendo sus actos pedófilos, y yo me iría con la imagen más horrorosa que mis ojos habían visto, a tratar de olvidarla por siempre, para que no desaparezca. Por fin el bigotudo retiro su boca de la cara del hermoso niño, que en ese instante desvió su cara hacia donde yo me encontraba, sonrió y pude cerciorarme de lo hermoso que era, y que además su cara estaba envadurnada de saliva endulzada, ahora es el niño quién ahora besa al flacuchento, malalentudo. !!Guácalas!!vomité. 

En ese instante pensé en mi hijo que tenía su misma edad.