Prólogo

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Tengo 18 años y soy de Los Ángeles, actualmente, sigo viviendo allí. Con mi odioso y repugnante padrastro. Gracias a mi padre, sé hablar español e ingles a la perfección.

Solo tenía 16 años cuando mi madre se fue. Ese día lo perdí todo, perdí mi mundo, mi vida. Desde entonces los únicos cuentos de hadas que hay en ella, son los que leo en libros. Me hubiese gustado saber que esa iba a ser nuestra última despedida, le hubiera contado lo muchísimo que la iba a echar de menos, y lo mucho que me hacía falta en este momento, se me hubiera escapado alguna lágrima violentamente, y la hubiera abrazado, le hubiera dicho que esperaba que todo le fuese bien, y que ojalá alguna vez se acordase de mí... que yo nunca me olvidaré de ella... la hubiera abrazado y besado, y después ahora sí, me hubiera marchado.

Después de eso... Allie me lió por completo. Revolcó mi vida, y se lo agradezco. Yo nunca pedí alguien en quién confiar, alguien a quien amar de verdad, alguien en que pudiera desahogarme.. Yo solo pedí ser una chica normal, con una vida normal y poder tener toda la libertad de hacer algo...

Realmente yo, Delaia Young, soy una auténtica soñadora... Me pongo muy sarcástica y poco macarra a veces, pero bueno, sí que tengo ese puntito de princesilla, de absurda Cenicienta. Siempre recibo los malos tratos sin rechistar, buscando el consuelo en el recuerdo de mi madre...

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Rojicienta... [Rubén Doblas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora