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Las discusiones no paraban en aquella pastelería.
Piper, la dueña, una vez más se quejaba sobre lo infantil que su esposo podría ser, y vamos, ¿Qué esperaba de una máquina de goma de mascar?
Este robot que había conquistado su corazón, era ahora más una molestia para ella. Muchos en Star Park murmuraban sobre los constantes cambios de humos de la rubia, comentando que es porque "algo le hacía falta".

Piper es una mujer hermosa que goza de diferentes pretendientes, entre ellos Crowl, que sin pensarlo le había declarado su amor aún sabiendo que ella estaba saliendo con Rico.
Poco, en sus días de soltero, también le habría confesado que él sí podría satisfacerla con algo que los robots no tienen.
Entre muchos otros...

La dueña del local repostero amaba con intensidad a su marido, pero desde que se casaron, realmente no hubo una noche de bodas, o una luna de miel. Las necesidades humanas iban de la mano con el amor que ella sentía. Lo que no pensó nunca en su estado de enamorados, fue que los robots no tienen esa misma "función".

Había tratado de persuadir a Rico para convencerlo de utilizar juguetes o algo por el estilo, pero este último nunca entendió lo que ella quería decir, en realidad, nunca entendió. Sólo quería estar con ella. Llenarla de detalles, abrazos y demás muestras de afecto que eran limitados.

Piper, con ayuda de Bea, una hacker conocida por saber navegar en la red prohibida, pudo ponerse en contacto con una famosa ingeniera en robótica de seudónimo "Delta".

Delta subía en la web sus diferentes prototipos, diseños, y avances que habría tenido al modificar diversos tipos de robots, combinándolos con otras ciencias.

¿Era famosa por sus creaciones?

Definitivamente no.

Delta era famosa por aceptar cualquier tipo de trabajo como si fuera una mercenaria de la tecnología. Cumpliendo las fantasías más extrañas a cambio de grandes cantidades de dinero. Ella estaba acostumbrada a pedidos extraños, uno peor que el anterior.
Y su lema siempre fue "Hacer feliz al cliente". Claro está, dentro de lo legal y siempre con el consentimiento de las máquinas que pudieran tener criterio propio.

Así es como Bea se puso en contacto con Delta para proceder con el mayor deseo de Piper que era tener intimidad con el amor de su vida.

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—¡Finalmente has llegado!— Piper recibió a TN con alegría, jamás creyó conocerla en persona tan rápido, sí que estaba comprometida con su trabajo.

—Buen día, mi señora. Empecemos con una pequeña entrevista para saber cuáles son sus deseos y cuáles los de el Robot que quiere modificar— Dijo TN mientras Piper la guiaba a un sofá cómodo de su hogar y proceder con el protocolo que TN hacía a todos sus clientes, empezando por una entrevista que dejaba ver los deseos, metas, objetivos y que tal alcanzables eran las ambiciones del cliente.

—Claro, verás, me casé con un robot muy tierno, comprensivo, amable... Pero tengo otros planes con él. En realidad es una máquina de chicles, pero por alguna razón logró enamorarse de mi y hacer que yo también lo ame. Entonces eso me lleva a la conclusión de que los robots pueden sentir amor. Sin embargo, no tienen las mismas funciones que el cuerpo humano, sabes a lo que me refiero— Concluyó la rubia esperando que TN capte lo que quiso decir.

—No soy adivina, pero si se refiere a querer colocarle un sistema que se compare con las funciones básicas primitivas del ser humano, claro que es posible. Simplemente debo instalarle un tipo de software compatible con el robot en cuestión, y también algo de hardware que se asemeje a los órganos humanos.— TN ya estaba pensando en cómo conectar, cambiar, soldar, etc. Sería un excelente experimento ya que era su primera vez lidiando con algo tan random como una máquina de goma de mascar. —Antes, debo hacerle una serie de preguntas ya que como todo procedimiento, hay riesgos. Si su marido se modifica para ser semejante a un humano, también tendrá necesidades humanas como dormir, comer, defecar, orinar, etc.—

Larry&LawrieXLectora🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora