Capitulo 7. Misión: Confesiones

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Rippen observaba desde lejos a los adolescentes en la clase de educación física. Más específicamente observaba a cierto pelirrojo de encantadores ojos azules, quién de nueva cuenta, ayudaba a su amigo en cada una de las actividades que los ponía a realizar el profesor.

Sin darse cuenta, una pequeña sonrisa se había instalado en su pálido rostro desde hacía ya un buen rato.

Una sonrisa que demuestra la confianza del cazador, ante la presa que tiene justo en la mira...

Penn se percató de la presencia del profesor de arte desde el principio. Boone lo había visto y le había comunicado, pero el pelirrojo se mostró desinteresado y trató de que el ojiverde se olvidase del asunto.

- Debe estar deseando vernos fallar – Dijo Zero – Ya sabes, el que es villano no tiene tiempo para descansos. Hay que demostrarle de qué estamos hechos.

Pero la verdad, era que Penn estaba alegre de que el mayor le mirase, así le estuviera deseando mentalmente un traspiés o una torcedura de tobillo, el ojiazul se ilusionaba pensando que también cabía la minúscula posibilidad de que no le estuviera deseando mal alguno, sino, alentándolo desde las gradas.

Mientras los muchachitos realizaban con evidente fastidio la rutina de ejercicios, el profesor de educación física los dejó solos para – como de costumbre – irse a fumar un cigarrillo y descansar de la efervescencia de los escolares.

- Hey Rippen ¿Qué haces aquí? – El hombre se acercó hasta el pelinegro. Lo había visto desde hacía rato observando su clase - ¿Viendo algo que te interese?

- Nada realmente – Mencionó el ojirojo sin mirarlo siquiera.

Aquel tipo tenía el tupé de importunarlo cuando se le antojaba, con la poca convincente excusa de que ambos compartían el poco afecto que le tenían al resto de los mortales.

- ¿Quieres uno? – Luego de encender un cigarrillo, le convidó al otro profesor.

- No gracias – Hizo un ademán con su mano – Lo menos que quiero es dentro de unos años sobrellevar la inevitable ancianidad con un cuerpo fofo y los dientes manchados.

- Ja ja Lo sé. Por eso vives en el gimnasio ¿Eh? – No se guardó la risa.

Le encantaba el "humor" de Rippen. Cuando se sentó a su lado, el pelinegro no ocultó su gesto de repudio.

- Hablando de eso, el otro día te saludé, pero creo que no me viste.

- Si... - Continuó viendo a un adolescente pelirrojo desde la distancia, le parecía más interesante – Me suele pasar cuando estoy concentrado haciendo mis rutinas. Me olvidó de todo lo molesto que está a mí alrededor.

- Ya veo... - Soltó el humo del cigarrillo – Oye, Rippen – No tuvo pena en colocar su mano en la rodilla del otro.

- ¡! – Y Rippen no tuvo reparo en abrir sus ojos al máximo ante el exceso de confianza – "Ya empezamos..."

- ¿Qué te parece si vamos a beber un día de estos?

- Por enésima vez... - Agarró con las puntas de los dedos índice y pulgar la mano del profesor y la retiró de su rodilla – No bebo.

- Y por enésima vez, te digo que no te creo – Sonrió – He escuchado de un lugarcito que tiene buenas bebidas y excelentes espectáculos. Casualmente, éste viernes habrá noche de burbujas ¿Qué dices? ¿Te interesaría ir? – Afiló la mirada.

Rippen, quién sabía de qué le estaba hablando, le respondió la mirada y luego añadió:

- Voy a tener que rechazar tu oferta. No me interesa desperdiciar la noche del viernes juntándome con un tropel de hombres en plena crisis de los cuarenta, a quienes no les da vergüenza comportarse como locas mientras les chorrea espuma por todos lados.

La tregua (Penn Zero Part time Hero Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora