En la siguiente dimensión que les encomendaron, tuvieron que hacer lo posible porque las bocas no se les hicieran agua.
- ¡¿Estos barrotes están hechos de caramelo?! – Exclamaba Boone – Tengo que mordisquearlos...
- ¡Boone alto! – Detuvo Sashi – Es caramelo súper duro, si lo muerdes te partirás los dientes.
- ¿Dónde estamos? – Preguntó Penn mientras observaba el lugar – Parece una edificación hecha de distintos tipos de dulce.
- Es la casa de un brujo que engorda a los niños con dulces para después comérselos – Verificó la chica.
- Eso suena bastante terrorífico – Penn sintió que se le ponía la carne de gallina – Aunque con Boone, ya tiene medio trabajo hecho – Miraba la contextura de su amigo.
- Hey. Para tu información, soy un muchacho robusto, muy acorde para mi edad – Comunicó mientras se cruzaba de brazos y desviaba el rostro, evidentemente ofendido con su comentario.
- Y bien Sashi... ¿Qué tenemos que hacer?
- Tenemos que escapar y acabar con el brujo para evitar que siga haciendo sus fechorías.
- ¿Y cómo hacemos eso? Somos unos simples niños y él seguramente un brujo que puede usar magia ¿Cómo lo enfrentamos?
- Ese es tu trabajo "héroe". Piensa – Ordenó Sashi.
Cuando iba a sentarse a idear un plan, entraron a la habitación. Era Larry haciendo su respectivo papel de esbirro del brujo malvado.
- Hola chicos. Les he traído unas exquisiteces para que se degusten. Cortesía del anfitrión de la casa – Mencionó mientras sonreía afablemente.
- ¿Ah si? – El pelirrojo alzó su voz, adquiriendo el "modo héroe" que le encantaba utilizar - Pues dile al anfitrión que no vamos a comer nada porque hemos decidido hacer una huelga de hambre – En eso Penn detuvo su alegato de lucha pasiva, al darse cuenta de que el pelicastaño ya se había comido media bandeja de lo que hubo traído Larry - ¡Boone!
- Lo siento Penn... es que éstas galletas y estos pasteles están tan deliciosos – Hablaba con la boca repleta.
Sashi y Penn se miraron las caras, resignados.
- A éste paso, Boone será la siguiente victima de Rippen – Esbozó la chica.
El tiempo pasaba y lo único que tenía Zero para escapar era la idea de cavar un túnel en las paredes de galleta – muy tostadas, demasiado para darles un mordisco -, utilizando las cucharas de postre que les colocaba Larry junto a la bandeja.
- ¿Podrías dejar de salpicarme trozos de galleta? – Se quejaba Penn por el modo agresivo con que su compañera acribillaba la pared.
- ¿Qué quieres? ¿Qué nos tome toda la vida? – Sashi no dejaba de hacer su trabajo rudamente - ¡¡Esto está tardando una eternidad!! – Realmente estaba histérica.
- Yo creo que ambos están haciendo un gran trabajo – Alentaba el ojiverde.
- Boone, deja de comerte los trozos de galleta que estamos sacando de la pared – Pedía el ojiazul con una expresión de suma molestia.
- Pero es que así es más fácil de masticar... - Luego de un mordisco, tuvo que detenerse. Se llevó la mano a la mejilla – Oh oh... esto no le gustará a mi ortodontista.
- ¡Toma una chuchara y empieza a cavar! – Ordenó la chica con voz grave.
En eso, Larry volvió a entrar en la habitación. Ésta vez no cargaba nada en las manos más que un manojo de llaves hechas enteramente de dulce; lo que lo llevaba a de vez en cuando, darles una chupadita. Los chicos se colocaron de modo que el túnel fuera ocultado tras sus espaldas.
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La tregua (Penn Zero Part time Hero Fanfic)
FanfictionEl día del padre está próximo y Penn Zero siente más que nunca la ausencia de su progenitor, ya que el mismo continúa atrapado en la dimensión más peligrosa jamás imaginada. Sin darse cuenta, el pelirrojo empezará a volcar esos sentimientos de neces...