Heredero a la Oscuridad. Harry Potter (Haphne)

Capítulo 8: El trol, el perro y el espejo

"¡Era Harry! ¡Mi Harry, mi hijo!"

Dumbledore se frotó la frente mientras veía frente a sí a Lily Potter. Molesta, testaruda y con temperamento, la pelirroja estaba exigiendo que Hadrian Ryddle fuera traído a su oficina. La noche anterior, Albus la convenció de no estar en el banquete de bienvenida. Ella esperaba ver a Harry Potter para hablar con él, pero Dumbledore, sabiendo que el niño estaba muerto, prefirió que ella no estuviera en la selección. Por desgracia, Lily consiguió verlo todo bajo un encantamiento desilusionador y no entendía por qué su hijo estaba usando el apellido original de Voldemort.

"Albus, ¿de qué va todo esto?" preguntó confundido James. El Director lo había mandado a llamar por una supuesta emergencia, y se encontró con su esposa gritando que quería ver a su otro hijo. El que abandonaron con los Dursley.

"Ayer llegó a Hogwarts Hadrian Ryddle." explicó Albus "Cómo sabrás, ese era el apellido de Lord Voldemort antes de convertirse en un mago oscuro. Se parece un poco a tú hijo, Harry Potter, y ahora Lily está convencida de que es su hijo."

James se removió incómodo.

"¿Estás seguro de que no es nuestro hijo?" preguntó James.

Albus titubeó mientras Lily lo miraba expectante y esperanzada.

"Su hijo nunca vendrá a Hogwarts." dijo Albus finalmente.

"¿Por qué?" preguntó Lily al instante.

"¿Fue a otra escuela mágica?" preguntó James al mismo tiempo.

"No." respondió Albus "Nunca irá a ninguna escuela mágica. Jamás."

"¿Es un squib?" preguntó James disgustado.

"No."

"¿Entonces?" preguntaron los dos Potter al mismo tiempo.

Albus tomó un largo suspiro y se preparó para los gritos que procederían a su anuncio.

"Harry Potter está muerto."

Contrario a lo que pensaba el Director, el silencio se prolongó por un momento. Justo cuando empezaba a tener esperanzas de que se había salvado de los gritos, Lily Potter explotó.

"¡DUMBLEDORE!" el grito fue tal que Albus agradeció las runas de su oficina que silenciaban toda conversación que sucediera allí dentro. Estaba convencido de que, si no fuera así, todas las clases habrían parado por la sorpresa "¿Cómo que mi hijo está muerto?"

"Así como lo oyes, Lily." dijo Albus, el brillo de sus ojos desaparecido mientras ponía una educada cara de pena.

"¿Cómo?" preguntó James.

"No lo sé."

"Entonces podría estar vivo." sugirió Lily esperanzada, lágrimas brotando de sus ojos.

"No." dijo Albus "No sabré como murió, pero estoy convencido de que Harry Potter no sigue entre nosotros."

"¿Por qué no nos dijiste?" preguntó James, no tan preocupado por el niño que nunca quiso, pero si curioso.

"La muerte de Harry le habría traído pena a la familia. Eso los habría distraído del entrenamiento de Leo, y eso es lo más importante." explicó Dumbledore.

James asintió, entendiendo la importancia de que su hijo se convirtiera en el digno rival de Voldemort, incluso si, aunque él no lo admitiera, su hijo fuera mediocre. Años entrenando con Dumbledore y aún le costaban encantamientos sencillos como Lumos o Wingardium leviosa, encantamientos que se veían en primer año.

Lily no fue tan comprensiva. Parecía lista para ponerse a gritar otra vez, pero logró controlarse. Aún quería saber una cosa más.

"¿Hace cuánto lo sabes?" preguntó Lily.