♛ 𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎 ♛

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Era solo los primeros años de la humanidad, cuando los cielos y la tierra presenciaron una batalla que dejaría marcada las siguientes generaciones, con los destinos de los sucesores escritos en piedra. La barrera que protegía aquel reino de las amenazas exteriores, fue insignificante para la amenaza que se estaba creando dentro de esta. La fuerza con la que las espadas se golpeaban entre sí llenaba el aire y hacia temblar las paredes, pues aunque el regalo de los dioses fue para prosperidad, aquella fuerza mágica estaba destruyendo los muros a su alrededor.

Ambos hermanos peleando por lo que cada uno creía correcto, fue el noveno día de primavera en la que la sangre de uno de ellos quedaría manchada por la traición y en la que desencadenarían una serie de sucesos.

El mayor de ellos, era conocido como el sol del reino, nacido del día; el menor era la oscuridad de las sombras, hijo de la noche, el contraste de ambos marcados desde el día de su nacimiento, quien diría que aquellos hermanos que solían estar unidos cuan sabia al árbol, terminarían siendo los destructores de lo que solía ser un reino lleno de paz entre criaturas mágicas e hijos de los dioses.

Fueron los caminos diferentes que ambos tomaron, lo que los llevó a una confrontación, y a una promesa llena de destrucción.

— Mi fin...es solo el comienzo. Mi sangre llevará adelante mi voluntad —Susurra el traidor. Las espadas de cada uno atraviesan sus cuerpos, la sangre que una vez compartieron gotea sobre los escombros del suelo, ambos apenas capaz de sostenerse. — Hasta que el verdadero poder sea de ellos y el mundo se consuma a su voluntad... — la sangre comienza a brotar de su boca, con hilos de sangre cayendo por su barbilla. — Ellos serán el poder, el principio y el fin...

Los ojos del sensato se cristalizaron, le dolía aun más ver en el sediento de poder que se había convertido su hermano que la misma espada atravesando su cuerpo.

— Hermano...— Susurra con voz temblorosa debido al metal atravesando su abdomen.— Te amo ...pero si tu sangre intenta continuar lo que empezaste, entonces mi sangre estará ahí para detenerla...las veces que sea necesario — ambos caen de rodillas, incapaz por sostenerse aún en pie. — Estará ahí...para evitar esta desgracia una y otra vez...

La muerte de ambos príncipes le quitó al mundo lo que solía ser, un mundo de colores...un mundo con magia. Los dioses vieron como aquellas creaciones se convirtieron en seres ambiciosos y egoístas, ociosos y mentirosos.

La magia desapareció y con ella aquellos seres que la portaban, dejando a los humanos en sus nuevas guerras y conflictos, resguardándose de la crueldad que cayó sobre la tierra.

Con corazones rotos de fondo e historias sin culminar, la historia prosiguió con una promesa que rondaría la tierra, con corazones plagados de sentimientos que inesperadamente terminarían involucrados. Los dioses se sentarían al borde de los cielos, presenciando en primera fila la destrucción de la humanidad.

La danza de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora