Capítulo 007

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De repente se hizo el silencio en la sala.

Al principio, Erin se sintió aliviada de que alguien hubiera interrumpido su conversación y salvado el día. Pero, cuando la rubia levantó la vista para ver quién se les había unido, sintió que se le oprimía el pecho.

"¡Alexia!", reacciona Mapi, sorprendida, corriendo rápidamente hacia su amiga para envolverla en un fuerte abrazo.

"Hola", murmura Alexia, rodeando con los brazos el esbelto cuerpo de su amiga, mientras echa un vistazo a la sala y se da cuenta de que sus compañeras la miran.

"Nos alegramos mucho de que hayas podido venir. Te hemos echado de menos en las últimas", dice Mapi, sin saber muy bien qué decir, mientras conduce emocionada a la atleta hasta el salón.

"Miren quién está aquí", anuncia alegremente la defensa, soltando la mano de la morena. Algunas jugadoras se levantan de un salto y se dirigen inmediatamente a saludar a la capitana.

"¡Ale!", sonríe Patri, tirando de su amiga en un fuerte abrazo.

"Hola, Patri", sonríe Alexia, dando un suave apretón a la mediocampista antes de soltarla, justo cuando Ingrid se acerca con un vaso de agua.

"Esto te estaba esperando", sonríe Ingrid. Alexia toma el vaso con gratitud y echa un vistazo a la habitación para encontrar un sitio donde sentarse.

"Ven aquí, reina", llama Mapi, haciendo sitio a Alexia. La atleta se acerca lentamente y toma asiento en el sofá, entre Mapi y Patri. En cuanto se sienta y mira alrededor de la mesa, sus ojos color avellana encuentran inmediatamente los de Erin. La rubia la mira, con la cabeza inclinada hacia un lado y una suave sonrisa en los labios.

"Hola", respira Erin alegremente. La terapeuta estaba tan callada que Alexia se preguntó si era la única que la oía. Los labios de la morena forman una pequeña sonrisa ante el dulce gesto, y baja la mirada para ocultar el rubor que notaba en sus mejillas.

Sí, esta era la única razón por la que había venido esta noche.

"Bueno, Alexia... ¿cómo estás?", se pregunta Patri, haciendo que Alexia vuelva a levantar la vista. La capitana se recuesta en el sofá y bebe un sorbo de su vaso para ganar tiempo.

¿Por qué era tan difícil una pregunta tan sencilla?

"Estoy bien. No te preocupes", hace una mueca la capitana, dando otro sorbo a su vaso, mientras espera que la conversación pase a otro tema.

"Si yo fuera tú... no bebería agua esta noche", sonríe Mapi mientras le da un codazo a Alexia en el costado, burlándose de la capitana con su copa de champagne.

"María...", suspira Ingrid a su novia desde el otro lado de la mesa, notando lo incómoda que parecía Alexia.

"Si yo fuera tú... me quedaría con el agua, porque estamos en plena temporada", responde Alexia, sonando un poco más dura de lo que pretendía. No quería sentirse presionada, aunque sabía que su amiga no era su intención.

"Si lo hiciera, podrías tener problemas para ganar el próximo Balón de Oro", guiña Mapi, pasando orgullosa el brazo por los hombros de Alexia.

Alexia se quedó helada.

No pudo evitar pensar que ése fue el momento en que todo se fue al traste: cuando ganó el segundo Balón de Oro.

Se movió incómoda.

"¿Alexia?", pregunta Patri preocupada, arrancando a la morena de sus pensamientos. La capitana sintió un nudo en la garganta. De repente, el corazón le latía muy deprisa. Todas sus compañeras la miraban, lo que empeoró aún más la situación.

The Secret | Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora