Una nueva guerra se aproxima a la tierra, por lo que el patriarca Shion debe localizar a la nueva reencarnación de Athena, mas nunca se imagino que en esta vida, los shinobi se involucraran con la orden de Athena
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Había pasado una semana desde que Naruto se había desmayado y había estado enferma. Ahora, la pequeña se encontraba en su cuarto, rodeada de sus juguetes, su risa llena de vida resonando en la habitación. Kurama, desde su interior, observaba a la niña jugar, sintiendo una ternura que no podía ignorar.
Aunque la visión de Naruto feliz le traía paz, Kurama no podía dejar de pensar en aquella presencia oscura que había sentido. Algo no le gustaba, y sabía que debía hacer algo al respecto.
Kurama: Una vez que Naruto esté completamente recuperada, empezaremos a entrenar con el uso del chakra, así, cuando sea mayor, podremos unir fuerzas y acabar con esta estúpida guerra santa.
Mas esos no eran los unicos pensamientos de Kurama, también pensaba en sus hermanos, los demás bijuus. Se preguntaba qué había sido de ellos y si se encontraban bien. La incertidumbre le preocupaba, pero sabía que primero debía asegurar el bienestar de Naruto.
Kurama: Naruto, ¿cómo te sientes hoy?"
Naruto, jugando con sus muñecos, respondió con entusiasmo.
Naruto: ¡Me siento mucho mejor, Kurama! Gracias por cuidar de mí.
Kurama sintió un cálido orgullo.
Kurama: Siempre estaré aquí para ti, Naruto. Pronto comenzaremos tu entrenamiento. Quiero que seas fuerte y capaz de protegerte.
Naruto asintió, sus ojos brillando con determinación.
Naruto: ¡Sí, Kurama! Haré todo lo que pueda para ser fuerte.
Con ese espíritu indomable, Naruto continuó jugando, sin saber que pronto comenzaría un nuevo capítulo de su vida. Kurama, desde su interior, se preparaba para guiarla y protegerla, decidido a mantenerla a salvo y a enfrentar cualquier amenaza que se acercara. Aunque el futuro era incierto, juntos eran una fuerza imparable, lista para enfrentar cualquier desafío.
Mientras Naruto seguía jugando en su cuarto, una idea le vino a la mente de Kurama. Decidió intentar meditar para buscar a sus hermanos, los demás bijuus. Se sentó en el suelo de su celda, juntando sus dos garras, cerró los ojos y respiró profundamente, concentrándose en localizar a su hermano Shukaku
Kurama: Vamos, concéntrate.
Murmuró Kurama, sintiendo la conexión de chakra empezar a formarse.
Se enfocó en encontrar esa conexión que había tenido con sus hermanos. Imaginó las energías de los demás bijuus, dejándose guiar por el flujo natural del chakra. Poco a poco, sintió una energía familiar. Era un poco áspera y salvaje, pero inconfundible.
Kurama: Creo que lo encontré.
Dijo en su mente, sin abrir los ojos, sintiendo un latido de reconocimiento.
