Una nueva guerra se aproxima a la tierra, por lo que el patriarca Shion debe localizar a la nueva reencarnación de Athena, mas nunca se imagino que en esta vida, los shinobi se involucraran con la orden de Athena
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En lo más profundo de un bosque sombrío, se alzaba una mansión de estilo gótico. La estructura, con sus torres puntiagudas y ventanas oscuras, emanaba una atmósfera de misterio y poder. En un balcón del segundo piso, dos figuras se encontraban tomando té y jugando ajedrez. Eran Hipnos y Thanatos, dioses del sueño y de la muerte, respectivamente.
La brisa nocturna agitaba suavemente las hojas de los árboles mientras los dos hermanos movían sus piezas con precisión y serenidad. Thanatos, con una sonrisa enigmática, rompió el silencio.
Thatos: Hermano, ¿qué piensas de Akatsuki?
Hipnos, con su expresión serena y ojos cerrados, respondió con calma mientras movía una pieza del ajedrez.
Hipnos: Akatsuki es una organización interesante. Sus miembros poseen habilidades extraordinarias y objetivos ambiciosos. Sin embargo, su deseo de dominación y caos podría ser tanto una ventaja como una desventaja.
Thanatos asintió, considerando las palabras de su hermano mientras movía su propia pieza.
Thatos: Es cierto. Su poder es innegable, pero su ambición desmedida podría llevarlos a la ruina. Me pregunto si podrían ser útiles para nuestros propios fines.
La partida de ajedrez continuó en silencio por unos momentos, el sonido de las piezas moviéndose y el murmullo de la naturaleza siendo las únicas interrupciones.
Hipnos: Debemos ser cautelosos.
Concluyó Hipnos, volviendo a cerrar los ojos.
Hipnos: Los mortales y sus organizaciones son volátiles. Pero vigilar Akatsuki y entender sus intenciones podría ofrecernos una ventaja.
Thanatos asintió, satisfecho con la respuesta de su hermano.
Thanatos: Así es, hermano. Siempre debemos estar un paso adelante.
Con esa resolución, los dos dioses continuaron su partida, sus mentes maquinando los próximos movimientos, tanto en el tablero como en el gran juego del destino que ambos manipulaban a su antojo.
Thanatos continuó la conversación, moviendo una pieza en el tablero con precisión calculada.
Thanatos: Me pregunto si ese humano será un buen contenedor para nuestro señor Hades. Después de todo, su corazón alberga odio y resentimiento.
Hipnos, sin abrir los ojos, respondió con calma.
Hipnos: Thanatos, sabes bien que nuestro señor Hades debe reencarnar en un humano con el corazón más puro del mundo. Y aunque ese humano tenga mucho odio, todo lo hace por amor. No hay un sentimiento más puro que el amor.
Thanatos asintió, reflexionando sobre las palabras de su hermano mientras movía otra pieza en el tablero. "Tienes razón, Hipnos. El amor, aunque muchas veces malinterpretado, es la emoción más pura y poderosa. Si este humano canaliza su amor, puede ser el recipiente perfecto para nuestro señor Hades."
