Capítulo 15

846 80 94
                                    

Ross seguía cómodamente hablando con aquella pelinegra, mientras yo sigilosamente solo los observaba desde una apropiada distancia.

––Señorita Marano ––Llamo la secretaria.

Yo pegue un pequeño salto de impresión ya que estaba muy concentrada observándolos. Pero sin más, decidí no darle más importancia de la que merecía, dar la vuelta de nuevo hacia la Señorita y llevarme mi horario de literatura.

Lo último que observe fue que ambos se estaban abrazando. Bien. Perfecto. Genial. Esplendido.

Me mordí los labios para evitar la rabia que probablemente emanaba de mí, y salí a paso largo con las manos empuñadas.

¿Podía ser alguien tan tarada como yo? ¿Podía ser alguien tan ilusa como yo? Las preguntas me las hacía cinco, seis, siete veces en la cabeza, y todas me decían que no. Me sentía tan impotente en ese momento, tal cual como aquel día, todo se repetía en mi cabeza como una película.

La única ventaja ahora era que tenía la oportunidad de pasar el menor tiempo con él, iba a dedicarme a las clases de literatura y en las clases de baile, ya algo se me iba a ocurrir, sé que si quiero ignorarlo puedo hacerlo fácilmente, tal vez antes solo me lo decía a mí misma sabiendo que mi subconsciente tenía otro plan, pero ahora, ambos estábamos de acuerdo.

{.....}

Ya había pasado una semana en la que pude aplazar los ensayos, le decía a la profesora que estaba muy atareada con trabajos y que debía estudiar, pero ya hoy debía ir, sino me arriesgaba a que me expulsaran del grupo, por otro lado, hoy también debía ir a hacerme los tales exámenes que tanto me ha estado rogando Jim que me haga.

––Mira las cosas que hago para complacerte castaño ––Espete, mirando por la ventana del co-piloto del automóvil de Jim.

––Castaña, esto lo hacemos por ti, no por mí.

––Aja sí.

En eso mi celular comenzó a vibrar, lo saque de mi bolso solo para ver lo mismo de todos los días, el susodicho llamando, y como todos los días, solo le di rechazar a la llamada. Aún me seguía preguntando quien carajos le había dado mi número celular, tal vez como él era uno de los más codiciados en la Universidad, alguna niña de metiche le habría soltado mi contacto.

Nos tomó quince minutos llegar, pedimos un turno y nos sentamos a esperar a que dijeran mi numero en el altavoz, mis manos me temblaban y ya sabía yo porqué.

––Laura ––Río–– No te van a operar, solo vas a sentir como un pequeño pellizco y ya.

––Ay sí claro, eso dices tú, porqué a ti no es al que le van a sacar sangre ––Dije, mirando hacia todos lados.

Al cabo de unos minutos, una voz femenina aviso mi número por el altavoz y con mucho empujón de Jim, camine hacia la pequeña habitación.

––Siéntate, por favor ––Indicó, la no tan joven enfermera.

Perfecto, dicen que esas son más agresivas.

Nótese el sarcasmo.

––Extienda el brazo derecho ––Pidió con amabilidad.

Con la mano de Jim en mi hombro, lo extendí y en cuanto me encontraron la vena y me pusieron el pequeño lazo que apretaba mi brazo, cerré los ojos, no quería ver liquido proviniendo de mi cuerpo.

––Mantenga el brazo quieto señorita, si no tendré que volverle a incrustar la aguja.

Yo solo sentía como ese gran punzón estaba aún dentro de mi cuerpo mientras el pequeño tubo se llenaba de mi sangre.

Let me go. (Raura FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora