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Riley & Chase

Es mediodía en la granja Griffin. Riley decidió volver a la granja de su familia y trajo consigo a un tipo muy atractivo. Por supuesto, Riley le presento a Chase a su familia, a las que les encantó conocer.          

Actualmente, los demás miembros de la familia están fuera por la tarde, por lo que los dos guardabosques se quedaron solo en las instalaciones.

Riley está recostado en el sofá, mirando las páginas del teléfono. Como no tenía nada serio que hacer, optó por una camiseta holgada y unos pantalones deportivos. El calor del verano fue muy fuerte durante el día, ya que todos los ventiladores de la casa estaban encendidos. Riley suspira mientras deja el teléfono y deja de intentar distraerse. Entonces, un "amigo" entra sin camiseta.

           
- Dios mío, amigo, ¿Siempre hace tanto calor en esta época del año? -. Dijo el neozelandés.
- Si, este tipo de casuali... -. Riley se detiene a mitad de la frase para intentar procesar lo que está viendo. El neozelandés se quedó allí, secándose el sudor de la frente. Riley se absorbió lentamente el sudor de su cabello... La forma en que el sudor caía desde su cabeza hasta su cuello y hasta sus abdominales y su parte inferior...


¡¿PORQUE ESTOY PENSANDO EN ESTO?! Riley intenta encontrar sus palabras, pero sus pensamientos no son lo único que se agita en su interior. Y de repente, Chase de alguna manera se paró frente a él, Riley no se dio cuenta de que se movía cerca de él. Lo miró y casi saltó de la sorpresa.         


- ¡¿Q-qué demonios?! -. Se levantó, casi del sofá. Chase miró confundido al rubio inteligente. Estaba preocupado y preocupado por su compañero que se cernía casi debajo de él, Riley se levantó del sofá, agarrando una almohada para ocultar su creciente problema.
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Yo-yo eh... Voy a tomar una siesta -. Y corrio discretamente a su habitación. Chase se quedo allí de pie, preguntándose qué le pasaba a su... ¿amigo? Chase ni siquiera lo sabia en ese momento. Cogió una toalla que tenía por ahí y se dirigió a la ducha para quitarse el sudor.



Mientras tanto, Riley está en su habitación tratando de calmarse de ambas maneras, su mente está llena de tantos pensamientos... la mayoría de los cuales no son tan inocentes.                 

Su bulto en sus pantalones está haciendo lo contrario de lo que el rubio quiere. Pero lo único que quiere es a Chase. La idea de él besándose bruscamente, de él restregándose contra él y mucho más... Riley gime suavemente, sacudiendo ligeramente sus caderas hacia adelante. Escuchó para ver si Chase estaba cerca, todo lo que pudo escuchar fueron los sonidos de la ducha abriéndose. El rubio suspiro y rápidamente deja caer sus pantalones deportivos y su ropa interior a un lado. Respira profundamente y lentamente coloca una mano sobre su eje. Su cabeza se inclina hacia atrás mientras mueve lentamente su mano, su mente divagando en sus pensamientos. Suaves gemidos escapan de sus labios mientras piensa en la única persona en su mente. Sus ojos, sus labios, sus caderas, su... Dios, quien sabe qué tan grande. Riley deja escapar un gemido más fuerte, moviendo sus caderas hacia adelante. El nombre de la persona que le gusta sale de sus labios.

Chase por otro lado, ya había terminado de ducharse y se dirigía a buscar ropa a su habitación. Como su habitación estaba al lado de la de Riley, pensó en ir a ver cómo estaba. A medida que se acercaba, escuchó sonidos extraños. Se asomó lentamente por la rendija de la puerta y se quedo boquiabierto. Allí, Riley, el que él creía inocente... se estaba masturbando. Su pene estaba a la vista, siendo sostenido por su delgada mano. Chase podia ver su expresión, sus ojos cerrados pero llenos de placer. Y entonces escuchó algo que le provocó mariposas en el estómago.

- Parejäs -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora