E P Í L O G O

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Dos años después...

Estacioné en nuestra entrada, y como cada vez que lo miraba, sonreí cuando vi el nombre en la puerta. 'Winston' era el nombre que Jimin había dado a este lugar.

Había querido ponerle mi nombre, pero yo le había dicho que debía reflejarle también a él.

Así que entonces buscó un nombre para la casa de campo que reflejara de alguna manera alguna traducción de 'sentido de pertenencia', y yo le había dicho que tal vez era demasiado pensarlo.

Luego había levantado sus brazos y gritó.

—¡En ese puto caso, puedo también llamarlo Gary, o Ian, o puto Winston!

Bueno, habíamos quitado el prefijo 'puto', pero mantuvimos el Winston.

No importa como lo llamáramos, era nuestro hogar.

Durante el transcurso de la construcción, Jimin trajo siempre algo al apartamento, ya fuera una pequeña alfombra de suelo o un marco para la pared, y cuando le preguntaba para quién era, él sonreía y respondía, 'Winston'.

Parecía que la pequeña casa de campo se convirtió en una entidad viva, otra persona, y en muchas maneras, supongo que sí. Winston era una gran parte de nuestras vidas.

Aunque sólo pasamos cada fin de semana allí, o cualquier vacación que podíamos, era un hogar. A veces, cuando el trabajo lo permitía, lo realizábamos allí. Era sereno, pacífico, era una parte de nosotros. Le había pedido a Jimin diseñarla, decorarla, así que era indicativo de los dos, y él lo había hecho bien.

Era un lugar en el que tan pronto como entrabamos por la puerta principal, nos sentíamos a gusto. Como vestir un viejo favorito par de jeans o un suéter favorito. Era cómodo, era familiar y era... un hogar.

Justo como él había dicho que debería ser, ahora había maderas cálidas y suelos de piedra rustica con alfombras. Libros, planos y mapas adornaban las paredes. Era perfecto.

Dejé mi coche detrás del de Jimin. Él había conducido hasta aquí más temprano, diciendo que podría trabajar desde casa mientras yo tenía algunas reuniones en la Ciudad, y le dije que lo encontraría aquí.

Entré, absorbiendo el olor familiar y el calor del fuego, y me dirigí directamente a la habitación favorita de Jimin, sabiendo que era donde lo encontraría.

Se volvió desde su mesa de dibujo, y me sonrió mientras caminaba.

—Hola tú.

—Hola guapo.— le contesté, besándolo suavemente.

Llevaba una camiseta larga y pantalones vaqueros, y lucia especialmente cómodo. Suspiró con satisfacción y me miró.

—¿Estás listo para mañana?

—Estoy muy listo.— le dije, quitándome las gafas.

Un testimonio de mi edad y demasiado tiempo mirando la pantalla del ordenador, mi vista ahora requería gafas. Casi tuve miedo de usarlas, pero Jimin las amaba en mí.

Jimin tomó el par de gafas, las dobló y las apoyó en el borde de su mesa de dibujo.

—Sumin llamó.— dijo. —Mamá, papá y Jiwoong están en camino. —Sonreí, y besé la parte superior de su cabeza.

—Jungkook y Bianca salen para acá después del trabajo.— le dije. —Y Jennifer estará aquí por la mañana.

Jimin volvió a sonreír.

—¿No es contra la tradición si nos vemos por la mañana?

Le di un beso suavemente.

—No me importa mucho la tradición.

Tendríamos una pequeña ceremonia aquí. Nuestros invitados, consistían principalmente en familiares, se alojarían en Casa, gracias a la generosa oferta de Sumin. Todo el mundo había organizado casi todo para nosotros, incluyendo la decoración. Todo. Jimin y yo básicamente solo debíamos estar aquí.

—No puedo esperar para casarme contigo.— dijo con reverencia. —Ojala fuese hoy mismo.

—Eres tan impaciente.— dije con una sonrisa.

—Es una cosa de la Generación Y, ¿recuerdas?

—¿Cómo podría olvidarlo?

—¿Te acordaste de los anillos? —me preguntó.

Resistí a rodar mis ojos. Saqué una caja pequeña de mi bolsillo.

—¿Quieres verlos?

Los ojos de Jimin se iluminaron, y asintió. Así que abrí la caja para él, y sacó las dos bandas de metal. Los había elegido él, pero fue necesario ajustar el tamaño, por lo que yo añadí un grabado sorpresa. Esperé a que se diera cuenta, entonces me miró.

Escrito dentro de ambas bandas había tres palabras.

Et cor domum.— murmuré. —Es lo que eres para mí.

Sus ojos se clavaron en los míos.

—¿Qué significa eso?

—Es latín.— murmuré. —Significa 'corazón y hogar'.

Los ojos de Jimin se suavizaron y sonrió, casi con lágrimas.

—Oh, Tae. Es perfecto. Eso es lo que eres, eso es exactamente lo que eres.

Me incliné y lo besé suavemente.

—Corazón y hogar.

—Siempre.
















—Siempre

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归属感³ [ VMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora