Cuando Jimin llegó a casa, estaba en la cocina limpiando después de la cena. Dejó caer su portafolio en la puerta y sin decir una palabra a su hermano, se acercó y deslizó sus brazos alrededor de mí. Tiré el paño de cocina en el fregadero y le devolví el abrazo. Su rostro estaba enterrado en mi cuello y murmuró:
—Gracias, Tae. Por todo.
—De nada.— le susurré. —¿Has comido?
Sin alejarse, negó con la cabeza.
—No.
—Pedimos pizza. Jiwoong dijo que las pizzas de Chicago son las mejores, así que pensé que tendría que ordenar pizza de Nueva York sólo para demostrar que está equivocado.— le dije. —Pedí tu favorita.
Jimin me dio un apretón.
—Eres tan bueno conmigo.
—¿Minnie? —Dijo Jiwoong.
Ahora estaba de pie en la cocina junto a nosotros, no parecía importarle que Jimin estuviera todavía envuelto alrededor de mí.
Jiwoong todavía estaba emocionado. Había estado esperando que su hermano llegara a casa.
—Nunca vas a creer donde me llevó Tae esta tarde. —Jimin se apartó entonces, para mirarme, y luego a Jiwoong.
—¿Dónde?
Saqué un plato y puse un poco de pizza en el microondas mientras Jimin escuchaba lo que contaba Jiwoong.
—La primera parada fue Academia Records. La mejor tienda de discos de vinilo, tienen todas estas cosas. Fue realmente genial. Luego fuimos al Café Wha.
—¿Café qué?
—Café Wha.— repitió. —¡Donde tocó Jimi Hendrix! No pudimos entrar, porque tengo diecisiete años, pero Jimin, ¡fuimos a donde tocó Jimi Hendrix!
Jimin estaba sonriendo ante el entusiasmo de Jiwoong.
—¡Eso es tan cool!
—Pero entonces...— dijo Jiwoong. —El mejor lugar del mundo... Tae me llevó a Discos Generation.
Jimin parpadeó, luego sus ojos se clavaron en los míos, y de nuevo a Jiwoong.
—Y eso es genial, ¿porque...?
—Porque es la mejor tienda de metal y punk. De la historia. Si es metal o punk, ahí lo tienen.— dijo Jiwoong. —Minnie, eso fue jodidamente genial.
Entregué a Jimin su pizza recalentada.
—Soy oficialmente el tipo más cool del planeta.
Jimin tomó el plato y me miró fijamente.