El comediante profano

3 3 0
                                    

Es considerado uno de los más grandes escritores del Siglo de Oro español. La vida sacerdotal que abrazó no menguó su vocación literaria y, como buen discípulo de Lope de Vega, se convertiría en un famoso dramaturgo, poeta y escritor del Barroco. Se llamó Fray Gabriel Téllez, pero el mundo lo conocería como Tirso de Molina.

A los 21 años ingresó en la Orden de la Merced para formarse como sacerdote, y fue en esta nueva etapa de su vida donde descubrió su vocación literaria y, también nos dejó un ejemplo de honestidad al ser fiel con su vocación más allá de las censuras y castigos que sufrió por parte del clero.

Cuando aparecieron las cinco primeras partes de sus "profanas comedias", la Iglesia las censuró inmediatamente y fue desterrado a Sevilla. Pero Tirso de Molina era una persona que confiaba en sí mismo lo suficiente para saber que estaba haciendo lo correcto, por ello siguió escribiendo comedias. Con el paso del tiempo seguiría cosechando títulos, como ser nombrado maestro por el pontífice Urbano VIII.

Pero sus comedias ya le habían ganado la enemistad de la Iglesia y esta no se lo perdonaría fácilmente. A pesar de los honorables títulos conseguidos, volvió a ser desterrado al Convento de Nuestra Señora de la Merced, en Cuenca, donde pasó sus últimos años.

Sus personajes poseen una profundidad psicológica mayor que la de otros dramaturgos de la época. También suelen ser increíblemente intrigantes, de manera que siempre saben salirse con la suya, lo que atestigua el ingenio de este fraile que siempre tuvo una conciencia clara para él y para los demás. 

Las más Hermosas HISTORIAS DE ÉXITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora