𝟏𝟎

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Volví a mi ciudad en la madrugada, la luna llena me acompañó durante todo el viaje junto a las canciones más tristes que encontré en mi playlist, buscaba algo que me arrulle a la vez que resonara con mi estado de ánimo. Había abandonado el pueblo que me brindó un refugio y me sabía bastante mal.

Ni bien me puse cómodo en mi cama cuando llegué a casa los mensajes comenzaron a llegar, la mayoría de ellos pertenecían a Hyunjin, se había asegurado de escribirme casi seguido aún sabiendo que no lo leería pronto.

Hyunjin

Te extraño.

Estoy contando los días para volver a verte.

Te quiero tanto, pequeño. No tienes idea de lo mucho que te extraño.

Hoy me encontré con Minho, jugamos un poco con los chicos y estuvieron haciendo bromas sobre nosotros. Han no nos tiene mucha fe, dice que no nos da más de tres meses, pero ya sabes, él siempre es negativo, nunca hemos sido muy cercanos de todas formas.

A diferencia de la relación un tanto compleja que mantenían Hyunjin y Han, yo mantenía una amistad cercana con él de cierta forma. Yo era su confidente, conocía cada mala decisión que tomaba a pesar de mis advertencias, sus deslices con alguna chica cuando las cosas no iban bien la persona que le gustaba en ese momento, las salidas a discotecas donde terminaba borracho y gastando la mayor parte de su dinero invitando a desconocidos a unos tragos. Si pudiera definirlo sería una amistad más unilateral, yo no le confiaba mis preocupaciones, para eso tenía a Seungmin, a excepción de esta vez, pues Han era el único que conocía mis verdaderos sentimientos por Hyunjin y lo mucho que este llegaba a agobiarme desde que empezamos a salir.

No tuve el valor de decirle que Han se equivocaba. Me dolió el pecho. Tampoco tuve la valentía de responder de inmediato a pesar de que es lo mínimo que Hyunjin merecía. Maldición, el único que había complicado las cosas fui yo mismo, yo me busqué estar en esta posición tan incómoda, una en la que corría el riesgo de perder a mi mejor amigo en el proceso.

En ese momento, por más que me esforzaba, no podía parar de pensar en Chris, después de todo no podía dejarlo fuera de la ecuación siendo la persona de la que me había enamorado hace poco. Me preguntaba qué estaría haciendo, si estaría pensando en mí tanto como yo lo hacía o si se había decidido darlo por terminado dada mi inesperada negativa a sus intentos por acercarse más a pesar de la distancia.

Recuerdo haberle enviado un mensaje diciéndole que había llegado, no esperaba una pronta respuesta dada la hora, sin embargo, la simple acción de presionar "enviar" me provocó cosquillas que viajaron desde mi estómago hasta el pecho.

"Hola, bebé. Llegué a casa, perdona si no respondo tus mensajes en este momento, estoy muy cansado. Iré a dormir y hablaremos cuando despierte. Descansa", es lo que pude escribirle a Hyunjin.

A penas soportaba llamarlo "bebé", no porque me pareciera en extremo cursi, sino porque no me nacía decirlo de corazón, era muy forzado y lo hacía desde que un día me comentó que no lo trataba con cariño.

Para cuando desperté pasaron doce horas, definitivamente estaba agotado. Tenía varios mensajes sin abrir.

Hyunjin

Buenos días, pequeño. Me alegra que estés de regreso, no vuelvas a irte de viaje tanto tiempo así ): te extrañé. Espero que estés descansando, avísame si hoy retomamos los domingos de películas, hay una que quisiera ver contigo.
Te quiero.

Han

¿Será que ya das señales de vida? Tu novio exagerado está tan deprimido que me hizo perder tres partidas seguidas de lol hace poco ¿Tienes idea de lo irritante que es bajar a bronce solo por eso?
Ah, por cierto, le dije que no les daba más de tres meses aunque no les doy más de un mes, agradéceme.

Changbin
Mamá dijo que tu desayuno está junto al microondas.
Ah, y hoy te toca lavar los platos. 

Minho
¿Encontré un nuevo café con temática de gatitos ¿vamos?

Chris
¿Llegaste bien? Espero que sí...

Los únicos mensajes que me alegraron el día fueron el de Minho y Chris. Sobre el domingo de películas, no tenía muchas ganas de hacerlo, pero pensé que quedaría muy mal si le decía a Hyunjin que dejemos para la siguiente semana. No sabía qué era peor, si aceptar por compromiso o negarme y saber que se sentiría mal por eso.


Durante el resto de días no hablé mucho con Christopher, apenas intercambiamos pocos mensajes y a pesar de que él ocupaba mi mente la mayor parte del tiempo y de lo mucho que ansiaba escuchar su voz, no me animé a pedir más atención de la poca que me daba.

El viaje y lo que viví allí se sentía como un sueño lejano, tan irreal e inalcanzable que me costaba asimilarlo. Un cosquilleo de hacía presente en mi pecho cuando recordaba ciertos momentos, pero segundos después era aplastado por la realidad que debía enfrentar.

Cada que hablaba con Hyunjin sabía que el fin estaba cerca, me aterraba la idea de perder su amistad y sabía que estaba siendo egoísta, terriblemente egoísta. Lo que hice estuvo mal, no tenía justificación alguna y no podía cambiar la historia por más que lo deseara, no podía evitar herir a Hyunjin en el proceso. Sabía que lo lastimaría como nunca antes, que me ganaría su rechazo y que tenía bien merecido que saliera de mi vida después de terminar con él.

Aún así no pude aceptarlo, era un cobarde, tanto que cuando me decidí a ponerle fin a nuestra relación, no pude hacerlo sin ir acompañado de alguien en quien confiaba: San. San era la persona con la que había crecido y la persona con la que compartía hasta el más pequeño secreto, él sabía todo de mí así como yo sabía todo de él. Cuando le conté lo que había pasado y cómo me sentía con respecto a Chris y Hyunjin, no me juzgó por ello.

— Estuvo mal, bastante mal — dijo —, aunque aún puedes arreglarlo. Es decir, no puedes deshacerlo y no puedes evitar herirlo, pero puedes ser claro con Hyunjin sobre tus sentimientos y terminar con él. Es lo más justo.

— Lo sé.

— ¿Le contarás sobre Chris?

Negué inmediatamente.

— No, claro que no, no puede enterarse. Él va a odiarme, claro que va a odiarme. No soportaría eso... soy un cobarde, San, tan egoísta por querer conservar su amistad a pesar de todo el daño que le haré.

Afligido es un adjetivo que se queda corto para como me sentía en ese momento. Me encontraba angustiado, perdido, abrumado... tenía tanto miedo que ni siquiera podía verme en el espejo. San lo notó y me invitó a pasar con él, me brindó su apoyo y tras cocinar para mí pude mantener la calma.

— Entonces... ¿Cómo es él? — preguntó San con un papa frita a medio comer entre sus labios.

Estoy seguro de cuando la imagen de Chris vino a mí mente mis ojos brillaron, lo sentí.

— ¡Él es genial, San! Es un poco mayor que yo, pero en realidad no es tan notoria la diferencia de edad. Hablamos mucho cada día cuando estuve ahí, incluso jugamos juntos con el niño del que te hablé ¿y sabes qué? ¡yo no hago eso! realmente me sorprendí, lo hice por voluntad propia y me divertí, fue como descubrir un lado mío que no sabía que estaba ahí. Es inteligente, sabe mucho de política y se interesa por la medicina aunque su carrera se oriente a la ingeniería. También es muy lógico, puede parecer distante, pero en realidad puede ser muy cariñoso.

— De verdad te gusta ¿no es así? — asentí avergonzado, mis mejillas quemaban al igual que mis orejas —. Creo que tuviste una experiencia muy bonita, pero ¿no te parece demasiado bueno para ser verdad?

Su pregunta me mantuvo en silencio. De pronto vino un recuerdo, algo que había olvidado por completo y que obvié incluso cuando estaba con Chris en su pueblo. Su tía solía bromear diciendo que no le creyera, siempre que lo decía yo respondía riendo, pero si lo pienso mejor ahora quizás era una advertencia.

— Parece una historia de amor de verano, lo sé, pero es un buen chico — sonreí con nostalgia.

Ahora solo pienso en lo ingenuo que fui, la respuesta siempre estuvo frente a mí. Las señales siempre estuvieron ahí y yo no las quise ver.

— Espero que lo sea.

Yo también lo esperaba...

sentir ; chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora