Eva Lambert, ahora detective había dejado atrás a Charlie Mayhew, su amor intenso y tóxico. Pero al llegar a una comunidad azotada por crímenes, se lo encontró de nuevo. Su mirada sombría revivió recuerdos de pasión y dolor, complicando su investiga...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
†
" El único pecado que me perturba por dentro es el pensamiento de desear sentir el tacto de tus labios contra los míos "
2018
Ya habían transcurrido tres meses desde que le anunciaron que su hermano Mathieu había desaparecido. Una profunda depresión inundaba su corazón, un vacío que intentaba llenar con píldoras y alcohol, pasando de fiesta en fiesta cada noche.
La lucha entre el deseo de olvidar y la esperanza de encontrar a su hermano la mantenía atrapado en un ciclo interminable de desasosiego. En el silencio de la noche, mientras el mundo a su alrededor seguía transcurriendo normal, ella se sentía cada vez más perdida, un náufrago en un mar de sombras y recuerdos.
Eva Lambert estaba en una fiesta, tratando de ahogar el dolor que la consumía con cada trago y cada píldora que caía en su garganta. A su alrededor, risas y música se entrelazaban en una atmósfera de despreocupación. En el mismo lugar se encontraba Charlie Mayhew, un amante de las fiestas, las píldoras y el alcohol, pero a diferencia de Eva, su vida estaba marcada por la despreocupación.
Eva bailaba al ritmo de la música, sumergiéndose en un momento de despreocupación que solo el baile podía ofrecerle. Cada movimiento de sus caderas y cada giro de su cuerpo le traían una paz . Mientras la música vibraba a su alrededor, notó a Charlie a lo lejos, observándola con una sonrisa encantadora. Era como si un hechizo lo hubiera atrapado; no podía apartar la mirada de ella...
Fue una conexión inmediata, parecía que solo existían ellos dos, mientras el resto del mundo se desvanecía a su alrededor. Charlie la observaba con atención, su sonrisa encantadora iluminando el ambiente. Eva, sintiendo el peso de su mirada, sonrió de manera involuntaria y siguió moviéndose al ritmo de la música. Después de un rato, decidió acercarse a la barra para pedir un nuevo trago, ansiosa por retomar el baile.
Mientras esperaba, sintió una presencia a su lado y se giró, encontrándose con el enigmático chico.
—¿Es un buen lugar para pedir algo nuevo, o ya has probado todo?
—No he encontrado nada que me haga querer quedarme pero quizás tu puedas convencerme
Charlie se sentía extrañamente atraído por la rubia. Se inclinó hacia ella, dejando escapar una sonrisa juguetona.
