Eva Lambert, ahora detective había dejado atrás a Charlie Mayhew, su amor intenso y tóxico. Pero al llegar a una comunidad azotada por crímenes, se lo encontró de nuevo. Su mirada sombría revivió recuerdos de pasión y dolor, complicando su investiga...
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"Te amo con una devoción tan profunda que mi corazón te adora como si fueras una diosa, y cada pensamiento mío es una plegaria en tu nombre."
2022
Con el tiempo, Eva se dedicó a sanar tras dejar atrás a Charlie y se inscribió en criminología, convirtiéndose en detective. Encontró propósito en su trabajo al ayudar a otros, especialmente en casos de desapariciones, como la de su hermano Mathieu.
Sin embargo, a pesar de su crecimiento personal y profesional, la sombra de Charlie seguía presente. Las noches solitarias a veces la atrapaban, y los recuerdos de su amor intenso regresaban, como ecos en su mente. Se preguntaba si él había cambiado, si alguna vez había sentido el peso de su pérdida...
Aunque sabía que había hecho lo correcto al alejarse, las dudas a veces la asaltaban: ¿Podía haber otra forma de amar, una que no estuviera marcada por la posesividad? A medida que resolvía casos como detective, se encontraba reflexionando sobre sus sentimientos, preguntándose si había algo en ella que aún añoraba a Charlie o si solo echaba de menos la intensidad de su amor.
Con el tiempo, aprendió a integrar su pasado, pero la pregunta de si todavía lo amaba seguía asomando. A medida que resolvía casos, a menudo reflexionaba sobre lo que había significado su relación, cómo la había moldeado y, a veces, la había limitado.
A pesar de su crecimiento y nuevos caminos, Eva sentía que una parte de ella seguía atada a Charlie.
Charlie estaba atrapado en un torbellino de emociones desde que Eva se había ido. Su ausencia dejaba un vacío inmenso, y cada rincón de su vida le recordaba lo que había perdido. Se sumergió en fiestas y alcohol, pero solo intensificaba su anhelo por ella.
La idea de que pudiera estar con alguien más lo llenaba de celos y rabia. Comenzó a seguir sus redes sociales, buscando pistas de su vida después de él. Cada foto que veía le rompía el corazón, y al mismo tiempo, lo consumía una necesidad de volver a tenerla.
Cada día se preguntaba si podría reconquistarla, si había una manera de demostrarle que podía cambiar, que podía ser el hombre que ella necesitaba. La lucha entre dejarla ir y aferrarse a su memoria lo consumía, y se sentía cada vez más perdido sin ella.
Cada día se metía a las redes de ella. Sin embargo, un dia al ver las fotos de Eva feliz con su amigo, Charlie sintió cómo una oleada de celos y furia lo invadía. La imagen de ella sonriendo y disfrutando de la compañía de otro lo consumía por dentro. No podía soportar la idea de que ella estuviera tan bien sin él, riendo y compartiendo momentos que solían ser solo de ellos.
¿Quién era ese chico? ¿Qué podía ofrecerle que él no pudo?
Con un impulso de locura, empezó a tirar cosas en su habitación: un marco de fotos que alguna vez había mostrado una sonrisa compartida, su laptop, que contenía recuerdos y mensajes de ella. Cada objeto que estrellaba contra el suelo era un grito de su impotencia, de la pérdida que no podía aceptar. La furia y los celos se entrelazaban, llevándolo a un estado casi catártico, pero a la vez, destructivo.
