Capítulo 8: Intento de Huida

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Alpes Suizos. Vacaciones de invierno.

Durante las fiestas mi vida volvió a ser la misma de los últimos años en Inglaterra, fuimos de fiesta en fiesta por toda Europa durante el último mes. Para mis padres solo estábamos buscando una manera distinta para pasar la celebración de Navidades y Año Nuevo. Recibimos el nuevo año en las montañas Suizas y allí nos quedamos por una semana, ya había llegado el momento en que debía volver, pero mis planes cambiaron...

Stephen por favor, no me dejes. - Digo a mi hermano, mis corría al ritmo de los médicos, enfermeras y paramédicos que lo llevaban al quirófano para ser intervenido.

Me quedé inmóvil cuando entro a aquel lugar por las puertas blancas del hospital donde nos encontrábamos, mi hermano había sufrido un accidente esquiando y en este momento se estaba debatiendo entre la vida y la muerte.

Ya tienes un mes aquí Avril, tienes que ir a arreglar tu situación en la universidad. - Escucho a mi madre decir mientras en mi mente solo se seguía reproduciendo constantemente la caída de mi hermano en aquel alpe. - ¿Me estás escuchando Avril?

Madre, mientras yo no sepa que Stephen está bien, no me voy a mover de aquí. - Digo bastante seria en la sala de espera mientras veo a un punto indefinido en la pared que para mí ya tiene muchos más colores que el blanco tétrico. - Que a ustedes no les interese si Stephen vive o muere, no quiere decir que con los demás tiene que pasar lo mismo.

Me quedé anonadada con el golpe en mi rostro, mi madre en 19 años nunca me había levantado la mano, mucho menos había llegado a golpearme seriamente.

NUNCA, escúchame bien Avril Spinster, NUNCA vuelvas a decir tal tontería. - Responde molesta la mujer frente a mí. - Si tu hermano se muere, sería un golpe muy duro para todos.

Puedes golpearme todo lo que quieras, eso no cambia que Stephen está en esa cama por su puta culpa Constanza Di Cesare. - Digo apretando los dientes. - No seguiré en la universidad, ni me moveré de aquí hasta que mi hermano se despierte.

En ese momento llegó el doctor que se mantenía activo en el caso de Stephen llamando nuestra atención. - Señora Di Cesare, señorita Spinster. - Dice mencionándonos a ambas. - Stephen despertó, aún no está completamente consiente, pero está estable, ahora queda ver como responde a los estímulos. - Comenta haciendo una pausa larga. - ¿Me acompaña, señora?

Claro - Menciona hacia el hombre, pero al instante se gira hacia mí susurrando entre dientes. - Mañana mismo vuelves a Harvard y más te vale salvar el periodo, así tu padre no se enterará de tanta tontería que andas diciendo. - Concluye volviendo a mirar al hombre para seguirlo.

Al día siguiente estaba en un avión de Suiza a Inglaterra para empacar y a las 6 horas ya estaba abordando rumbo a Boston.

Harvard. Residencias. Departamento de Avril.

A los dos días estaba en la puerta de mi residencia, encontrándome con Victoria, que venía llegando de clases casi a las veinte horas.

Tarde un mes más del que debería volver a este lugar y esta vez no estaba ilusionada por lo que venía.

Dios creí que no volvías. - Dice mi amiga abrazándome al instante de verme. - Nunca respondiste nuestros mensajes luego de la segunda semana.

Perdí mi celular. - Es todo lo que digo levantando los hombros, siguiéndola por el ascensor, pero entendiendo que había hablado muy mal por lo que agregué. - A mí también me alegra verte Vic. - Termino con una media sonrisa.

No escuché el ascensor, pero sí un carraspeo que interrumpe nuestro abrazo y llama poderosamente nuestra atención, detrás de ambas estaba Charlotte Dupont con mirada curiosa entrando a su departamento y abriendo la puerta, comentando algo sutil antes de entrar.

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