No debes hablar...

Novatas.

Agnes.

Me pesaban las pestañas, me ardían las piernas y las axilas. Todo porque en menos de una hora, haríamos nuestra entrada triunfal como nuevas porristas. Scarlett y Rebecca nos tenían cautivas en su casa a las cuatro novatas, mientras que los chicos aguardaban en casa de Lance. Aunque la fiesta era para celebrar a los nuevos miembros de la escuadra, solo se festejaba a las mujeres. ¿Sexismo dónde?

Así que las mujeres estábamos siendo cruelmente depiladas, perfumadas y maquilladas... Lo juro, no podía ver un centímetro de mi verdadera piel escondida bajo estos kilos de maquillaje. Mis labios eran rojos, del color que adquieren después de haberte besuqueado por horas, mis ojos estaban firmemente delineados de negro con cientos de capas de rímel, y en mi mejilla izquierda había un tatuaje tipo pegatina, una pequeña garrita de puma dorada. Incluso mi cabello estaba rizado y lleno de brillantina, la cual me picaba un poco. Demonios.

Rebecca y su novia, había descubierto que eran pareja, sabían ahora de mi "Condición" y no habían puesto objeción e incluso me habían felicitado por haberle roto la nariz a Maya. Sí, al parecer la pobre mujer había ido a parar al hospital por mi gran hazaña.

Y lo mejor de todo; estrenaríamos nuestro uniforme esta noche, lo cual no me emocionaba lo suficiente, debido a la escasez de tela y miniatura de longitudes. Eran cerca de las nueve de la noche cuando todas estábamos maquilladas y vestidas para la ocasión.

Los colores que representaban a nuestra escuela eran el azul marino con oro; nuestro uniforme contaba con tres partes, el top, la falda, y un calzón elástico que nos cubría bien nuestro trasero.

El calzón, no puedo decirle bragas porque no lo es, era de color oro con letras negras que decía "Cougar" en la zona de nuestras asentaderas, puesto que la mascota de la escuela era un Puma.

La falda era color azul, mientras que todas las tablas eran, por dentro, color oro y era corta, tan corta que quedaba más arriba de la mitad de mi muslo, pero no podía quejarme, era muy cómoda y sexy. El top en si era encantador, empezaba justo debajo de mi pecho, en una especie de punta de triángulo, con cuello en "V" y manga larga hasta las manos, donde las unía un con pequeño resorte al dedo. En todas las orillas había una franja color oro, mientras que todo lo demás era azul, y en el brazo derecho, justo en medio de dos franjas, había una huella de un puma. En el pecho, en letras negras, estaba bordado "Cougar". Incluso nuestros tenis eran azules y nuestros tines color oro.

Lo cierto era que el uniforme era atractivo, muy detallista y sumamente revelador, lo malo de haber sido diseñado por lesbianas, es que no les interesa el morbo masculino. Deja a la vista todo el abdomen, empezando por justo debajo del pecho, hasta debajo del ombligo.

.- ¿Es eso un tatuaje?-. Dijo Della mientras observaba mi vientre. Me ruboricé y asentí. Cuando había cumplido 15 años, me lo hice como auto regalo. Era un tatuaje sencillo con las iniciales A.A.B.E. seguido de una paloma volando hacia el horizonte, nunca nadie lo había visto, hasta ahora. La letra era fina y casi cursiva, con trazos elegantes y definidos; las letras y la paloma eran negras, pero el fondo del tatuaje, que era una mancha difusa, era color rosa, verde y azul. Llamativo si me preguntan.

.- Es hermoso-. Me dijo mientras miraba mis ojos. Era hermoso sí, pero su significado no lo era. Sonreí en respuesta.

Las novatas estábamos aguardando la señal de Rebecca para poder unirnos a la fiesta; hacía cerca de una hora que la música había comenzado a resonar, y había un ligero olor a cerveza y cigarrillos en el aire. Scarlett me había dicho que "Los Perros" (francamente no sé porque la gente les dice así) habían llegado desde horas antes, totalmente excitados ante mi rutina, el termino de esa palabra no me agradó.