LABORATIO

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Sharon subía silenciosamente las escaleras sosteniendo la maleta en su mano derecha, había vuelto de su viaje de Estados Unidos, por razones laborales, lamentablemente tuvo que ir de manera muy repentina, sin previo aviso, por lo que de la noche a la mañana tuvo que irse de viaje sola, claro le había avisado a su pareja.

Pero el no pudo ir junto a ella por la misma razón por la que ella se iba, razones laborales, al Vigevani estaba totalmente molesto por no poder acompañar a su pareja, se mantuvieron lejos por cuatro días, cuatro días de totalmente tortura para ambos.

Pero mucho más para Federico, quien era el que tenía un poco de dependencia emocional y apego físico, no podía mantenerse lejos de ella, tenía que estar junto a ella siempre, no podía estar lejos de ella, claro, tenían momentos en los que estaban separados.

Pero por un par de horas, de alguna u otra manera se veía en el resto de día, pero, ¿Tenerla lejos durante cinco días, cinco noches? ¿Cuando estuvieron toda su relación juntos como chicles? Fue un golpe duro para el Vigevani.

Su rabia era otro nivel.

No era por desconfianza a Sharon, claro, era simplemente por su depende emocional y apego físico, era raro mantenerse lejos de ella, pero le mandaba mensaje todo el día y la llamaba siempre que ella tuviera tiempo libre.

Hoy uno de septiembre había vuelto.

Entro por la puerta de su habitación, viendo a su comprometido murmurar unas cuantas palabras inaudibles mientras se ponía su camisa, se notaba que acababa de bañarse por las gotas de agua cayendo sobre sus hombros.

Federico volteo, aún metido en sus pensamientos, retrocedió asustado al ver una figura parada a unos metros de el, pero al ver de quien se trataba dejo caer la toalla con la cual se estaba secando el cabello.

Se quedó mudo, mirándola sorprendido.

— ¿Así recibís a tu esposa? Todavía estoy a tiempo de pedir el divorcio, eh...— Bromea Sharon al verlo aún en shock

Federico reaccionó a tiempo luego de oír sus palabras, no entendió en absoluto lo que dijo, simplemente disfruto de esa voz que tanto amaba, que consideraba su sonido favorito, mientras admiraba su belleza.

Este se acercó a ella a una velocidad impresionante, abrazándola y levantandola del suelo, sacándole un grito; — ¡Fede! — Rio está sintiendo como daba vueltas

Al sentir sus pies sobre el suelo, se quedó quieta viendo su alrededor girar, hasta que sintió unas grandes y calidas manos, tomarla de la mejilla con un poco de fuerza, para luego sentir variedades de cortos besos sobre su labios

— ¿Cuando- — Federico se callo volviendo a besarla — Llegaste- — Volvió a dejar  un beso fugaz sus labios — Hermosa? — Luego de terminar su frase volvió a besarla

— Amor- — Sharon se quedó callada al sentir como volvió a dejar un corto beso en sus labios, para luego alejarse, cuando iba a volver hablar, volvió a besar fugazmente sus labios

Cuando se alejo y se acercó nuevamente, Sharon lo tomo de la nuca, profundizando su beso, no quería simple piquitos sobre sus labios, quería sentir el lindo tacto de los labios de su amado.

Federico al sentir como la lengua de Sharon se adentraba a su boca, sintió un hormigueo en todo el cuerpo, la tomo de la cintura, disfrutando del salvaje beso de su esposa.

Sharon caminaba sin separarse, con una mano en el pecho de Federico haciéndolo retroceder, en un momento Federico sintió sus piernas chocar con la cama, por lo que se sentó.

Aún sin separarse del beso, por lo cual Sharon se sento sobre el, jugando con los cabellos largos y marrones de Federico, mientras aún sus lenguas seguían batallando entre ellas.

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