FEDERICO

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Narra Federico.

Veia a Sharon estar en la habitación sentada sobre la cama, tecleando la computadora totalmente enfocada, tenía su ceño fruncido y movía inquietamente su pie en el aire.

Se veía totalmente hermosa desde ahí.

Con una de mis camisas blancas, con un short deportivo negro que pronuncia su figura, la parte baja casi no se notaba por la gran talla de mis camisas a comparación de las que usaba ella.

Su cabello estaba a suelto, los lentes negros que utilizaba para descansar la vista lograba darle ese toque de extravagancia, simplemente arte.

Se veía totalmente hermosa.

Mi repentino suspiro captó su atención.

Levanto su refinado rostro con una mueca totalmente confusa, recién percatandose de mi presencia, una sonrisa se dibujo en mi rostro mirándola fijamente.

- Amor...- Murmura ella, dejando de lado su laptop

Una sensación reconfortante inundó mi ser, el simple hecho de tener su atención me alegraba.

- ¿Que estás haciendo, linda? - Pregunte sentandome a su lado

- Completamente unos papeles con respecto al tema de mi carrera musical...- Respondió ella quitando sus lentes

Sus facciones delicadas y refinadas.

Sus prendas de casa.

Su cabello extrañamente revuelto.

La manera sería en la que hablaba.

Su sensual manera de quitarse los lentes.

Simplemente todo de ella era perfecto, me causaba tanto con tan solo una acción, una mirada o una palabra, aún que sea lo más diminuto, causaba infinidades de cosas.

- Sos muy perfecta...- Solté descaradamente, sin ningún tipo de vergüenza y permitiendo que mis pensamientos hablen por si solo

Ver como reía por lo bajo negando, mientras rodaba aquellos encantadores ojos que tenía, aquellos ojos que causaban más cosas de la que podría creer, aquellos ojos me hipnotizaban y que me podría pedir hacer lo que quisiera.

Aquellos ojos que amaba y sin duda era lo que más amaba físicamente de ella.

- ¿E Ian? - Pregunto ella apartando la mirada

- Salió con Dom, segun el iban a tomar un café como amigos - Remarque la última palabra burlon mientras rodaba los ojos

- Agh, entonces estamos solos...- Hablo ella estirándose, estando recostada en la cama, soltando un pequeño bostezo

Me puse sobre ella sin pensarlo mucho.

- Si...- Respondí con mi rostro a centímetros de ella, contemple mejor sus perfectas facciones.

Sentí su mano sobre mi nuca, presionandolo y acercando mi rostro al suyo, cerré mis ojos disfrutando de sus adictivos labios.

El beso era totalmente lujurioso.

Mi mano derecha sujeto su cintura.

Sentí como abrazaba mi cuello con ambos brazos.

A fuerzas nos separamos, por la falta de aire.

Mire detenidamente su rostro, sus ojos totalmente oscuros por la lujuria, sus labios levemente hinchados estando entreabiertos por la perdida de aire y la intensidad del beso.

Con solo verla podía sentir algo en mi reaccionar.

Baje mis besos a su mandíbula.

Oir sus suspiros era una bendicion.

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