El Niñero Kookv

Capítulo 20

Narra Jungkook:
En cuanto Taehyung me contó lo que pasó con el imbécil de Seojun me enoje, no con Tae sino con él, Gguk quería que lo golpearamos hasta que sus huesos fueran solo polvo, pero debía calmarme porque no quiero asustar a mi luna.

— Te lo cuento para que estés enterado y no te enterarás por terceras personas y mal entendieras la situación y tampoco quiero perder la confianza que tenemos porque una buena relación se basa en la comunicación y en la sinceridad. —lo mire sin decir nada porque estaba más concentrado en controlarme frente a él— Jungkook normalmente tu sabes que doy muy paciente pero esta vez tu silencio me está matando. —suspiré cuando por fin logre calmarme.

Lo abrace porque su olor y el contacto de su piel con la mía me calmo aún más.

— No hay que ser impulsivos, recuerda que él es nuestro y siempre lo será, pero se ese humano se atreve a hacerlo de nuevo entonces si lo matamos. —dijo mi lobo.

— No le voy a hacer nada por ahora. —me separe un poco de él pero sostuve sus manos para no perder el contacto con su suave piel— Pero si vuelve a hacer algo como eso me llamas de inmediato para darle unos golpes de advertencia, ¿esta bien? —él me sonrió.

— Esta bien. —lo volví a abrazar y él me abrazo, mi lobo y yo ya estábamos tranquilos, por ahora.

Esa noche me quede con Taehyung, hablamos un rato hasta que se quedo dormido en mi pecho, me presto unos pantalones que su papá usaba para dormir, mi corazón latía a un ritmo más acelerado de lo normal cuando estoy con él, él se burla diciendo que llevo un tambor de guerra como corazón y yo siempre le digo que late así solo por y para él, después de un rato también me quedé dormido.

En la mañana me desperté temprano, quería prepararle el desayuno peor al intentar levantarme él se aferro a mi cuerpo con fuerza, le acaricié el cabello hasta que por fin él aflojó su agarre y me zafe de sus piernas y brazos, Taehyung duerme como un Koala, siempre abrazando algo con los brazos y piernas.

En mi lugar deje que abrazara una almohada, al principio puso mala cara entre sueños pero al respirar profundo pudo percibir mi olor y se aferró a ello, sonreí, su cabello estaba hecho un desastre y a veces ronca pero no cambiaría dormir con él por nada.

Fui a la cocina, de las pocas cosas que se cocinar hice unos huevos con tocino, zumo de fresa y malteada de chocolate, no soy bueno con los postres por lo que agarre unas tabletas de chocolate que había en el refrigerador y las puse en un plato sin la envoltura.

Camine con cuidado hasta su habitación, él seguía durmiendo, deje la bandeja con nuestro desayuno en su escritorio.

— Te quiero mucho mi alfa. —creí que se ha ia despertado pero vi que seguía dormido, si, a veces también habla dormido, al principio me dio miedo pero cuando empezó a decir mi nombre en sueños me alegraba, me acerque hasta él y lo desperté repartiendo besos en su rostro.

Cuando abrió los ojos me sonrió, después bajo la mirada a mi torso y se sonrojo.

— Buenos días. —se levanto y se fue a lavar los dientes, cuando volvió me dio un beso tierno en la mejilla, aún no nos hemos dado nuestro primer beso pero yo soy paciente porque siempre deciden que lo bueno se hace esperar.

Miro el desayuno en el escritorio y después me miro a mi, en sus ojos se podía leer lo conmovido que estaba por ese pequeño gesto, me abrazo inesperadamente, yo le correspondí inmediatamente.

— Este abrazo significa que te gusto que te cocinara. —asintió con la cabeza pegada a mi pecho.

— Es un gesto muy tierno de tu parte. —sonreí.

— Te prometo que aprenderé a cocinar más cosas si a cambio recibo más de estos abrazos. —él se separó un poco y se paro de puntillas, yo tuve que agacharme un poco para que él pudiera darme un tierno beso en la mejilla.

— Hecho. —sonrió.

Desayunamos, mientras yo le contaba sobre las cosas que tiene que hacer una luna, él me escuchaba atentamente, eso es algo que me encanta de nosotros, nos escuchamos y nos comunicamos.

Despues de desayunar él se metió a bañar, al salir estaba vestido, se arregló el cabello y se lo seco con la secadora.

— Vamos mi alfa. —sonreí, yo también me había vestido mientras él se bañaba.

Salimos de su casa tomados de la mano, la pastelería estaba justo al lado, al llegar a la puerta de la pastelería vi a ese idiota de Seojun.

Mientras Taehyung abría la puerta lo mire con mala cara, él me miró del mismo modo, cuando Taehyung por fin abrió la pastelería entró él seguido por mi y luego Seojun.

— ¿Tienes mucho trabajo hoy? —me abrazo.

– Un poco pero en cuanto termine vendré aquí. —Tae asintió, me agaché a darle un beso en la mejilla, me gire y vi que Seojun se había quedado atrás de nosotros. Al pasar por su lado lo empuje con el hombro— Perdón. —dije molesto.

— No hay problema. —salí de ahí porque de lo contrario lo golpeara hasta hartarme t eso no será hasta que esté muerto.

Me subí al coche que había dejado en el aparcamiento de la pastelería, arranque y me fui a mi casa, le diré a Jackson que se encargue él de los asuntos de la Manada, solo voy a mi casa a por ropa porque voy a pasar un tiempo en casa de Taehyung.

Al llegar a mi casta me baje del coche, los detalles para mi cita el 14 de febrero con Taehyung los esta viendo Hoseok y su destinada Jennie, Jackson estaba con una mujer de la mandada en mi sala.

— Alfa. —dice ella con un tono seductor.

— Jackson saca a esa cosa de la casa, de mi casa y de la casa de mi luna, si vas a ver a tus mujerzuelas míralas en tu casa.

— Pero vine buscándolo a usted, se ve algo tenso, además aun no tenemos una luna. —se levanto y camino hacia donde to estaba, antes de que me tocará la agarre de las manos y le enterré las garras.

— Si tengo a mi Luna, así que si te vuelvo a ver cerca de mi o de mi casa le daré permiso a los guerreros de que te torturen hasta que ruegues tu muerte, ¡largo! —la solté y ella salió corriendo.

— Bueno al parecer venías de buen humor, ¿pasaste la noche con Taehyung? —asentí.

— El idiota de Seojun se atrevió a cruzar un alinea que no debió, ahora voy a pasar un tiempo en su casa, necesito que te hagas cargo de la Manada y me informes de todo, como me enteré de que has metido a tus fáciles en casa de mi luna te golpearé. —Él levantó las manos a modo de rendición.

— Tranquilo no haré eso y prometo trabajar bien. —asentí, camine a mi habitación para preparar una maleta, metí ropa, zapatos y mis cosas para rasurarme.