14. RENJUN

24 6 1
                                    

🔞

La puerta azotó contra la pared y la atrapé antes de que rebotara y me diera en la cara.

No había señal de Yiren en las escaleras, las subí corriendo de dos en dos para llegar a mi cuarto, escuché un ruido dentro de, y seguí la fuente.

Para este momento ya había bajado mi enojo a solo una molestia.

Mamá estaba llorando, me detuve en la puerta, mis ojos yendo directamente a Jia, que estaba bien dormida en su cuna, y hubo un horrible segundo donde pensé que algo estaba mal, sin embargo, Jiana estaba respirando y resoplando resoplando un poco mientras dormía, y mamá seguía llorando; no estaba sollozando, más bien eran lágrimas silenciosas, mientras miraba fijamente sus manos, sus dedos entrelazados.

Mi ira se fue volando en un instante y se me apachurró el corazón, fueron muchas veces las que la había visto llorar, cuando perdimos a papá, Yiren y yo teníamos apenas diez años, la vi llorar tantísimo por él, ella lo había amado, más yo no recordaba haberlo amado en absoluto. Hubieron más lágrimas cuando Yiren resultó embarazada de Sunwoo, también en su boda y cuando nació Mia. Lloró cuando le dije que era gay, pero ante eso, le recriminó a Dios por dejar que tomara decisiones imprudentes. Debería ser inmune a las lágrimas, pero no lo era.

—¿Mamá, qué estás haciendo aquí arriba?

Entré en la recámara y ella levantó la vista, sobresaltada y limpiándose las lágrimas. ¿No me había oído entrar a la habitación?

—Yiren dijo...

—Bueno, Yiren no debió haber...

—Por favor, Ren.

Crucé el espacio para ir a la cuna y acaricié el suave pelo de mi bebita, moviéndome sutilmente entre mi mamá y ella.

—Deberías dejarla dormir — dijo mamá y se mordió el labio como arrepentida de haber dicho algo.

Suspiré, pero no era el sonido de un hombre que estaba desesperado por evitar a su mamá. El amor incondicional de un hijo por su madre terminó el día que me acerqué cauteloso a ella para explicarle que era gay, ese fue el momento en que ella anunció que estaba mal. «Que yo estaba mal». No hablamos mucho después de eso y muy pronto me fui de la casa para ir a la universidad; no regresé en vacaciones, trabajaba en los días libres y me enrollaba con chicos, más que nada para ser honesto conmigo mismo en todos los aspectos.

Mamá intentó contactarme, pero las pocas veces que hablamos terminaba conmigo teniendo que justificar el porqué era gay. Se rehusaba a creerme en todo lo que tuviera que ver con mi sexualidad. Mudarme joven había estado en la lista de cosas que su descarriado hijo haría y me había dicho en la cara que imaginaba que terminaría desnudándome a cambio de dinero o algo peor. Para ella, la costa este (donde estaba mi universidad) era un lugar peligroso para las personas como yo y cuando ella volvía a usar las Escrituras como evidencia para respaldar sus decisiones, siempre me marchaba. «No tengas novias, no tengas novios, no salgas con nadie. Estudia duro, no saltes del árbol en el jardín. No comas antes de meterte a nadar. No tomes decisiones importantes sin avisarle antes a toda la familia. No seas gay». Estaba acostumbrado a que mi mamá tuviera una opinión para todo.

—¿Podemos hablar? —me preguntó.

—Bien puedes decir lo que tengas que decir, madre. Luego te puedes ir.

Comenzó a llorar de nuevo y me sentí confundido. Esperaba una discusión, enojo, súplicas, algo, pero no las lágrimas silenciosas. Tal vez debería salir de la recámara, dejar que tenga su colapso en privado, pero qué si Jiana despertaba y veía llorando a su abuela, aunque fuera una cara borrosa. ¿Qué daño psicológico le causaría eso? Pausa. Estaba dándole demasiadas vueltas a esto. Me senté junto a mi mamá en la cama y traté de sacudirme los sentimientos negativos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: 2 days ago ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

PAPÁ SOLTEROWhere stories live. Discover now