8. RENJUN

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—¿Era ese el Dr. Sexy de la casa vecina con el que estabas hablando? — preguntó Yiren tan pronto como entré a la cocina.

Estaba removiendo algo en una olla en la estufa y olía riquísimo, Jia estaba en su mecedora y había música sonando bajito.
No respondí al comentario de «Dr. Sexy», aunque, sip, era demasiado sexy y estaba justo en mi calle. Esos ojos, ese cabello medio largo y a la vista sedoso para pasarle los dedos y esos labios... Podía pasar mucho tiempo pensando en esos labios.

Imaginen que no estuviera muerto de cansancio y que de verdad estuviera disponible y lo suficientemente despierto como para iniciar algo con alguien, podría hacerlo con Jaehyun. Podría acostarlo en mi cama y comérmelo vivo. No , en mi cama no, Jia estaba en mi recámara, el cuarto grande extra, NO, ese es el que será para Jia; el cuarto pequeño extra con la cama individual, sip, lo acostaría en la cama individual y luego lo besaría y chuparía y esperaría solo el tiempo suficiente hasta caerme de la pequeña cama para terminar en el piso.

—Tierra llamando a Renjun. Repórtate.

En mis pensamientos todavía estaba en el piso con Jaehyun, el doctor guapo y sexy, aún con él sobre mí y me tomó un rato volver a centrarme.

Yiren me dedicó una sonrisa extraña, la ignoré y crucé la cocina para ir hacia Jia y hablarle mientras me miraba fijamente. Tenía los ojos bien abiertos y me pregunté si su azul grisáceo pálido se oscurecería o si se quedarían con el color actual.

La donante de los óvulos tenía ojos color avellana, yo tenía los ojos cafés, sin embargo, eso no significaba nada de acuerdo con su pediatra, ya que aparentemente el color de ojos era muchísimo más complicado de lo que me habían enseñado en la preparatoria. De acuerdo con la información, tenía que esperar entre seis a nueve meses para estar seguro. Y lo sabía porque el color de sus ojos estaba en mi lista de metas pegada en el refrigerador. Lo gratificante de la lista era que algunas cosas ya tenían palomita. Perdió peso después de nacer, lo recuperó, sostenía mi mirada por más tiempo; aunque sabía que todavía me veía borroso; mostraba interés en el mundo a su alrededor y estaba seguro de que si pudiera hablar, diría que le encantaban algunas cosas como: un pañal limpio, que la meciera hasta dormirla, la leche y el hecho de que yo fuera su padre. «Me gustaba creer que ella amaba que yo fuera su papá». El color de los ojos era solo una de tantas cosas emocionantes que descubriría acerca de mi hija. Pateó y atrapó mi pulgar, instintivamente lo envolvió con sus dedos y se lo llevó a la boca.

—No lo quieres, está sucio —le advertí y me zafé, luego le di un beso en su pequeña cabecita.

—¿Ren? ¿Hola? ¿Con quién estabas hablando?

—Con Jaehyun, me contó acerca de mi nuevos vecinos, él es uno de ellos y pareciera el comienzo de un mal chiste.

—¿Eh? —Se quitó de la estufa y vertió el contenido de la olla en dos tazones.

—Ya sabes, un doctor, un bombero y un policía se mudan a la casa de al lado.

Yiren me hizo señas para que me sentara. Elegí el taburete junto a Jia y tomé un bollo del plato en el medio.

— Qué útil tener expertos como ellos tan cerca — comentó mientras sopeaba un bollo en la cremosa y generosa sopa de pollo que había servido.

Nos mantuvimos en silencio mientras comíamos.

—¿Aún está bien que vengamos todos de visita el próximo fin?

— Sí, por supuesto.

Esta vez traería a Dan y a Mia, los cuales estaban emocionados de ver a su nueva prima otra vez. Me ponía todo empalagoso cuando pensaba en ellos con mi hija, aunque supiera que Dan seguiría enojado porque Jia era muy pequeña para jugar videojuegos con él, dado que esos juegos enmarcaban toda su vida. Por otro lado, Mia estaría encantadísima de hablar y abrazar a Jia de nuevo. Lo cual me recordó que, al siguiente momento que fuera capaz de pensar en algo más que en mi bebé y sobreviviera sin dormir, necesitaba cambiar la ropa de cama de las habitaciones.

PAPÁ SOLTEROWhere stories live. Discover now