Copo 10. ❄️ Lo que pidas ❄️

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Elsa despertó lentamente, su cuerpo pesado y su mente aún nublada por el sueño inducido por la arena dorada. Al abrir los ojos, lo primero que notó fue la penumbra de la guarida en la que se encontraba. A diferencia de su castillo de hielo brillante y transparente, este lugar parecía extraído de una pesadilla, envuelto en sombras y oscuridad profunda. Las paredes eran de piedra negra, cubiertas por sombras danzantes que parecían tener vida propia, moviéndose a un ritmo que no entendía. El aire era frío, pero no del tipo al que estaba acostumbrada. Era un frío opresivo, gélido de una manera diferente, que no emanaba de la naturaleza sino de algo más antiguo, más oscuro.

Sus ojos recorrieron la habitación. A un lado había velas que proyectaban una luz tenue, casi enfermiza, y en el centro, un trono de aspecto imponente, tallado en un material oscuro y desconocido. Era una guarida que reflejaba a su dueño: sombría, intimidante, pero también extrañamente fascinante. Aunque sentía miedo, había algo en esa oscuridad que la envolvía como un manto protector, un lugar donde el frío era familiar, pero no suyo.

Aún confusa, los recuerdos empezaron a regresar lentamente. La última imagen clara en su mente era la de aquel pequeño hombre dorado lanzándole arena... ¿Quiénes eran esas personas? ¿Por qué había más seres con poderes? Las preguntas empezaron a abrumarla. Quería entender, quería respuestas. Recordaba a aquel hombrecillo dorado, pero sobre todo, lo recordaba a él... Jack Frost.

El joven de cabello blanco la había mirado de una manera que la había desconcertado. En el último enfrentamiento, cuando se cruzaron sus miradas, había algo en él, una mezcla de preocupación, cariño y un dolor que no comprendía. Era como si, para él, ella significara algo más, algo importante, y la forma en que la había mirado, como si no quisiera perderla, se le quedó grabada. No era como la primera vez que lo vio, en su castillo de hielo, cuando parecía un extraño que se había entrometido en su vida. Ahora, había algo más, algo que ella no lograba descifrar.

Su mente se debatía entre esos pensamientos cuando recordó sus poderes de hielo. Jack también tenía poderes como los suyos, y no pudo evitar preguntarse si él también era un espíritu de los elementos, un puente entre lo terrenal y lo espiritual, como ella. Su mente viajó a los eventos de Frozen 2, cuando descubrió su verdadero destino, cuando comprendió que ella era el quinto espíritu, un lazo entre dos mundos. Pero, si Jack era como ella, ¿qué representaba él? ¿Por qué no lo había conocido antes? Nada de eso tenía sentido en su razonamiento. Sus propias experiencias no le ofrecían ninguna respuesta lógica.

A pesar de sus dudas y su curiosidad, sentía que no debía alegrarse por haber encontrado a otro ser con poderes como los suyos. Aunque el deseo de hablar con él, de preguntarle, de entenderlo, era fuerte, una parte de ella sabía que no podía confiar en ellos. Eran una amenaza, debía eliminarlos. Por Anna. La imagen de su hermana se aferraba a su mente como un recordatorio constante de por qué estaba haciendo todo esto. Anna estaba en peligro, y esos seres eran parte de ese peligro.

Mientras trataba de ordenar sus pensamientos, un sonido suave resonó en la habitación. Una voz, suave pero firme, la llamó.

—Elsa...

Reconoció de inmediato la voz de Pitch.

Elsa se incorporó lentamente, su cuerpo aún débil, pero su mente comenzaba a despejarse. La voz de Pitch resonaba en la oscuridad, y aunque el tono era suave, no podía ignorar el peso que traía consigo. Era extraño cómo alguien tan envuelto en sombras podía proyectar una preocupación tan genuina, o al menos, eso parecía. El contraste entre su aspecto oscuro y la manera en que la miraba era desconcertante.

—Elsa... —volvió a llamarla, esta vez más cerca.

Ella giró su cabeza, y allí estaba él, Pitch, caminando hacia ella con una calma inquietante. Su silueta alta y esbelta se deslizaba entre las sombras como si fuera parte de ellas. A pesar de su naturaleza oscura, sus ojos mostraban algo más, una chispa de lo que parecía ser genuina preocupación, algo que Elsa no esperaba.

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❄️ Libertad Y Diversion ❄️ La lucha de los espíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora